El cambio climático debe ser atendido en América Latina y el Caribe, ante el riesgo que representa para la seguridad alimentaria de los países de esta región, indicó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
- Al inaugurar la 63 Reunión Anual de la Asamblea de Gobernadores del BID, el presidente del organismo, Ilan Goldfajn, reconoció que “todavía tenemos enormes disparidades dentro de nuestros países, especialmente las zonas rurales”.
Consideró que la región si bien se enfrenta a problemas propios, también a otros de escala mundial como el cambio climático.
“Varios de nuestros países miembros en desarrollo, especialmente en América central y el Caribe, se encuentran entre los países más vulnerables del mundo a los impactos del cambio climático”, señaló.
“Si bien nuestra región ya es un importante productor de alimentos y tiene el potencial de convertirse en un exportador aún mayor, nuestras áreas agrícolas están bajo la amenaza constante del cambio climático”, destacó.
Comentó que la crisis geopolítica que causó la invasión rusa a Ucrania, interrumpió los mercados y suministros mundiales de granos y combustibles, por lo que la inflación se disparó a niveles que el mundo no había visto en décadas.
- Goldfajn comentó que también se debe crear y construir infraestructura resistente al clima, especialmente en países expuestos a tormentas tropicales, terremotos y desastres naturales en general.
- Subrayó que la pobreza y la desigualdad siguen siendo dos de los problemas regionales de desarrollo más persistentes.
“Las mujeres y los grupos históricamente desfavorecidos todavía están lamentablemente subrepresentados en la fuerza laboral de nuestra región, en consecuencia tienden a ganar menos ingresos y tienen menos oportunidades para prosperar, este es un círculo vicioso que se refuerza asimismo y necesitamos romperlo”, destacó.
Anotó que la región ha sido bendecida con su biodiversidad, la cual llamó capital natural. «Éste capital natural puede y debe ser gestionado de manera sostenible para obtener beneficios sociales económicos y ambientales óptimos”, dijo.
Abundó que es necesario que América Latina y el Caribe deben contar con infraestructura sostenible, tanto digital como física, enfocada en la integración regional dado el un atraso histórico que existe.
“Necesitamos centrarnos en la integración, tenemos deficiencias de integración entre nuestros países”, resaltó.
“Cómo sabemos, desde hace décadas para reducir la brecha con otras regiones, tanto en términos de cantidad como de calidad, deberíamos al menos duplicar nuestro nivel actual de inversión en infraestructura”, dijo.
“Debemos ampliar y mejorar nuestra infraestructura física y digital, lo digital es muy importante para reducir los costos inflados en costos de comercio, de transporte, pero también para poder proporcionar a nuestros ciudadanos servicios de mejor calidad”, dijo.
Comentó que América Latina y el Caribe ha logrado grandes avances en los últimos años al impulsar la capacidad de generación de energía renovable, pero es necesario hacer más dado que se prevé que la demanda de electricidad crezca casi un 50 por ciento para fines de esta década.
Cambio climático podría tensar relaciones políticas en Latinoamérica
El cambio climático debiera aumentar la fricción entre los países latinoamericanos, particularmente aquellos que comparten recursos clave, pues se pronostica que los desastres naturales empeorarán problemas como la seguridad alimentaria, la migración masiva, la escasez hídrica y la salud pública, afirman diversos expertos.
“El cambio climático está presionando aún más los recursos naturales. Estos recursos, a medida que la población crece, van a ser más escasos y van a ser fuente de conflicto”, dijo María Emilia Undurraga, exministra de Agricultura de Chile, en conversación con BNamericas luego de un seminario sobre cambio climático y seguridad regional realizado por Columbia Global Centers y Athena Lab.
Este será el caso de países como Argentina, Brasil y Paraguay, que comparten varios cursos de agua y que han experimentado graves episodios de sequía en los últimos tiempos.
Argentina y Paraguay también se han enfrentado por un peaje implementado por el primero a la carga que se transporta a través de la hidrovía Paraná-Paraguay, y Argentina también utiliza agua de ríos compartidos para generar energía.
- Al respecto, Undurraga manifestó que estos posibles conflictos deben resolverse rápidamente, no solo por los daños que pueden causar, sino también para encontrar vías esenciales para impulsar el desarrollo sostenible.
Durante el evento, la exministra destacó que los precios de los alimentos en Chile aumentaron casi 24% el año pasado en comparación con 14% a nivel mundial, pero advirtió que esto no se debe al cambio climático, sino a las interrupciones logísticas provocadas por la invasión de Rusia a Ucrania.
En ese sentido, advirtió que la seguridad alimentaria de Chile es altamente vulnerable al cambio climático, ya que el país importa más del 80% del maíz que consume, así como el 50% del arroz.
Argentina ya reporta cifras de cosecha más bajas debido a la falta de lluvias, mientras que Chile está experimentando una sequía sin precedentes.
- Otro problema que podría verse agravado por el cambio climático es la migración masiva. Aunque Latinoamérica no es ajena a este fenómeno, los problemas relacionados con el clima podrían exacerbarlo y desplazar a aún más personas a las ciudades, lo que conlleva riesgos propios, indicó durante la conferencia Susana Adamo, investigadora del Center for International Earth Science Information Network de la Universidad de Columbia, en Nueva York.
«Muchas de las ciudades [de Latinoamérica] se localizan en áreas que ya están expuestas, o pueden estar más expuestas», afirmó, añadiendo que esto incluye tanto ciudades con riesgo de subida del nivel del mar como otras zonas vulnerables al fenómeno de la «isla de calor urbana», como es el caso de Santiago, que ha experimentado temperaturas récord en los últimos años.
El BID prestó $5.9 billones para mitigar el cambio climático para la región
No se trata de un asunto ecológico ni científico, la adaptación climática o asegurar la resiliencia a los eventos de la naturaleza, cada vez más fuertes y la mitigación requiere de un tratamiento integral y transversal, así coincidieron expertos de siete países y el jefe de la División de Cambio Climático y Sostenibilidad del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Graham Watkins, durante un conversatorio efectuado en Panamá, en la Asamblea de gobernadores organizada por el banco.
- Watkins lidera los esfuerzos del Banco para apoyar la planificación climática en los gobiernos de América Latina y el Caribe (ALC), aumentar la disponibilidad de financiamiento para impulsar la transformación climática, integrar el clima en las operaciones bancarias y promover conocimiento sobre infraestructura sostenible, riesgo climático y descarbonización.
“Si estamos construyendo una carretera y no consideramos el impacto de cambio climático, la vamos a perder”, apuntó el experto en la entrevista con Bloomberg Línea.
El otro elemento para trabajar es la mitigación o cómo reducimos las emisiones, añadió.
Para ello, el mayor enfoque estratégico es el cambio en la matriz energética, seguido del transporte, el agua, saneamiento, la economía circular, combatir la deforestación y los cambios en la agricultura.
A su juicio se están dando los pasos adecuados y dio como ejemplo que la demanda de los vehículos eléctricos ha aumentado el12% solo en China, una cifra importante que implica cambios exponenciales, y a nivel global se gastó un trillón de dólares en energías renovables en 2022 “es un monto enorme, la primera vez que llegamos a ese número” y que superó el gasto en combustibles fósiles.
Para todos estos cambios se requiere de financiamiento, para el 2022 lo destinado en préstamos para cambio climático para la región fue de US $5.9 billones, “parece mucho pero no es suficiente ni cerca para los cambios que queremos ver”, acotó Watkins.
- Luis Miguel Galindo, profesor de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), investigó el costo de América Latina para cumplir con el Acuerdo de París -un tratado internacional vinculante en el que 196 países se proponen recudir al máximo las emisiones de gases de efecto invernadero para lograr un planeta con clima neutro para mediados de siglo- y es de US $470.000 millones.
Con esta suma se contrarrestarían los problemas de adaptación de climática y se darían pasos importantes para la descarbonización. Watkins explicó que se tienen que pensar en modelos para trabajar con el sector público y cambiar políticas fiscales para que se mueva la agenda del gasto público y privado en esta dirección.
No tomar las medidas de adaptación y mitigación traería peores consecuencias. Solo en el Caribe, los desastres impactan un promedio del 3.6% del PIB cada año, estima el BID.
“El impacto de los países de no avanzar con esta agencia es quedarse atrás mundialmente, no se tendrán acceso a mercados, los países que no consideren estos cambios no serán parte de cadenas de valor”, explicó Watkins.
- En tanto hay otros costos, además de ambientales del beneficio de la descarbonización. El BID, explicó el experto, efectuó este análisis en Chile, Colombia, Perú, Costa Rica y se demostró que los costos son menores que los beneficios en cada caso.
Por ejemplo, un sistema de transporte público eficiente disminuye las emisiones de combustibles fósiles de autos particulares y a la vez se incrementa la productividad.
En tanto, hay otras proyecciones económicas en este sentido. El camino hacia la descarbonización podría generar un crecimiento económico adicional del 1% para el 2030, indicó el panel delBID que abordó la implementación climática de América Latina y el Caribe.
Se estima, por ejemplo, que se podría perderla tercera parte del PIB entre 2050 y 2070 de no implementarlos cambios para ser carbono neutral, según explicó el profesor Galindo, de la Unam, por lo que sugirió que los cambios de los gobiernos se consideren en ajustes de políticas públicas de infraestructura, limitar los subsidios al combustible y pensar en una economía sostenible.
- A su turno, la ministra de Economía y Finanzas de Uruguay, Azucena Arbeleche, explicó que la captación deCO2 o manutención de los bosques nativos se ha convertido en su país en una certificación tan importante como la conocida declaración de zonas de “libre de aftosa” del ganado, y con esto se consideran tasas de interés más bajas por parte de los organismos multilaterales al momento de emitir sus bonos soberanos.
Por su parte, Max Puig, del Consejo Nacional para el Cambio Climático en República Dominicana, mencionó que en su país el tema de cambio climático está dentro de la ley de presupuesto del Estado y que según un estudio, la viabilidad económica de la descarbonización y el uso de energías renovables generaría un ahorro de US$ 2 mil millones, al año 2050./Agencias-PUNTOporPUNTO