Sin duda, el problema fundamental en México es la pobreza, debido a la inequitativa distribución de la riqueza social producida y a que en el país no hay políticas serias, eficaces y directas para remediar las condiciones de vida de los más necesitados.
- Los Gobiernos van y vienen, y las condiciones de los grandes sectores constituidos por los trabajadores, lejos de mejorar, empeoran. Y es que cada año electoral, los aspirantes a gobernar nuestro país, sin excepción, se comprometen a atender de forma prioritaria este mal social e incidir con medidas tendientes a disminuir considerablemente el problema y en algunos casos hasta de erradicarlo por completo. Sin embargo, la realidad ha mostrado poca preocupación de éstos por cumplir con lo prometido y el número de pobres se incrementa cada vez más.
El discurso pronunciado por Andrés Manuel López Obrador cuando asumió la presidencia de la república, el 1 de diciembre de 2018, creó enormes expectativas acerca de la reducción de la pobreza: “Establecer el Estado de Bienestar y garantizar el derecho del pueblo a la salud, la educación y a la seguridad social.” A partir de hoy, señaló, “el Estado se ocupará de disminuir las desigualdades sociales, no se seguirá desplazando a la justicia social de la agenda del gobierno”.
Sin embargo, a cuatro años de distancia, la actual administración federal deja ver que los cambios operados en el desarrollo económico y social de México contrastan con la realidad y se agravan. Una breve revisión de los datos vertidos por organismos oficiales hace evidente que las transformaciones prometidas no han ocurrido. Por el contrario, los índices de pobreza y de crecimiento económico se han deteriorado, tanto por la pandemia y la crisis derivada de ésta, como también por el resultado de una política errónea y mala gestión de los programas de bienestar y de la economía.
En lo que se refiere al desarrollo social, los resultados no son alentadores, ya que la pobreza no sólo no se redujo sustancialmente, sino que se incrementó. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en 2018 la población clasificada en situación de pobreza era de 41.9 por ciento, es decir, 51.9 millones de personas, mientras que en 2020 esta población aumentó a 43.9 puntos porcentuales, lo que representa 55.7 millones de habitantes; de éstas, 10.8 millones de personas se encuentran en pobreza extrema -personas que viven con menos de tres dólares al día, no más de 60 pesos, con distintas carencias económicas y sociales-, un incremento del 7 al 8.5 por ciento entre 2018 y 2020.
De igual manera, en 2018, la población con carencias de acceso a servicios de salud ascendió a 16.2 por ciento (20.1 millones de personas) y dos años después aumentó a 28.2 por ciento (35.7 millones de personas) de la población. Cabe recordar que la actual administración eliminó el Seguro Popular y se generó un desabasto de medicamentos, situación que no ha cambiado, ya que el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que, según el Gobierno federal tiene por objeto proveer y garantizar la prestación gratuita de servicios de salud, medicamentos y demás insumos asociados a las personas sin seguridad social, no acaba de comenzar a funcionar.
De acuerdo con los datos más recientes del Coneval, en el cuarto trimestre de 2022, la pobreza laboral fue de 38.5 por ciento de la población, mayor al porcentaje observado antes del inicio de la pandemia en el primer trimestre de 2020 que fue de 36.6 por ciento; es decir, que a 49.6 millones de personas en México no les alcanza para alimentar a todos los miembros de su hogar con el ingreso que perciben por su trabajo. Los datos arriba descritos, muestran, con claridad, que la pobreza y la brecha de desigualdad existente han incrementado.
- En este contexto, los datos vertidos en el Informe sobre la Desigualdad Global 2022 que realiza el Laboratorio de Desigualdad Mundial, indican que, en México, el 10 por ciento más acaudalado “ha concentrado entre el 55 y el 60 por ciento de los ingresos”, mientras que el 50 por ciento de la población “sólo posee entre 8 y el 10 por ciento de los ingresos», lo cual hace que nuestro país sea uno “de los países más desiguales del mundo”.
También, al medir la concentración de la riqueza, la brecha de desigualdad aumenta, ya que sólo en las manos del 10 por ciento más rico se encuentra el 78.7 por ciento de la riqueza total y tan sólo el uno por ciento concentra el 46.9 por ciento de la misma. Mientras que para el 50 por ciento de la población más desfavorecida este indicador es incluso negativo, con un -0.2 por ciento.
Así pues, los datos muestran que la afirmación del presidente López Obrador acerca de que “México ya es no sólo una potencia económica, México es de los países en la actualidad con mejor distribución del ingreso, con mejor distribución de la riqueza, es uno de los países con más felicidad, con más esperanza”, no corresponde con la realidad, ya que si bien México en 2020 (año más reciente del que se tienen cifras) alcanzó a nivel interno su mejor nivel de distribución del ingreso, en una comparación internacional el país sigue teniendo uno de los peores niveles de desigualdad.
- Por tanto, nuestro país sigue padeciendo la misma enfermedad social de antaño: la pobreza, debida a la injusta distribución de la riqueza y la concentración de la misma en pocas manos, que se materializa en miseria para millones de mexicanos y una insultante abundancia, en beneficio de un reducido y selecto grupo, porque la pobreza y la riqueza, no van separadas, una es consecuencia obligada de la otra.
- El único camino que nos queda a los pobres de esta patria, es no esperanzarnos en el discurso y hacer oficiales, sino que, organizados y unidos, nos convirtamos en una fuerza popular capaz de cambiar el injusto modelo económico que lacera la vida de quienes con sus laboriosas manos generan riqueza y bienestar. Es tiempo, de que unidos como un solo hombre y como un solo ideal, hagamos realidad un país más justo y equitativo para todos
- Hoy, un importante grupo de mexicanos congregados en torno al Movimiento Antorchista Nacional, aportamos nuestro grano de arena en la lucha por un México sin pobreza, sin desigualdad, con más y mejores oportunidades para sus todos, a esta necesaria y digna tarea, invitamos a los pobres, a los que sufren carencias, a quienes desean un porvenir mejor, para ellos y para sus hijos.
En primeros 2 años de AMLO, pobreza extrema creció 24%
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) alertó que, sólo en los dos primeros años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la población en situación de pobreza creció en 3.8 millones de personas y en 2.1 millones las personas en pobreza extrema. Advirtió que de 2018 a 2020 los de mayor rezago fueron las mujeres, los grupos indígenas, los niños, adolescentes y los jóvenes, entre otros.
- En su Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022, que entregó al pleno de la Cámara de Diputados, expuso que “entre 2018 y 2020, a nivel nacional se observó un incremento en el porcentaje de población en situación de pobreza, al pasar de 41.9 a 43.9 por ciento, lo que representó también un aumento en términos absolutos de 3.8 millones de personas (51.9 millones en 2018 y 55.7 millones de personas en 2020)”.
- “Dentro de la población en situación de pobreza, se identificó que la población en situación de pobreza extrema fue la que aumentó en mayor medida, al pasar de 7.0 por ciento (8.7 millones de personas) en 2018 a 8.5 por ciento (10.8 millones de personas) en 2020″, indicó. Se trata de un incremento de 24 por ciento.
Destacó en su análisis que, en estos dos años, el sector de las mujeres sufrió un rezago. “En 2018, 42.6 por ciento de las mujeres (27.1 millones) estaba en situación de pobreza, de ellas, 35.6 por ciento se encontraba en situación de pobreza moderada y 7 por ciento en pobreza extrema, lo que significa que cerca de 5 millones de mujeres (4.5 millones) no contaban con un ingreso suficiente para cubrir sus necesidades alimentarias y, además, tenían comprometido el ejercicio de por lo menos tres derechos sociales”.
- Y para 2020, “el porcentaje de mujeres en situación de pobreza multidimensional fue de 44.4 por ciento (29.1 millones de mujeres), mientras que la proporción de mujeres en situación de pobreza extrema creció de 7 por ciento a 8.5 por ciento”.
- “En 2018 y 2020, el porcentaje de población indígena en situación de pobreza fue de 70.3 por ciento y 73.2 por ciento. En ambos casos, esto implica que 7 de cada 10 personas indígenas se encontraban en situación de pobreza (8.3 millones de personas para 2018 y 8.5 millones para 2020).
“La población indígena es la que presenta una mayor incidencia de pobreza extrema: 27.1 por ciento en 2018, y 29.2 por ciento en 2020″, revela.
AMLO sume a México a un desastre social
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tiene sumido a México en un desastre social, asegura el presidente nacional del PAN, Marko Cortés Mendoza, esto debido al aumento de la pobreza y la pobreza extrema, falta de atención médica para los más pobres y el hambre desplazándose de las zonas rurales a las zonas urbanas.
- Al comentar el informe de resultados del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) 2022, el dirigente panista lamentó que a 40% de la población ya no le alcanza ni para la canasta básica; en zonas rurales el porcentaje se dispara a 53%.
Esto se traduce en que actualmente la mitad de la población infantil vive en pobreza y más grave aún es que 25% de los niños no tiene acceso a una alimentación nutritiva, explicó el líder blanquiazul.
Todos estos factores constituyen los “principales fracasos y el lamentable legado del gobierno de López Obrador”, afirmó el presidente del PAN, Marko Cortés Mendoza.
- Cortés explicó que el análisis contextual de la información revela la “radiografía del fracaso total de las medidas del régimen”; no obstante, “no existen políticas públicas para superar la pobreza y la desigualdad, sino programas clientelares de captación del voto de los más pobres”, reprochó.
- El reporte del Coneval revela que en los primeros dos años del gobierno de López Obrador, la pobreza aumentó de 51.9 a 55.7 millones de mexicanos y la pobreza extrema de 8.7 a 10.8 millones.
Esto en el contexto de malas decisiones de AMLO que generaron incertidumbre en la inversión y generación de empleos, lo que provocó la peor coyuntura económica previo a la pandemia, en la que tampoco se apoyó a los sectores productivos y se perdieron miles de empleos, destacó el dirigente panista.
- Junto al informe del Coneval, dijo Cortés, hay que poner el reciente informe de la ONU sobre desarrollo humano. México tenía un desarrollo humano ascendente hasta que llegó el gobierno de AMLO, en el cual se perdieron 12 lugares, cinco años en esperanza de vida y el PIB per cápita descendió 6.5 por ciento, por primera vez desde 1988.
Paralelamente, añadió, la violencia homicida está desatada y está muy cerca de alcanzar los 150 mil homicidios. “En sólo 4 años, el gobierno de López Obrador ya se convirtió en el sexenio más sangriento de la historia, todo al amparo de la política de ‘abrazos’ a la delincuencia”, remató.
Con la pandemia se extendió la pobreza por todo el mundo
Los efectos de la crisis económica por la pandemia de coronavirus se desdoblan sobre el primer aumento de la desigualdad en el mundo en décadas, de acuerdo con el Banco Mundial (BM). Tres años después de que la producción global se paralizó ante la incertidumbre de una enfermedad detectada hasta un primer momento en China –la segunda mayor economía y responsable de un tercio del crecimiento mundial–, hay 95 millones más de pobres extremos, mientras 84 mil 490 ultrarricos tienen cada uno más de 100 millones de dólares en patrimonio. Mientras tanto, una acelerada inflación no se ha logrado frenar, pese al encarecimiento del dinero que tiene al borde de un colapso de deuda a decenas de países.
Los organismos internacionales se han lanzado en una carrera de cifras sobre los saldos que hasta ahora han dejado tres años de la crisis inicial: la pandemia de covid-19, que derivó en El gran encierro –como definió el Fondo Monetario Internacional (FMI) al cierre de escuelas, fábricas y espacios comunes que caracterizó 2020 y llevó a la mayor recesión en casi un siglo–; así como sus secuelas directas: el choque energético y en la producción durante 2021 y 2022, al reanudarse la mayor parte de la actividad mundial. Estos dos últimos años estuvieron marcados por el encarecimiento de los precios del gas, el petróleo, a los que se fueron sumando otros insumos.
Sobre esas crisis irrumpió en febrero de 2022 la invasión de Rusia a Ucrania. La guerra inyectó nuevo combustible a la espiral inflacionaria que comenzó a tomar forma a mediados de 2021, al desarrollarse entre dos de los principales países exportadores de trigo y fertilizantes del mundo. Lo anterior elevó las alertas de escasez alimentaria. A la fecha, prácticamente una de cada 10 personas en el mundo padece hambre, de acuerdo con agencias de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
- Una brecha más honda y amplia: A mediados del año pasado, la ONU destacó que en el mundo hay cerca de 828 millones de personas con hambre y 520 mil a un paso de la hambruna.
- En febrero reciente, su Organización Internacional del Trabajo (OIT) reveló que el 10 por ciento más rico de la población mundial acapara 52 por ciento de la renta, mientras la mitad más pobre obtiene 6.5 por ciento de la misma.
- En el mismo tenor, Oxfam publicó que la riqueza global creció en 42 mil millones de dólares desde el inicio de la pandemia, pero dos terceras partes de ella fueron acaparadas por el uno por ciento de los ya más acaudalados.
“El covid-19 marcó el final de una fase de progreso global en la reducción de la pobreza. Durante las tres décadas que precedieron a su llegada, más de mil millones de personas escaparon de la pobreza extrema (…) Los trastornos económicos provocados por el covid-19 y más tarde por la guerra en Ucrania produjeron un cambio total en el progreso. Quedó claro que el objetivo global de acabar con la pobreza extrema para 2030 no se lograría”, reportó el BM en el informe Pobreza y prosperidad compartida.
De acuerdo con el organismo, sólo en 2020, primer año del confinamiento, el número de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza extrema aumentó en más de 70 millones, y hasta 676 millones subsistían con menos 2.15 dólares al día (alrededor de 40 pesos) al cierre de 2022. Pero mirando la pobreza de manera más amplia, casi la mitad del mundo, más de 3 mil millones de personas, vive con menos de 6.85 dólares por día (125 pesos mexicanos), que es el promedio de las líneas nacionales de pobreza de los países de ingresos medianos altos, precisa.
Mientras más de un tercio de la población mundial, 37.5 por ciento, vive por debajo de la línea de pobreza, en países de ingreso medio alto, según los datos del BM, los mercados financieros contaron en miles de millones sus ganancias, sobre todo en sectores beneficiados de las crisis: las petroleras, los bancos y las farmacéuticas. El año pasado 95 empresas de energía y de alimentación duplicaron sus beneficios, los cuales llegaron a 306 mil millones de dólares, y de ellos 84 por ciento fue el pago a capital, a los dividendos a sus accionistas, documentó Oxfam.
La pandemia fue de inicio una crisis sanitaria, pero su caudal se desplegó en el ámbito económico y de desarrollo, han reiterado organismos internacionales. Acabó con medios de vida –empleos, empresas y ahorro–, no sin antes probar que la pobreza fue una de las comorbilidades de mayor peso en la letalidad de la infección. En México, de acuerdo con un estudio publicado en The Lancet, los mexicanos pobres tenían cinco veces más posibilidades de morir que quienes contaban con los salarios más altos.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sostuvo que a nivel mundial la pobreza, el desempleo y las desventajas socioeconómicas estaban altamente asociados con malos resultados de salud. En el primer año de la pandemia, el riesgo relativo de morir por coronavirus se duplicó para quienes vivían en las zonas más desfavorecidas socialmente y para las poblaciones de minorías étnicas.
- Salvar primero los mercados: Las primeras sacudidas en los mercados internacionales vinieron antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara como pandemia la infección el 11 de marzo de 2020. Los precios del petróleo habían caído más de 30 por ciento por una menor demanda –algunas regiones de China se encontraban en cuarentena desde finales de enero– y los países productores no llegaban a un acuerdo sobre un recorte de la producción. Esta crisis en sí misma llevó a que el crudo cotizara por debajo de cero por primera vez en su historia el 20 de abril.
Esa volatilidad en los mercados inició la última semana de febrero de 2020, pero tuvo la primera de varias caídas importantes el 9 de marzo, cuando los principales índices de Wall Street tuvieron su peor jornada desde la Gran Recesión de 2008.
- Para el 12 de marzo, un día después de que la OMS declarara como pandemia al covid-19 y el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara una serie de medidas para enfrentar la emergencia en ese país, entre ellas el cierre de fronteras a viajeros provenientes de Europa, los índices de Nueva York cerraron con su peor caída en más de 32 años, desde el lunes negro de 1987, cuando las pérdidas de valor superaron 22 por ciento.
Ese 12 de marzo de 2020 prácticamente todos los índices bursátiles cayeron por encima de 9 por ciento. La volatilidad se extendió al menos tres semanas más, mientras los bancos centrales intervenían el mercado, compraban acciones y bonos de gobierno para amortiguar las caídas.
Como resultado, tres años después, el deterioro en las condiciones de vida para millones de personas no pasó de un exabrupto en los mercados. En febrero de 2023, el Dow Jones –que refleja el comportamiento de las 30 compañías más grandes de Estados Unidos– lleva un crecimiento de más de 78 por ciento respecto al punto más bajo de marzo de 2020 y de 54 por ciento respecto a su valor antes de la pandemia./Agencias-PUNTOporPUNTO