En últimas fechas, el siempre polémico, Andrés Manuel López Obrador –y no lo llamo presidente porque para mí y millones de compatriotas no lo es-, ha visto su vida al borde de la muerte debido a las enfermedades crónico degenerativas que padece desde hace muchos años y de las que por cierto, nunca ha querido llevar un control médico adecuado y miente al pueblo de México al asegurar que está completamente sano a pesar de que trae una cara de «vela derretida» que no puede disimular.
Y eso lo dio a conocer en su momento un grupo de hackers conocidos como «Guacamaya Leaks», cuyos integrantes dieron a conocer documentos oficiales de la Secretaría de la Defensa Nacional, donde se especificó claramente que AMLO padece angina de pecho inestable de alto riesgo, hipertensión, arritmia cardiaca, ácido úrico (gota) y diabetes. Una vez que ocurrió esto, el mandatario solo se limitó a responder en una de sus aburridas «mañaneras»: «Pues sí, estoy enfermo y qué».
Y como consecuencia de esas necedades, el pasado 31 de marzo por cuarta ocasión le dio un infarto, tal y como lo publicamos en esta columna, aunque él y su equipo de trabajo se han encargado de negar el hecho y calificar a quienes lo hicimos de manera acertada y puntual, como «profesionales de la mentira».
Lo anterior a pesar de que se le han restregado en su arrugada jeta y con pruebas, todos, absolutamente todos, sus males físicos, con los que se tienen una clara evidencia de que no está apto para gobernar este hermoso país llamado México.
Hay qué recordarle al dizque «presidente» que el pasado viernes 22 de enero 2022, cuando se encontraba en su oficina sufrió un infarto que lo desestabilizó físicamente, por lo que fue necesario que integrantes de su equipo de trabajo, lo trasladaran rápidamente hacia el Hospital Central Militar. Ahí le practicaron un cateterismo cardiaco porque tenía varias arterias tapadas.
De acuerdo con versiones proporcionadas por médicos de dicho nosocomio, el hecho ocurrió alrededor de las 13:00 horas de ese día, cuando López Obrador se encontraba realizando trabajos de oficina en su despacho de Palacio Nacional y de pronto comenzó a
sentirse mareado, pues se le subió la presión, le siguió una opresión, dolor, o sensación de compresión o dolor en el pecho o en los brazos, que se le propagó hacia el cuello, la mandíbula y la espalda.
Después comenzó a sentir náuseas, indigestión, dolor abdominal. y falta de aire.
Los galenos consultados explican que el preinfarto es un desajuste en el correcto funcionamiento del músculo cardíaco, llamado miocardio, lo que posteriormente derivó en un infarto.
Una falla en este músculo provoca un fuerte dolor en el pecho; este se produce porque el corazón no está recibiendo el flujo normal de sangre y, por ende, el oxígeno que la misma transporta.
Una vez que el también conocido como «Mesías Tropical», quedó en manos de especialistas, de inmediato lo estabilizaron para evitar que el problema avanzara y hasta la 19:00 horas del día señalado, permanecía internado y bajo estricta supervisión médica.
«Es posible que se sienta triste. Puede sentirse ansioso y como si tuviera que tener mucho cuidado acerca de lo que hace. Todos estos sentimientos son normales. En la mayoría de las personas, desaparecen después de 2 o 3 semanas. También puede sentirse cansado cuando salga del hospital para irse a casa», comentaron los expertos.
Desde esa ocasión los especialistas médicos consideraron que AMLO debe descansar durante las primeras 4 a 6 semanas, no debe cargar objetos pesados. debe tomar de 30 a 60 minutos para descansar en la tarde durante las primeras 4 a 6 semanas. debe tratar de acostarse temprano y dormir mucho, para que el corazón normalice su ritmo.
Los medicamentos que le recetaron al presidente –y que a la fecha consume- son fármacos antiplaquetarios (anticoagulantes), tales como ácido acetilsalicílico (aspirina), clopidogrel (Plavix), warfarina (Coumadin), prasugrel (Efient) o ticagrelor (Brilinta), para ayudar a evitar que la sangre se coagule.
Betabloqueadores e inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina para ayudar a proteger el corazón. Estatinas u otros fármacos para bajar el colesterol. Todas estas medicinas las deberá tomar de por vida y no suspenderlas repentinamente.
Ante aquel embrollo que –aunque a muchos no les guste pero es una realidad- representa una emergencia nacional, de inmediato, el vocero de la presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, publicó en su cuenta de Twitter un escueto mensaje; «Esta mañana, el presidente Andrés Manuel López Obrador ingresó al Hospital Central Militar de la @SEDENAmx para llevar a cabo una revisión médica de rutina programada».
Posteriormente, el periodista Carlos Pozos en su página de Facebook identificada como Lord Molécula Oficial de inmediato escribió muy a su estilo » Con el anuncio de que hoy el presidente Andrés Maniuel López Obrador acudió al médico, cabe recordar que en 2013 ingresó por un infarto al hospital, por lo que se espera el anuncio oficial de deJesús Ramírez Cuevas sobre su estado de salud y se descarten todos los rumores».
Lo que se le pasó comentar a Lord Molécula –y obviamente sabemos que jamás lo va a hacer- es que los colaboradores cercanos a López Obrador, traen esa política de la mentira y la cerrazón para minimizar las cosas, porque saben perfectamente que el señor presidente es un catálogo de enfermedades que le impide gobernar al país –si es que a lo que ha hecho en tres años se le puede llamar gobierno- pero que se mantiene en el cargo, sostenido por sus aires de grandeza y ambición desmedida de poder.
También cabe recordar estimados lectores, que el 20 de enero 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador, toda vez que sufrió una embolia cerebral cuando regresaba en un avión comercial de su gira de trabajo en San Luis Potosí, situación que le obligó a ser trasladado de emergencia por sus acompañantes precisamente al Hospital Central Militar. Donde para ocultar el hecho, solamente se dijo que «alguien muy importante» estaba internado en ese nosocomio.
Una vez que el vuelo estaba por aterrizar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, comenzó a sentirse muy mal y hasta perdió el conocimiento, lo cual causó alarma inmediata entre su equipo de trabajo que le acompaña en las giras que realiza con regularidad.
Por tal motivo, no salió en público ni en fotografías ni mucho menos utilizó sus redes sociales y la información se ha guardado celosamente entre su gabinete y médicos que le atendieron.
Sin embargo, el diagnóstico fue filtrado y ahí se transcribe que derivado de la embolia o «ictus», AMLO tiene parálisis facial, tampoco puede mover el brazo ni la pierna derecha, por lo que tiene dificultad para hablar, caminar e incluso para ver. Los informantes aseguran que Andrés Manuel ya había sufrido tres infartos en lo que iba de ese mes.
Este aterrador cuadro clínico puede terminar en una demencia vascular, que no es otra cosa más que la pérdida de memoria. Y es que este problema de salud se presentó en López Obrador toda vez que –insistimos- es diabético, hipertenso y cardiópata.
Una vez instalado en su casa de Palacio Nacional, fue atendido en una clínica instalada en ese inmueble histórico, para atender casos de emergencia que padecieran él y sus integrantes del gabinete. Y horas después, en sus redes sociales, AMLO escribió –aunque más bien fue su vocero Jesús Ramírez quien se encargó de ello- que había dado positivo a Covid-19 para desviar la atención de lo que realmente le había sucedido. Y semanas después, grabó un video «aún enfermo de Covid», donde aparecía sin cubrebocas, caminando por los pasillos de Palacio Nacional, donde decía que le estaba ganando la batalla al virus y que en breve se iba a incorporar a sus actividades.
Pero quienes le produjeron esa grabación no pudieron evitar que en los llamados «close up» se vieran en su rostro las huellas de una parálisis facial, así como el lado izquierdo de su cuerpo semiparalizado, que se notara una leve cojera y una sonda por donde se le suministraban medicamentos para regular la circulación de su sangre y la oxigenación del cerebro.
Cabe recordar que a las 02:30 de la madrugada del 3 de diciembre 2013, AMLO sufrió un infarto agudo de miocardio por lo que fue intervenido de emergencia en la Torre Médica Sur El cardiólogo Patricio Ortiz informó que AMLO tuvo una intervención coronaria y la evolución desde la operación ha sido favorable; indicó que necesitará reposo, de dos a
cinco días.
Expuso que realizó una intervención quirúrgica en los primeros 30 minutos tras el ingreso del político al hospital ubicado al sur de la Ciudad de México. La cirugía tuvo un “resultado exitoso y con una evolución favorable hasta el momento”, dijo Ortiz y detalló que fuesolo una arteria coronaria la que presentó una obstrucción.
“Fue posible destaparse exitosamente antes de la primer hora en el hospital”, puntualizó el médico y refirió que Obrador llegó con dolores en el pecho. La arteria afectada presentaba placas de colesterol y coágulos que generaron el episodio cardíaco, especificó el doctor. Para su desgracia, AMLO, había padecido una situación similar meses atrás y ni así trató de controlarse.
Ahora, es un auténtico catálogo de enfermedades que le impiden llevar las riendas del país; ya está cansado y sabe perfectamente que en cualquier instante su corazón podría dejar de latir y por eso antes de que eso suceda, decidió en su momento promover la famosa revocación de mandato y cederle la estafeta a su gran amigo y paisano, en ese entonces al recién nombrado Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, quien por cierto horas más tarde envió un comunicado de prensa donde decía que el presidente se había sometido a un chequeo médico que se efectúa cada seis meses.
Era obvio que Adán Augusto tenía que tapar la situación, aunque tras los estudios, los doctores consideraron necesario realizarle un cateterismo cardiaco, y es que tenía varías arterias tapadas, lo que le provocó un infarto, igual al que le dió por cuarta ocasión a las 02:15 horas de la madrugada del pasado 31 de marzo 2023.
APUNTES FIDEDIGNOS
Se reportó que la orden de aprehensión contra Inés Gómez Mont por presunta defraudación fiscal quedó sin efecto momentáneo, esto debido a que un Tribunal Colegiado habría encontrado contradicciones en el caso.
Esta decisión fue tomada por un Tribunal Colegiado que por unanimidad votó por considerar que las acusaciones de la Unidad de Investigación de Delitos Federales de la Fiscalía General de la República (FGR) no tendrían los fundamentos suficientes.
Esto debido a que el juez del Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Oriente no precisó la conducta, es decir, los motivos en la orden de aprehensión contra Gómez Mont, algo que era necesario…¡¡¡¡SEGUIREMOS INFORMANDO!!!!