Al menos 11 entidades del país reportaron desabasto de medicamentos para atender enfermedades psiquiátricas y neurológicas en hospitales públicos y en farmacias del sector privado.
De acuerdo con autoridades y doctores entrevistados por Organización Editorial Mexicana (OEM), faltan fármacos de este tipo en hospitales públicos de Tamaulipas, Baja California, Zacatecas, San Luis Potosí, Morelos, Jalisco e Hidalgo.
Además, el Instituto de Salud Mental de Durango y la Secretaría de Salud del Estado de Puebla reconocieron que existe desabasto de estos medicamentos, lo mismo que en Aguascalientes. Mientras que en Chihuahua solo hay reportes de carencias en farmacias.
Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, admitió que hay desabasto de medicamentos psiquiátricos en el sector privado, —como alertaron asociaciones del ramo— pero negó que esta situación también se presente en el sector salud.
“Hay un desabasto en el sector privado, nótese que en el sector público sí tenemos los medicamentos, porque los compramos a proveedores internacionales. En el sector público tenemos medicamentos contra estos problemas de salud mental y neurológicos”, afirmó.
En la conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador, el subsecretario detalló que la falta de medicamentos en instituciones de salud privadas es responsabilidad del laboratorio Psicofarma, que tenía el “monopolio” y el cual, dijo, dejó de surtir medicamentos al gobierno y fue sancionado por incurrir en retrasos en sus entregas y fallar en los contratos.
Especialistas, autoridades y pacientes dijeron que el desabasto está latente en estas entidades, a diez días de que la Asociación Psiquiátrica Mexicana A.C. informara que estos fármacos de prescripción especializada “están completamente agotados en las principales farmacias de distribución pública y privada”, como carbonato de litio (trastorno bipolar), clonazepam (convulsiones), metilfenidato (TDH), alprazolam (ansiedad) y clozapina (tratamiento para la esquizofrenia).
La directora del Instituto de Salud Mental del Estado de Durango (ISMED), Soledad Ruiz Canaán, indicó que existe carencia de medicamentos neurológicos y psiquiátricos en el sector público y privado de la entidad.
Señaló que incluso hay fármacos utilizados para el tratamiento de padecimientos como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y moderadores de conducta que no se encuentran, “esto es muy grave, porque la recaída de un paciente implica el sufrimiento y la crisis de este, asociado a lo que le rodea, su familia, y si debe internarse por una crisis, el costo día / cama es superior a los dos mil 500 pesos por día”, comentó.
En entrevista, la psiquiatra explicó que apegarse al tratamiento ayuda a evitar recaídas en los pacientes, “un ejemplo es el carbonato de litio, un medicamento que es el único a nivel mundial que actúa como profiláctico para evitar que un trastorno bipolar genético hereditario tenga recaídas”.
El trastorno bipolar es un estado de manía, “caen en un estado de depresión hasta llegar a la psicosis, precisamente de pérdida del contacto con la realidad”.
- Por separado, la jefa de farmacia del Hospital de Salud Mental de Tijuana (HSMT), Beatriz Morales Tapia, señaló que el desabasto de medicamentos neurológicos lleva varios meses en la entidad, pero en los últimos dos meses la situación se ha agudizado.
- Resaltó que en el caso de los medicamentos neurológicos pediátricos la situación es grave, pues los padres y madres de familia acuden constantemente al hospital en búsqueda de los fármacos recetados sin éxito, además, tampoco están en existencia en las farmacias de la ciudad.
Todos los días marcan para ver si llegan medicamentos, ya dieron vuelta por todas las farmacias. Se encuentran desesperados
En un comunicado, la Sociedad Mexicana de Neurología Pediátrica A.C., con más de 500 agremiados en el país, expresó su preocupación por la actual escasez de medicamentos para padecimientos que afectan el estado neurológico y la salud mental de niños, adolescentes y adultos, lo que expone a los pacientes a interrumpir sus tratamientos y sufrir efectos prevenibles sobre su salud.
En Tampico, Tamaulipas, los medicamentos están escasos o agotados en farmacias públicas y privadas. Hace un mes, Juan Hernández Bautista acudió al hospital Dr. Rodolfo Torre Cantú, en Altamira, donde recibió atención médica y le recetaron clonazepam para atender las alucinaciones que presentaba, debido a una abstinencia por consumo de alcohol, llamada “delirium tremens”.
La hermana de Juan, Fabiana Hernández, mencionó que después de buscar en todas las farmacias de la zona conurbada solo le reiteraron que el medicamento no lo habían surtido; “buscamos en todas las farmacias de Altamira, Tampico y Madero, pero no pudimos conseguirlo, fue muy desesperante, mi hermano ya comenzaba a lastimarse, debido a las alucinaciones intentó suicidarse dentro del hospital”. Después de cinco días, los familiares hallaron el medicamento, el cual le fue suministrado en el nosocomio.
En otras entidades la falta de medicamentos para personas con padecimientos psiquiátricos y neurológicos se repite, por lo que algunos especialistas recetan medicamentos alternativos.
El presidente de la Asociación de Hospitales Privados y Profesionales de la Salud en la zona oriente de Morelos, Arturo Cruz Mendoza, afirmó que “hay desabasto importante de medicamentos que nosotros conocemos como psicotrópicos, por ejemplo, clonazepam, diazepam, que consumen pacientes que padecen ansiedad, depresión, y que los usan desde hace años y que ahora es difícil conseguir”.
En Zacatecas, Víctor Manuel Aguilar Soria, exdirector del hospital estatal de salud mental y especialista del hospital general del ISSSTE, dijo que el desabasto se presenta tanto en farmacias particulares, como en instituciones públicas de salud, en estas últimas lo que más falta es mirtazapina, recetado para tratar la depresión.
A decir del especialista, la falta del metilfenidalto no ha afectado mucho, pues ya estaba cayendo en desuso, porque actualmente se opta más por orientar a los padres y maestros sobre cómo manejar los trastornos de la atención e hiperquinéticos de los niños, evitando así la medicación.
En la clínica psiquiátrica Everardo Newman Peña, de San Luis Potosí, una doctora, que pidió el anonimato, reconoció la escasez de varios medicamentos.
En Jalisco más de una docena de medicamentos “antipsicóticos” también han escaseado, lo que pone en riesgo la calidad de vida de las personas que lo consumen, aseguró el presidente del Colegio de Psiquiatras de Jalisco A. C., Miguel Ángel Flores Tinajero.
“Es un problema que afecta al sector público y privado. Les cuesta mucho a los pacientes encontrar los medicamentos, y algunas marcas no están accesibles”, indicó.
Hace unos días, las y los integrantes del Colegio de Psiquiatría se pronunciaron por “formar un frente común para una solución inmediata” ante el desabasto de medicamentos, a fin de evitar recaídas de las personas que los necesitan.
En Hidalgo, el Hospital Villa Ocaranza tiene un abasto de 72.97 por ciento de medicamentos para atender trastornos de salud mental de tipo psiquiátrico y neurológico, informó la Secretaría de Salud de Hidalgo, es decir, falta 27 por ciento.
El no contar con el total de medicamentos impacta en la consulta externa, toda vez que los derechohabientes deben adquirirlos por su cuenta, pero no repercute en el área de internamiento, aclaró.
Las autoridades explicaron que en próximos meses se implementará una estrategia con Patrimonio Social para que no falten medicamentos y, a su vez, se gestionará una petición bianual, la de 2023 y 2024, para subsanar el desabasto.
Mientras autoridades federales y locales reportaron realidades distintas, hay pacientes que han tardado meses en surtir sus recetas. “El clonazepam estuvo agotado casi tres meses”, comentó Lorena Ramos, derechohabiente del IMSS, en Morelos. Mientras que Edith, de 36 años, comentó que de los diez meses que lleva en tratamiento en el IMSSS de Durango, solo en tres ocasiones le han surtido clonazepam para controlar su depresión y ansiedad; la mayoría de las veces le dicen, “esta no la tenemos y no nos va a llegar”, relató.
Pacientes sufren escasez de fármacos de salud mental
Ariadna batalla para conseguir un frasco de Metilfenidato, un medicamento controlado que necesita. Lo ha buscado sin éxito en el Hospital Psiquiátrico Infantil “Dr. Juan N. Navarro” y en el Hospital Psiquiátrico “Fray Bernardino Álvarez”. Ambos hospitales de la Ciudad de México pertenecen a la Secretaría de Salud federal y sus farmacias están subvencionadas, porque atienden a personas sin seguridad social.
Pero no ha podido surtirlo porque hay desabasto. “Tengo una receta que me hizo mi psiquiatra el 2 de febrero y, hasta ahorita, no la he podido cambiar porque no hay el medicamento”, cuenta.
A ella le preocupa que la escasez no se resuelva pronto porque el medicamento le ayuda “a funcionar socialmente”. Debe tomarlo todos los días, sin embargo, en las farmacias privadas tiene un precio de 2,000 pesos por 30 tabletas.
Además, este tipo de pastillas controladas no se vende si la receta médica fue expedida hace más de un mes, lo que implica pagar por una nueva consulta.
“No se me puede acabar, yo no puedo estar sin ese medicamento porque mi TDAH está muy alterado. Si no lo tomas, no funcionas socialmente, sientes mucho rechazo y caes en un círculo vicioso de ataques de ansiedad, depresión, y es muy complicado salir de ese ciclo”, comparte la joven de 30 años.
Datos recabados por organizaciones de la sociedad civil también dan cuenta del desabasto de medicamentos para la salud mental. Un médico y una psicóloga explican que esta escasez es más grave que en otros años y es consecuencia de, al menos, dos factores: la pandemia de covid-19 que disparó las afectaciones socioemocionales cuando los sistemas sanitarios no están listos para una mayor demanda de servicios de salud mental. En México también es resultado de un modelo de compras de insumos médicos deficiente.
“Los problemas de salud mental pueden ser muy complicados si no tienen el diagnóstico y el tratamiento oportuno”, advierte Gabriela Cámara, psicóloga y presidenta de la organización civil Voz Pro Salud Mental.
- En enero de 2016, los medicamentos psiquiátricos registraban un abasto de 98% en las instituciones de salud públicas, según datos del Mapa de Desabasto del Instituto Farmacéutico de México (Inefam). Y para enero de 2022 el abasto de esos fármacos cayó a 64%.
Andrés Castañeda, coordinador de las causas de salud y bienestar en el colectivo Nosotrxs, detalla que en la plataforma que administra, llamada Cero Desabasto, las quejas por desabasto de medicamentos para salud mental crecieron desde 2021.
El año pasado, incluso, los reportes de escasez de estos fármacos ocuparon el primer lugar, por encima de las quejas de desabasto de medicamentos para cáncer, que solían ser los que más escasez registraban en México. Y durante enero y febrero de 2023 han recibido 67 quejas por falta de medicinas para la salud mental.
La mayoría de los reportes son por falta de tratamientos para depresión, ansiedad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno bipolar y esquizofrenia.
“Esto nos preocupa. Sabemos que, por un lado, sí aumentó la demanda, pero también aumentó el desabasto”, explica.
El problema se agrava porque las farmacias particulares también reportan escasez de algunos medicamentos. Las causas del desabasto son variadas, según el tratamiento. Por ejemplo, expone el médico, el fármaco Vyvanse, utilizado para TDAH, no tiene existencia porque la empresa que lo producía se fusionó con otra y decidieron descontinuar su fabricación. Una alternativa a ese medicamento es el Metilfenidato, el mismo que necesita Ariadna.
“Pero este medicamento ahora también está en desabasto. No sabemos específicamente cuál es la causa, porque de este medicamento sí hay genérico. En ese sentido es nuestra preocupación, que estamos viendo que no está llegando la alternativa a este medicamento”, indica Castañeda.
El desabasto de medicamentos en México, en general, es un problema de años, pero se ha profundizado en este gobierno, pues ha implementado cuatro modelos de adquisición de insumos sanitarios y todos han tenido fallas. Aunque en los últimos meses ha mejorado el abasto, señala el médico, la curva de aprendizaje ha resultado dolorosa para los pacientes y, además, se mantiene la falta de transparencia en las compras públicas.
Sin una “política farmacéutica nacional”, que se encargue de garantizar medicamentos, de desarrollarlos y producirlos, considera, difícilmente se logrará asegurar el abasto.
“Es frustrante que el Estado no sea capaz de darte el medicamento. Y no estoy diciendo que sea gratis, sino que esté ahí para comprar. A final de cuentas, quienes vivimos toda esa tortura somos nosotros”, lamenta Ariadna.
- En busca de clonazepam: Una contradicción. Desde finales de 2022, algunas personas que requieren clonazepam por problemas de salud mental han encontrado obstáculos para adquirirlo en México, mientras 45 adolescentes de 18 estados del país se han intoxicado con este medicamento por seguir un reto de redes sociales.
En noviembre de 2022, Marcela, una joven de 33 años, buscó clonazepam durante tres días continuos en siete farmacias privadas. Se lo recetaron de manera temporal por episodios de ansiedad y batalló para adquirirlo.
Ni siquiera intentó hacerlo en hospitales del gobierno porque recordó todas las veces que sus amigos o familiares no encontraron medicamentos en el sector público. La búsqueda infructuosa le generó preocupación.
“Sentí enojo, ya que fue la primera vez que me enfrenté a una escasez de medicamentos y pensé en lo difícil que debe ser para quienes usan estos medicamentos de manera constante”, narra.
Las autoridades de salud han considerado que existe venta ilegal de clonazepam. Pero desde antes se registra, también, un abasto irregular de fármacos controlados.
En las compras consolidadas de medicamentos más recientes, encabezadas por el Insabi, algunas presentaciones de tratamientos psiquiátricos han quedado fuera. Es decir, no se ha asignado su compra a ningún proveedor y esto lleva a retrasos en la disponibilidad de los insumos.
- En la organización Voz Pro Salud Mental, que brinda acompañamiento a pacientes y familias, cada día reciben más quejas por escasez de fármacos, tanto en farmacias públicas como privadas, asegura la psicóloga.
“Llegan a los hospitales por su tratamiento y no lo hay. En los chats del grupo que tenemos, muchos están desesperados, pidiendo apoyo de otros, por si a uno le sobró medicamento. Es un problema serio”, afirma.
La pandemia y el rezago histórico en salud mental
La pandemia de Covid-19 abrió heridas emocionales profundas en la población y sus efectos continúan latentes. Son una de las causas del aumento de los casos de depresión y ansiedad, refiere la maestra en psicología.
A esto se sumó que los hospitales públicos se centraron en la atención del nuevo coronavirus y muchos pacientes con otras enfermedades interrumpieron sus tratamientos.
“Los pacientes psiquiátricos tampoco podían acudir a sus citas porque no había citas. Esto hizo mella en la salud mental de los mexicanos”, explica.
- El impacto de la pandemia en la salud mental fue más profundo porque hacía años que este tema no se atendía correctamente, considera el doctor Andrés Castañeda.
- Ahora hay más diagnósticos porque más personas buscan atención especializada y el estigma es menor. Sin embargo, la respuesta viene desde el sector privado porque el sistema sanitario público no tiene capacidad todavía.
“La salud mental no ha tenido el trato, la atención que realmente nos debería de ocupar en México. Poco a poco, se ha ido aumentando la capacidad pública, pero todavía estamos muy retrasados”, sostiene Castañeda.
Los suicidios son la consecuencia más grave de esta desatención. Cada año mueren más personas por esa causa y, sin embargo, son la punta del iceberg de todas las personas que viven con problemas de salud mental y no reciben la atención que se merecen./Agencias-PUNTOporPUNTO