Como es costumbre estimados lectores, trato de brindarles información de calidad y verídica, por lo que en esta ocasión les comento que Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, llegó a la Presidencia de México en diciembre de 2006, en medio de un insoportable tufo a ilegalidad.
Diversas voces aseguraban que la elección había sido manipulada para que ganara el candidato de Acción Nacional, partido que había gobernado el sexenio anterior con Vicente Fox Quesada, aquel polémico mandatario que llamaba a chiflidos a su esposa, la entonces primera dama Martha Sahagún y consideraba a las mujeres como «lavadoras de dos patas».
Es por eso que una de sus primeras acciones fue emprender una lucha contra el narcotráfico, pero lo hizo sin una estrategia, –aparentemente- lo que sumió al país en una violencia nunca antes vista, la cual, sigue imparable y que ha dejado miles de muertos y desaparecidos.
«Curiosamente» hizo capturas de líderes contrarios al entonces muy poderoso Cártel de Sinaloa, que dirigía Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias «El Chapo» y ¿saben por que?, porque nada mas ni nada menos que debía proteger a ese criminal, quien es su tío político, así como lo leen.
Y es que su esposa Margarita Esther Zavala Gómez del Campo –quien tiene familiares en Sonora y Sinaloa- es sobrina directa de Guzmán Loera. Por eso es que durante ese sexenio, si ustedes recuerdan estimados lectores, ¡JAMAS! se supo absolutamente nada ni se habló de dicho narcotraficante.
Ahora la ex primera dama ha sido presionada en el Congreso de la Unión para que revele el pacto que tuvo su esposo con el crimen organizado y el motivo que lo orilló a hacerlo y ella, por supuesto que no ha dicho ni una sola palabra porque eso significaría que tendría que verse obligada a revelar ese «oscuro parentesco».
A propósito de todo esto, habrá que recordar el comentario que hizo Ovidio Guzmán «El Ratón», –primo de Margarita Zavala- cuando fue detenido por segunda ocasión en su domicilio ubicado en la sindicatura de Jesús María, Culiacán, Sinaloa: «mi jefe ha puesto a varios presidentes no sólo de México, sino de otros países».
En octubre 2019 se dio a conocer que el ex presidente acudiría al Tecnológico de Monterrey a dar una “conferencia magistral” a estudiantes de derecho en esa casa de estudios.
Las reacciones no se hicieron esperar, por lo que se inició una petición en la plataforma Change.org para evitar que el exmandatario acudiera a la institución, recordando que justamente 2 estudiantes de excelencia en esa institución, fueron asesinados en 2010 y catalogados como integrantes del crimen organizado, sin haber averiguado antes.
Las críticas llevaron a Calderón a cancelar su conferencia. Mediante una carta, el ex mandatario señaló que lo hacía debido al rechazo de Rosa Elvia Mercado, madre de uno de los jóvenes asesinados y aunque le gustaría reunirse con los familiares de Jorge y Javier y “escucharlos de viva voz” respeta su dolor, por lo que declinó la invitación.
El 10 de diciembre de 2006, sólo 9 días después de haber tomado posesión como presidente de la República, Felipe Calderón ordenó el despliegue de 6,500 elementos del Ejército en la Tierra Caliente en lo que se denominó “Operativo conjunto Michoacán” que tendrían el objetivo de combatir al crimen organizado en la entidad “por cielo, mar y tierra”.
Michoacán, tierra natal del entonces presidente, era azotada por el Cártel de la Familia Michoacana, el cual ya había dado muestras de su sanguinario y cruel poderío al arrojar cinco cabezas humanas en la pista de un centro nocturno, en septiembre de 2006. También se implementaron operativos militares en Chihuahua y Baja California.
Al siguiente mes, en enero de 2007, Felipe Calderón visitó la 43 Zona Militar ubicada en Apatzingán enfundado en un traje militar –que por cierto le quedaba bastante grande y de ahí le pusieron «El Borolas»- y le pidió a los soldados seguir en la batalla contra los criminales, por supuesto, contrarios al Cártel de Sinaloa, porque esos, eran intocables.
La estrategia de Calderón, sumió al país es una espiral de violencia inimaginable desde la época de la Revolución.
A lo largo de su sexenio, Calderón continuó el despliegue de militares como parte de su lucha contra el narco en más estados.
Aunque hizo importantes capturas de capos, como la de Alfredo Beltrán Leyva, en enero de 2008, la detención de Edgar Valdés Villarreal “La Barbie” en 2010 o el abatimiento de Arturo Beltrán Leyva “El Barbas” en diciembre de 2009; en los seis años de su Gobierno el país se llenó de sangre al registrarse 102,859 homicidios y 22,112 desaparecidos, de acuerdo con datos del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED); pero insistimos, «curiosamente» nunca dio con «El Chapo» ni jamás se habló de este sujeto en la administración calderonista.
Aunque fue un sexenio envuelto en la violencia de principio a fin, hubo algunos casos que marcaron la presidencia de Felipe Calderón.
El 31 de enero de 2010, un comando armado asesinó a 17 jóvenes que celebraban una fiesta en Villas de Salvárcar, en Ciudad Juárez Chihuahua.
Sin una averiguación de por medio, Calderón acusó a las víctimas de ser pandilleros, pero después se dio a conocer que se trataba de estudiantes. El 11 de febrero, la madre de dos de los jóvenes asesinados lo increpó y le exigió que se retractara, lo cual se vio obligado a hacer.
Por el asesinato detuvieron a cuatro sujetos, quienes fueron encontrados culpables del multihomicidio. Sin embargo, sobrevivientes de la masacre aseguraron que el comando estaba integrado por alrededor de 20 hombres.
Tras estos hechos, el Ejecutivo federal puso en marcha en febrero de 2010 el plan “Todos Somos Juárez”, para erradicar la violencia de raíz y al que destinó 3,383 millones de pesos (unos 277 millones de dólares).
El programa estableció 160 acciones en los temas de economía, empleo, salud, educación, desarrollo social y seguridad que serían completadas en un máximo de 100 días y dirigidas a reconstruir el tejido social y la convivencia de los residentes de esta ciudad insegura.
El plan contuvo la violencia, pero sólo por un tiempo. De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) a agosto de 2019, Chihuahua ocupa el tercer lugar en el número de homicidios dolosos, sólo por detrás de Colima y Baja California, al tener una tasa de 37.74 casos.
En marzo 2010, Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, estudiantes de posgrado del Tecnológico de Monterrey, fueron asesinados por elementos del Ejército mexicano a unos pasos del campus en el estado de Nuevo León.
Luego los militares alteraron la escena, pusieron armas a los cuerpos de los jóvenes y los acusaron de ser parte de un grupo armado con el que se habían enfrentado minutos antes. Dijeron que los jóvenes iban “armados hasta los dientes”.
Las autoridades mexicanas, incluido el entonces presidente Calderón, apoyaron la versión de los militares. Después, se reveló que ambos jóvenes eran estudiantes de excelencia en esa institución, pero fue hasta marzo de 2019 que el gobierno mexicano ofreció una disculpa pública por lo ocurrido.
El 24 de agosto de 2010, México y el mundo se horrorizaron con el hallazgo de 72 cadáveres de migrantes centroamericanos en una bodega en San Fernando, en el estado mexicano de Tamaulipas. El lugar fue encontrado gracias a un migrante herido que logró escapar, pero que después murió en el hospital. Otro más logró sobrevivir.
Él revelaría que sicarios de Los Zetas los secuestraron cuando viajaban a bordo de dos autobuses sobre la carretera San Fernando- Matamoros, llevaron a 74 personas a una bodega semi abandonada del poblado. Ahí los invitaron a unirse a las filas de Los Zetas, pero ante la negativa, los vendaron y los balearon. Después les dieron el tiro de gracia.
Los familiares de las víctimas sufrieron un calvario para recuperar los restos de sus seres queridos. Algunos denunciaron que estaban siendo obligados a aceptar restos sin identificar. Acusaron a la Comisión de Derechos Humanos (CNDH) de no tomar en cuenta a los familiares de las víctimas ni siquiera para pedir en su nombre que el Estado mexicano reparara el daño causado.
El 25 de agosto de 2011, un atentado al casino Royale, en Monterrey, Nuevo León, ocasionó la muerte de 52 personas, entre ellas adultos mayores y hasta mujeres embarazadas.
Ese día, sicarios de Los Zetas, uno de los cárteles más sanguinarios del país, llegó a reclamar el cobro de piso, pero al no obtener respuesta de los dueños, atacaron con bombas molotov y bidones de gasolina el Casino que en ese momento se encontraba lleno de gente.
El atentado fue catalogado como el peor ataque en la historia reciente en México.
Por los hechos fueron detenidas 18 personas, de las cuáles una falleció en el interior del penal del Topo Chico, pero sólo cuatro han sido sentenciadas con penas que van de los 75 a los 100 años de prisión. A 8 años de distancia, ningún ex funcionario ha sido procesado.
Cabe recordar que el general en retiro, Tomás Ángeles Dauahare, quien fue subsecretario de la Defensa Nacional (Sedena) durante el gobierno de Calderón Hinojosa, reveló que dicho ex presidente sí pactó con el crimen organizado. Así lo expresó luego que Genaro García Luna fue declarado culpable por cargos de narcotráfico por la justicia de Estados Unidos.
El ex funcionario militar acusó que el gobierno de Calderón sí estableció pactos con grupos delincuenciales, pues el ex secretario de Gobernación (Segob), Juan Camilo Mouriño (quien murió en 2008), instruyó al general Arturo Acosta Chaparro entablar diálogos con capos de la droga.
“(Al General Acosta) le dieron la instrucción de hablar con los capos para que disminuyera la violencia y al primero que fue a visitar fue a Heriberto Lazcano Lazcano, el líder de los Zetas. Y él, Heriberto, le dio los teléfonos de los demás personajes del crimen. Eso me lo platicó directamente Mario Arturo, enviado —desde luego— por autoridades superiores”, explicó.
Al ser cuestionado sobre quién instruyó al general, señaló al primer titular de la Segob durante la gestión calderonista. Además, indicó que entre 2008 y 2009, Acosta Chaparro sostuvo encuentros con diversos narcotraficantes, como Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, así como con líderes de la Familia Michoacana, como Jesús Méndez Vargas, El Chango, y Nazario Moreno, El Más Loco.
Por todo lo anterior, Calderón seguramente seguirá dando mucho de qué hablar y probablemente termine en la cárcel.
APUNTES FIDEDIGNOS
Y siguiendo con el tema del narcotráfico, les comento estimados seguidores que autoridades mexicanas informaron que Estados Unidos solicitó la extradición de Ovidio Guzmán López, alias «El Ratón». Fue a través de una carta diplomática que el país vecino pidió de manera formal al hijo de Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo.
Los hechos fueron informados por la tarde del 27 de febrero. Cabe recordar que EEUU tenía como plazo hasta el 5 de marzo para realizar la solicitud de extradición. De acuerdo con información de la agencia EFE, el país vecino busca a Ovidio Guzmán por delitos relacionados al tráfico de cocaína, marihuana y metanfetaminas.
El hijo del Chapo Guzmán se quedará en el Centro Federal de Readaptación Social Número 1, también conocido como Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México, hasta que se decida si su extradición es procedente…¡¡¡¡SEGUIREMOS INFORMANDO!!!!
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