Por Salvador Martínez G.
Indudablemente la economía nacional ha tenido un mejor desempeño a lo esperado, con un crecimiento para el primer bimestre del presente año de 4.2 por ciento, la más alta en un periodo similar desde el 2012.
Además, la inflación mantuvo una tendencia a la baja durante seis quincenas consecutivas para ubicarse en el 6.24 por ciento anual, con lo cual se prevé que el Banco de México no aumente su tasa de referencia en su próxima sesión de mayo, lo que aliviará más la tensión económica y podría propiciar un mayor aligeramiento en el aumento de los precios.
Otro elemento positivo es la baja cotización del dólar frente al peso que se ha mantenido alrededor de 18 unidades por moneda verde en las últimas semanas.
El fortalecimiento de la moneda mexicana y la estabilidad económica del país han permitido que el peso sea la décimo quinta moneda más negociada en el mundo, la tercera a nivel continental y la primera de América Latina.
Todos estos elementos hablan de la estabilidad económica nacional que permiten augurar un buen tránsito del 2023 e incluso en el 2024 cuando se presenten las elecciones presidenciales de nuestro país.
Para el 2023 el crecimiento de la economía pudiera ser hasta del 2 por ciento siempre y cuando Estados Unidos, nuestro primer socio comercial, no caiga en recesión como sugieren varios analistas sucederá en el segundo semestre del año.
Veremos qué tan sólida es la economía mexicana y si se muestra recientemente hacia la inestabilidad global, muy especialmente a la de Estados Unidos.
SUSURROS
Ni siquiera la enfermedad del presidente López Obrador, ni la incesante ola de rumores por demás disparatados, hizo tambalear la solidez de los principales factores de la economía: paridad monetaria y bolsa de valores.
Los principales indicadores se mantuvieron no sólo estables, como el índice accionario de cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores, sino en varios casos hasta fortalecidos, lo que ha tapado la boca a los opositores a la 4T que no atinan saber cómo se ha logrado el actual nivel de solidez en la economía, cuando esperaba todo lo contrario.
Habrá de mantenerse el rumbo para evitar sobresaltos o sorpresas de fin de sexenio, lo cual parece así será pues no hay indicios de un cambio de políticas de las materias citadas, ni en el endeudamiento público, que se mantiene en muy buenos términos en relación con el PIB.
Email: [email protected] Twitter: @salvador_mtz