Más de 500 años después de que el conquistador Francisco Pizarro partiese a las Américas en busca de gloria —y, de paso, de metales preciosos—, este viernes se ha puesto en su localidad natal, Trujillo (Cáceres), la primera piedra de la fábrica de diamantes sintéticos de la empresa californiana Diamond Foundry, que tiene entre sus principales accionistas al actor Leonardo Di Caprio. Al acto ha acudido el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y la ministra de política territorial, Isabel Rodríguez. “Aquí está el presente, allí (señalando a la obra), el futuro, y allá está una ciudad que tiene más de 2.500 años de historia” ha declarado el alcalde de Trujillo, José Antonio Redondo.
- La ceremonia, celebrada bajo un sol radiante, bien podría haber aparecido en una película de Luis García Berlanga: antes de enterrar el tradicional cofre que da por inaugurada una obra, y que contenía, entre otros, un manifiesto y unos periódicos del día, el cura del pueblo ha introducido un crucifijo que ha bendecido antes bajo la mirada circunspecta de Martin Roscheisen, consejero delegado de la empresa californiana. Tras el cura, una señora se ha animado a introducir una esclava de oro. Enterrado el cofre, con su crucifijo, su manifiesto, sus periódicos y su esclava, se ha dado por inaugurada la obra de una fábrica que, con una tecnología puntera, pretende fabricar diamantes sintéticos aprovechándose de energía renovable.
Diamantes sintéticos
Diamond Foundry es una empresa que nació en 2012 en un garaje de San Francisco y que, a través de reactores de plasma, cristaliza el metano para conseguir diamantes sintéticos. Este proceso, defienden, se realiza sin el impacto ambiental y social que tiene la minería de diamantes: por un lado, lo llevan a cabo con energías renovables—en este caso provistas por una planta solar de 25 MW operada por POWEN—; por el otro, permiten reducir la dependencia de la minería de piedras preciosas, que Di Caprio mostró en su película Diamantes de sangre. Además de fabricar joyas, ha apuntado Roscheisen, la utilidad de los diamantes sintéticos va más allá: la empresa está desarrollando una tecnología que permitiría, a través de este material, crear semiconductores más potentes. Esta innovación, defienden, sería imposible con diamantes naturales.
La fábrica contará con 144 reactores que se instalarán hasta mayo de 2024. Después, apunta la empresa, se podrá ampliar la capacidad productiva con 288 reactores adicionales. La inversión inicial es de 245 millones de euros, de los cuales 120 millones de euros han sido adjudicados a Diamond Foundry por el Fondo de Apoyo a la Inversión Industrial Productiva (FAIIP), promovido por el Ministerio de Industria y 81 millones correspondientes a incentivos regionales aprobados por el Ministerio de Hacienda. La empresa afirma que su inversión total irá hasta los 670 millones.
Entorno a la factoría se generarán, en su primer año, unos 50 empleos directos, para acabar creando unos 300 puestos directos y 1.000 en total. Para Fernández Vara, este proyecto demuestra cómo las renovables son una oportunidad para reindustrializar la España vaciada. El presidente de la Junta de Extremadura ha lamentado “las revoluciones industriales que pasaron de largo”, y ha reivindicado que la comunidad pase de ser una región de emigrantes a una zona que reciba a trabajadores: “Aquella Extremadura saqueada hoy se está vengando de su propia historia”.
- Un breve paseo por la localidad refleja bien lo que han sido las últimas décadas para la España vaciada. Aunque Trujillo es un atractivo turístico, por sus calles abundan los locales vacíos con carteles de “se alquila” y los anuncios de venta de casas. En la década de los 50, este municipio llegó a superar los 14.000 habitantes. Ahora, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), no llega a los 9.000.
La empresa se planteó otras ubicaciones para la fábrica, como China o Arabia Saudí, pero finalmente se decidió por España. Aunque, de momento, de todo este proyecto solo hay un agujero en el suelo y varias excavadoras en un descampado, el CEO de la compañía californiana confía en que en que en menos de dos años se estén fabricando diamantes. “La fábrica podría estar en cualquier parte del globo terráqueo, luego España, luego Extremadura y luego Trujillo”, ha concluido el alcalde, visiblemente orgulloso./Agencias-PUNTOporPUNTO