INFORME MUNDIAL: Educación en AL en CRISIS; egresados deberán laborar con Sueldos INFERIORES

Debido a la pandemia, los niños en edad preescolar de varios países han perdido más de 34 % del aprendizaje en lengua y alfabetización tempranas y más de 29 % del aprendizaje en matemáticas, en comparación con las cohortes anteriores a la pandemia.

Una de las primeras medidas para abordar la emergencia sanitaria y controlar la propagación de la enfermedad por COVID-19 fue el cierre de los establecimientos escolares y la suspensión de los procesos de educación presencial.

En promedio, América Latina y el Caribe fue la región que más tiempo mantuvo cerradas sus escuelas de manera total o parcial: 70 semanas lectivas entre febrero 2020 a marzo 2022, un periodo considerablemente superior al promedio global de 41 semanas.

  • El cierre de los centros educativos conllevó la implementación de distintas estrategias de educación remota para dar continuidad a los procesos de enseñanza y aprendizaje. En este contexto, se develaron importantes desigualdades y necesidades insatisfechas que se manifestaron en las distintas posibilidades que tuvieron los estudiantes de la región para mantener procesos de aprendizaje autónomo en el hogar y usar las nuevas tecnologías de manera eficiente.

En concreto, la pandemia develó las profundas desigualdades en el acceso a conectividad efectiva (conexión de calidad a Internet y dispositivos para su uso); las competencias digitales y socioemocionales necesarias para el aprendizaje autónomo; las condiciones materiales, como espacios de estudio adecuados en el hogar; la disponibilidad de apoyo para facilitar los procesos de aprendizaje por parte de los padres y cuidadores; y en la oferta educativa, en particular, la preparación con la que contaron algunos docentes para adaptar sus métodos pedagógicos al ámbito virtual.

  • De esta manera, la pandemia amplió las brechas de desigualdad en las sociedades latinoamericanas: a mayor disponibilidad de recursos y capacidades, mejor respuesta al proceso de cambio. Durante el proceso de reapertura ya se han comenzado a evidenciar los impactos de la pandemia en el bienestar socioemocional de los estudiantes y docentes, en la profundización de las brechas de aprendizajes y en mayores riesgos de abandono escolar.

América Latina experimentó una fuerte caída del empleo juvenil: BM

La pandemia de COVID‑19 provocó un colapso masivo del capital humano en momentos clave del ciclo de la vida, lo que altera negativamente el curso del desarrollo de millones de niños y jóvenes de países de ingreso bajo y mediano, según el primer análisis de datos mundiales sobre personas que tenían menos de 25 años al inicio de la pandemia.

  • En un nuevo informe del Banco Mundial, Colapso y recuperación: Cómo la COVID‑19 erosionó el capital humano y qué hacer al respecto, se analizan datos mundiales sobre los impactos de la pandemia en los jóvenes en etapas clave del desarrollo: la primera infancia (de 0 a 5 años), la edad escolar (de 6 a 14 años) y la juventud (de 15 a 24 años).
  • Advierte que los estudiantes de hoy podrían perder hasta el 10 % de sus ingresos futuros debido a la crisis educativa provocada por la COVID‑19. Y el déficit cognitivo en los niños pequeños podría traducirse en una disminución del 25 % en sus ingresos cuando sean adultos.

El capital humano —los conocimientos, las habilidades y la salud que acumulan las personas a lo largo de su vida— es clave para desplegar el potencial de los niños y ayudar a los países a lograr una recuperación resiliente y un crecimiento futuro sólido. Sin embargo, la pandemia provocó el cierre de las escuelas y los lugares de empleo e interrumpió otros servicios específicos que protegen y promueven el capital humano, como la atención de la salud maternoinfantil y la capacitación laboral.

  • Rezago en América Latina y el Caribe: Los datos muestran una fuerte caída del empleo juvenil. Estas caídas fueron especialmente pronunciadas en el inicio de la pandemia en Brasil y México, con tasas de 6% y 7%, pero hacia fines de 2021 el empleo juvenil se había recuperado totalmente e incluso había superado los niveles anteriores a la pandemia en ambos países.

Para los niños en edad escolar el estudio encontró que, a nivel global, entre marzo de 2020 y marzo de 2022, un niño promedio perdió alrededor de 1 año de educación presencial debido al cierre de escuelas; en América Latina y el Caribe, los niños perdieron 1,7 años debido a cierres de escuelas particularmente prolongados.

Además, los niños más pequeños sufrieron interrupciones de los servicios relacionados con el COVID cuando aún estaban en el útero, mientras sus madres se preparaban para sus nacimientos. Por ejemplo, en relación con los niveles observados en 2019, los nacimientos que tuvieron lugar en una institución sanitaria cayeron más de 25% en Haití. A escala regional, la pandemia también agravó la caída de las tasas de cobertura de vacunas infantiles, especialmente entre los pobres.

“Los cierres de escuelas, los confinamientos relacionados y las disrupciones en servicios durante el curso de la pandemia han sido una amenaza que podría destruir décadas de avance en la generación de capital humano. Las políticas específicas para revertir las pérdidas de aprendizaje, salud y habilidades básicas son fundamentales para no poner en peligro el desarrollo de varias generaciones”, dijo David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial.

  • “Los países deben trazar un nuevo rumbo para aumentar las inversiones en capital humano a fin de ayudar a los ciudadanos a ser más resilientes ante las amenazas superpuestas de las crisis sanitarias, los conflictos, el crecimiento lento y el cambio climático, y a sentar bases sólidas para un crecimiento más rápido e inclusivo”.
  • Debido a la pandemia, los niños en edad preescolar de varios países han perdido más de 34 % del aprendizaje en lengua y alfabetización tempranas y más de 29 % del aprendizaje en matemáticas, en comparación con las cohortes anteriores a la pandemia.
  • En muchos países, incluso después de la reapertura de las escuelas, la matriculación preescolar aún no se había recuperado para fines de 2021; en varios casos, se mantenía en más de 10 puntos porcentuales por debajo de lo normal. Los niños también sufrieron una mayor inseguridad alimentaria durante la pandemia.

En el caso de los niños en edad escolar, en promedio, por cada 30 días de cierre de escuelas, los estudiantes perdieron alrededor de 32 días de aprendizaje. Esto se debe a que los cierres y las medidas ineficaces de aprendizaje a distancia hicieron que los estudiantes no aprendieran e incluso olvidaran los conocimientos que ya habían adquirido.

En los países de ingreso bajo y mediano, casi 1000 millones de niños perdieron al menos un año completo de educación presencial debido al cierre de las escuelas, y más de 700 millones perdieron un año y medio. En consecuencia, la pobreza de aprendizajes —que ya era del 57% antes de la pandemia— ha aumentado aún más en estos países, y se estima que el 70% de los niños de 10 años no puede comprender un texto básico.

  • La COVID-19 golpeó duramente al empleo de los jóvenes. A fines de 2021, 40 millones de personas que habrían tenido un empleo en condiciones normales (sin pandemia) no lo tenían, lo que agravó las tendencias de desempleo juvenil. Los ingresos de los jóvenes se contrajeron un 15% en 2020 y un 12% en 2021.
  • Los nuevos participantes con menor nivel de educación tendrán ingresos un 13% menores durante sus primeros 10 años en el mercado laboral. Los datos de Brasil, Etiopía, México, Pakistán, Sudáfrica y Vietnam indicaron que 25% del total de los jóvenes no recibió educación, empleo ni capacitación en 2021.
  • La oportunidad para abordar los retrocesos en la acumulación de capital humano es pequeña, ya que las brechas registradas en las primeras etapas del ciclo de vida tienden a ampliarse con el tiempo. Si no se adoptan medidas urgentes, la pandemia también amenaza con profundizar la pobreza y la desigualdad.

En este informe se destacan opciones de políticas basadas en evidencia para recuperar las pérdidas actuales y evitar pérdidas futuras. También se proporciona un enfoque para ayudar a los países a establecer prioridades entre las diferentes opciones de políticas de recuperación posterior a la crisis.

A corto plazo, en el caso de los niños pequeños, los países deben apoyar campañas específicas de vacunación y suplementos nutricionales; aumentar el acceso a la educación preescolar, y ampliar la cobertura de las transferencias monetarias para familias vulnerables.

  • En cuanto a los niños en edad escolar, los gobiernos deben mantener las escuelas abiertas y aumentar el tiempo de instrucción; evaluar el aprendizaje y ajustar la instrucción a los niveles de los estudiantes, y simplificar el plan de estudios para centrarse en los conocimientos fundamentales.
  • Para los jóvenes, son cruciales el apoyo dirigido a la capacitación adaptada, la intermediación laboral, los programas de emprendedores y las nuevas iniciativas orientadas a la fuerza de trabajo. A largo plazo, los países deben crear sistemas de salud, educación y protección social ágiles, resilientes y adaptativos que estén mejor preparados para las crisis actuales y futuras y puedan responder a ellas.
  • “Las personas que hoy tienen menos de 25 años, es decir, las más afectadas por la erosión del capital humano, conformarán más del 90% de la fuerza laboral en plena edad productiva en 2050”, dijo Norbert Schady, economista en jefe de Desarrollo Humano del Banco Mundial y uno de los autores principales del informe.

“Revertir el impacto de la pandemia en ellos e invertir en su futuro deberá ser una de las principales prioridades de los Gobiernos. De lo contrario, estas cohortes no solo representarán una generación perdida, sino varias generaciones perdidas”.

El Grupo Banco Mundial está trabajando en estrecha colaboración con los gobiernos para proteger a las personas e invertir en ellas mientras lidian con la pandemia y se recuperan. El financiamiento del Banco Mundial para responder a la pandemia alcanzó los 72.800 millones de dólares entre abril de 2020 y junio de 2022, incluidos 37.600 millones de dólares y 35.100 millones de dólares en compromisos del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento y la Asociación Internacional de Fomento, respectivamente. Durante el mismo período, el financiamiento para desarrollo humano llegó a 47.500 millones de dólares, que sirvieron para respaldar 300 proyectos en países de ingreso bajo y mediano.

La educación en AL enfrenta desafíos compartidos con México: UNICEF

Leonardo Garnier, Asesor Especial en Educación del Secretario General de Naciones Unidas, y Fernando Carrera, Representante de UNICEF en México, compartieron la situación global de la educación y los principales desafíos que enfrenta la educación infantil en América Latina.

  • Leonardo Garnier comentó que actualmente existe una crisis de calidad en la educación porque casi un 70% de los niños menores de 10 años no son capaces de leer un texto simple ni mucho menos comprenderlo.

“Se trata de una crisis educativa tan compleja que merece una transformación completa porque requiere una adaptación a los cambios que el mundo ha experimentado en las últimas décadas y que con la pandemia han sido sorprendentes y el principal planteamiento es qué tanta relación tiene la educación con los avances científicos y tecnológicos, con la crisis climática y qué capacidad tiene al convivir en una sociedad tan compleja«.

  • El funcionario de Naciones Unidas explicó su papel en la asesoría estratégica enfocada en la transformación educativa que inició sus actividades en la pasada cumbre llevada a cabo en septiembre en Nueva York, las cuales pretende implementar en México con el apoyo de UNICEF.

“La cobertura educativa en América Latina venía mejorando en los primeros quince años del siglo veinte y después de 2015 comenzó a frenarse y con la pandemia alcanzó una caída brutal y la Cumbre pasada fue un llamado a recuperar lo perdido en la pandemia y replantear lo que se estaba realizando en los esquemas educativos”, señaló Leonardo Garnier.

Con base en su experiencia como impulsor de los derechos de la infancia y la adolescencia, Fernando Carrera, Representante de UNICEF en México, explicó que la educación en México debe ser un centro y no un motivo de conflicto, sino un motivo de encuentro entre la sociedad mexicana, los partidos políticos y del sector privado, porque la educación es de todos y más de los niños y niñas.

“El desafío de México es el desafío de muchos países. Existe un rezago histórico, de exclusión, de calidad de aprendizajes y de presupuesto, que quedó al descubierto con mayor énfasis durante la pandemia, en la que se cerraron por mucho tiempo las escuelas y por lo tanto tenemos dos enormes deudas con los niños: la histórica y de la pandemia y hallar las formas para invertir más en la educación”.

  • Desde el inicio de operaciones en México en 1954, UNICEF trabaja con todos los sectores de la sociedad, donde destaca la colaboración de los sectores privado y filantrópico, con las que han consolidado alianzas reconociendo su capacidad de innovación, de influencia, de expertise y de potencial financiero, amén de impulsar programas y agendas que requieren de su visión estratégica y perseverancia para alcanzar resultados a favor de la infancia y adolescencia en el país.

“No debemos permitir que se pierda una generación educativa; es una obligación moral, política e histórica de todos los países. La mejor inversión es aquella que se aplica en la niñez y es la menos riesgosa; no hay manera de perder en invertir por la niñez porque siempre habrá un efecto y un impacto”, aseguró Fernando Correa.

  • UNICEF cuenta con el apoyo de la plataforma global de acciones colectivas de apoyo a niñas y niños: el Consejo Internacional de UNICEF (International Council). Como un momento en el programa del evento, Fernando Carrera hizo el nombramiento oficial al Sr. Elias Sacal, presidente del Consejo de Administración de Grupo Murano y a su familia, como uno de los primeros miembros latinoamericanos en unirse a este consejo, integrado por más de 120 miembros de diferentes países de varios continentes.

Frenan los avances educativos y peligran las metas de la Agenda 2030

Las dificultades económicas y los devastadores efectos de la pandemia de la COVID-19 contribuyeron a la desaceleración y el estancamiento en el avance de los logros educativos de América Latina y el Caribe entre 2015 y 2021, informaron este jueves tres organismos de la ONU

  • En un informe lanzado coincidiendo con el Día Mundial de la Alfabetización, el estudio destaca que, de seguir al ritmo actual, los países de la región no alcanzarán las metas que marca para el año 2030 el Objetivo de Desarrollo Sostenible número cuatro, que busca garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad.

El estudio destaca 5 Grandes Tendencias Regionales 

El informe refleja el incremento de los niveles de alfabetización de adultos y en el máximo nivel educativo alcanzado por la población, unos indicadores que llevan décadas de avance sostenido.

  • A modo de ejemplo, el informe destaca que en los últimos diez años la cantidad de analfabetos se redujo en 7,7 millones, aunque en las zonas rurales el 12,8% de la población joven y adulta es aún analfabeta.
  • En este apartado resalta el incremento del acceso al nivel preprimario, más marcado en los sectores rurales y en el quintil de la población con menores ingresos. Igualmente mejoró la finalización de la educación secundaria, en especial en la población más vulnerable.
  • Por otra parte, entre 2000 y 2020 la media de estudiantes con edades mayores a la esperadas en el nivel primario disminuyó del 14,4% al 7,8%, mientras que en la educación secundaria cayó del 18% al 13% entre 2010 y 2020.

Para el 2019, la tasa bruta de matrícula de la educación preprimaria (desde los tres años y hasta el inicio de la educación primaria) fue del 77,5%, con un crecimiento constante en los últimos veinte años.

  • La media de finalización de la educación secundaria entre los años 2015 y 2020 solo se incrementó un 1,9% durante el primer ciclo de secundaria y 2,1% para el segundo ciclo, mientras que en el periodo comprendido entre 2010 y 2015 estos registros fueron de 6,1% y 6% respectivamente.
  • Aunque el porcentaje de la población que no asiste a la escuela, tanto en la educación primaria como en la secundaria, prácticamente no se modificó durante el periodo estudiado, los logros de aprendizaje se ven amenazados por serios retrocesos provocados por el impacto de la pandemia.

La región no logró mejorar en las áreas de lectura, matemáticas y ciencias, lo que sí había ocurrido entre 2006 y 2013. En la educación secundaria, para los diez países de América Latina participantes de la última edición del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) en 2018, los resultados también muestran que el promedio de la región no varió entre 2015 y 2018 en las tres áreas.

Crecen ciertas brechas en la educación terciaria

Pese a que en los últimos veinte años la educación terciaria logró incorporar a 17 millones de estudiantes, esta expansión se presenta de forma desigual.

  • De este modo, entre 2015 y 2020 aumentó muy poco en el sector rural y también crecieron las diferencias de acceso entre hombres y mujeres: si en el año 2000 la tasa bruta de matrícula en educación superior para ambos grupos se situaba entre el 21% y 25%, para 2020 la diferencia se amplió, con un 61,7% para las mujeres y un 46,8% para los hombres. También ha aumentado la brecha de acceso por nivel socioeconómico. En los años recientes la educación terciaria ha favorecido casi exclusivamente a sectores medios y altos.
  • Respecto al financiamiento de la educación,15 países de América Latina y el Caribe redujeron su inversión pública en educación desde 2015. Este estancamiento se acrecentó con la crisis de la COVID-19, que solo en 2020 implicó una contracción económica del 7,7% del PIB. Entre 2015 y 2019, el gasto educativo como porcentaje del gasto público total cayó del 16,1% al 15,4% en la región y, en relación con el PIB, cayó del 4,5% al 4,3%.

Por último, se indica que a Cumbre sobre la Transformación de la Educación, que tendrá lugar el 19 de septiembre de 2022 en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, proporcionará “un espacio continuidad para realizar un balance de los esfuerzos necesarios para recuperar las pérdidas de aprendizaje relacionadas con la pandemia, reimaginar los sistemas educativos para el mundo de hoy y del mañana, y para revitalizar los esfuerzos nacionales y mundiales para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible número cuatro./PUNTOporPUNTO

Documento Íntegro:

9781464819018ov_es_

 

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