La violencia de género y el alza de feminicidios son problemas que aquejan al país, caracterizado por su carácter machista, y para muestra hasta el 45% de las mujeres mexicanas confesó haber sufrido de acoso o agresión sexual en algún momento de su vida.
Así lo dio a conocer una encuesta realizada por Enkoll, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, cuando se esperan multitudinarias marchas en los diferentes estados del país para protestar por alcanzar la equidad de género, reducir la brecha con los hombres, así como poner un alto a la violencia en contra de las mujeres.
- De acuerdo con la casa encuestadora, las millenials– entre 30 y 40 años de edad– son el principal blanco de las agresiones por parte de los hombres, mientras que las mujeres centennials–entre 18 y 30 años– son el segundo grupo que más sufre de acoso.
- En cuanto a los lugares donde más sufren de este tipo de actitudes, la encuesta revela que en primer lugar se encuentra la calle (52%), después el transporte público (31%) y el trabajo (22%), es decir, son los sitios en los que existe una mayor sensación de vulnerabilidad e inseguridad.
Al respecto, el ejercicio estadístico confirma que los principales agresores son personas cercanas a las mujeres, como sus parejas sentimentales o familiares, aunque estas agresiones suelen producirse al interior del hogar, ya sea verbal, física o psicológicamente.
Otro de los aspectos relevantes que dio a conocer la encuesta es que la brecha de género persiste y los hombres acceden a mejores salarios, puestos de trabajo, espacios en la política o en las empresas. Por lo tanto, este es uno de los principales motivos de las movilizaciones del Día Internacional de la Mujer, llegar a una mayor igualdad de condiciones entre hombres y mujeres.
Violencia sexual contra mujeres supera a universidades
Miradas, saludos y comentarios incómodos, insinuaciones sexuales, la invasión del espacio personal o tocamientos directos no autorizados persisten entre los pasillos de las universidades del país como un “fenómeno de impunidad” ante la violencia sexual que una de cada cinco mujeres ha enfrentado, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Durante las últimas semanas se han avivado los reportes de agresiones sexuales contra alumnas en planteles del país; sin embargo, el problema “es bastante más viejo de lo que muchos se atreven a reconocer”, afirma Luis Armando González Placencia, secretario general de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).
- El caso más reciente fue en la Universidad Autónoma Metropolitana, donde una alumna de la Unidad Cuajimalpa denunció que su expareja, al que acusó de abuso, no recibió una sanción a pesar de haber confesado la agresión. Tras la toma de planteles, el responsable fue expulsado.
- La pandemia agravó la violencia por la tensión que se vivió dentro de los hogares, y las escuelas simplemente no lo han atendido. Se requiere atención especializada.- Alma Maldonado, Investigadora del Cinvestav
La problemática se extiende más allá de las grandes casas de estudios como ésta, la UNAM o el IPN. Ayer, la Universidad Autónoma de Zacatecas entró en paro por una situación similar, donde las estudiantes denunciaron asedio sexual cometido por los profesores.
“El problema se hizo visible alrededor del 2017, cuando surgió el #MeToo y muchas mujeres decidieron hacer públicas las denuncias de acoso sufridas años antes. Eso hizo ver a muchas jóvenes en las universidades que no tenían por qué aguantar el acoso que vivían”, dijo González Placencia en entrevista con La Razón.
El titular de la asociación que agrupa a 211 instituciones públicas y privadas del país, dijo que hasta ahora no cuentan con cifras que ayuden a dimensionar numéricamente el problema, aunque refirió que durante la pandemia disminuyeron las agresiones, pero se diversificaron en el espacio digital, y para 2022 se reavivaron las denuncias.
Sin embargo, “me atrevería a decir que lo que hay es un grave desconocimiento”, dijo, pues la preocupación para las y los rectores antes era la calidad en la formación académica y la violencia sexual no estaba en el radar.
“Lo que da cuenta esta situación es que el problema no se ha resuelto, que no existe experiencia ni los medios suficientes en las universidades para poder hacerle frente. Aunque hay un número determinado de universidades que tienen protocolos, lo cierto es que la gran mayoría de instituciones de educación superior carece de ellos”, declaró González Placencia.
- Mencionó que en la problemática hay vertientes, pues no es lo mismo que el agresor sea un alumno a que se señale a un académico, donde las instituciones podrían enfrentar demandas laborales al proceder en su contra, por lo cual consideró que se debe avanzar en el tema para que “los derechos laborales no impidan que se haga justicia”.
Aunque hay un número determinado de universidades que tienen protocolos, lo cierto es que la gran mayoría de instituciones de educación superior carece de ellos
- Luis Armando González, Secretario general de la ANUIES
No obstante, subrayó que las agresiones ocurren porque los responsables se dan cuenta que “pueden agredir sin que haya consecuencias. Es un fenómeno de impunidad. Si no hay una reacción fuerte de las autoridades, el mensaje que se envía es: ‘no pasa nada’”.
Sin embargo, insistió en que el problema se debe a la falta de claridad y no a “mala fe”, pues existe una preocupación fundada de no violar derechos a alguien de manera injustificada, razón por la cual es indispensable contar con capacitación para actuar de forma justa.
Datos del Inegi apuntan que 18 por ciento de mujeres ha vivido violencia sexual escolar. Destaca que 43.4 por ciento ha sido cometida por compañeros y 16.8 por ciento, por parte de profesores.
“Marisol” fue estudiante hasta 2019 de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, donde asegura que vivió momentos estresantes no causados por sus estudios, sino por el acoso del que era víctima por parte de un profesor, cuyo nombre siguió apareciendo en tendederos de denuncia por las mismas causas en meses recientes. “Sólo cursé un semestre con él. Diario nos saludaba y un día quiso hacerlo de beso, pero me aparté. Sus clases eran pesadas porque hacía comentarios super machistas y hasta obscenos que nos incomodaban a las compañeras y a mí. Claro que algunos compañeros le hacían segunda y se reían con él. Parecía que disfrutaba hacernos sentir incómodas, porque un día intenté frenarlo haciéndole saber que lo que decía era asqueroso y se acercó a mi, pareciendo que quería besarme y luego se río. Era una pesadilla”, narró la joven.
- El fenómeno no es exclusivo de las instituciones de educación superior. En días recientes se han registrado múltiples manifestaciones de padres de familia de alumnos de kinder, primarias, secundarias y hasta bachilleres que denuncian abusos sexuales contra sus hijas e hijos.
Mayra Robles estudia en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Azcapotzalco, y denuncia que en su escuela hay algunos maestros que acosan a las estudiantes de muchas maneras.
“Nos dicen: hola bonita, tratan siempre de tocarnos de cualquier manera, no necesariamente de manera íntima, sino de acercarse para darnos un beso en la mejilla o tomarnos del brazo o algún roce de la piel”, contó.
Alma Maldonado, investigadora del Cinvestav del IPN, dijo que “estamos viendo una situación de violencia social que inevitablemente llega a las escuelas, es un reflejo y parece inevitable, pero no por eso no debemos hacer nada”.
La experta educativa consideró que aunque urge un protocolo antiacoso, este sólo es un paso, pues lo que se requiere es atención especializada, ya que a esto se suma que “la pandemia agravó la violencia por la tensión que se vivió en los hogares, y las escuelas simplemente no lo han atendido”./Agencias-PUNTOporPUNTO