La economía global se encuentra ante una estanflación, escenario que le pondrá un freno al mercado laboral, el cual se prevé que tenga un crecimiento de apenas 1% a lo largo de 2023, además de retrasar la recuperación total del empleo tras el impacto de la pandemia hasta después de 2025, advirtió la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“Las perspectivas mundiales de los mercados de trabajo se deterioraron considerablemente durante el año 2022. Las nuevas tensiones geopolíticas, el conflicto en Ucrania, una recuperación desigual tras la pandemia y la obstrucción de las cadenas de suministro han creado las condiciones propias de un episodio de estanflación, el primer periodo de inflación alta y bajo crecimiento simultáneos desde la década de 1970”, detalló el organismo.
- Al presentar las Perspectivas sociales del empleo en el mundo: Tendencias 2023, la OIT destacó que a pesar de que a partir de 2021 se registró una recuperación del mercado laboral tras el impacto de la pandemia, la desaceleración prevista para la economía en el corto plazo podría dar un nuevo impulso a los trabajos de menor calidad y los informales.
“A raíz de la actual coyuntura de desaceleración, muchos trabajadores se verán obligados a aceptar empleos de peor calidad, con frecuencia insuficientemente remunerados, y, en ocasiones, sin contar con las horas de trabajo necesarias. Por otro lado, habida cuenta de que los precios aumentan a un ritmo más rápido que los ingresos nominales por trabajo, la crisis asociada al coste de la vida podría aumentar el número de personas en situación de pobreza. Esto se suma a la amplia caída de ingresos registrada durante la crisis de Covid-19, que en muchos países afectó en mayor medida a los grupos de bajos ingresos”, se puntualiza en el reporte.
- Ante el escenario actual de “policrisis”, el organismo recortó en 0.5 puntos su previsión para el crecimiento del empleo en 2023, el cual se estima ahora que será de 1.0% en el año, lo que representa una importante desaceleración frente al avance de 2.3% observado preliminarmente en 2022.
- Además, agregó, “no se prevé ninguna mejora importante para 2024, cuando el crecimiento del empleo subirá tan solo al 1.1 por ciento. Las perspectivas son poco halagüeñas para los países de ingresos altos, donde el crecimiento del empleo será casi nulo. En cambio, en los países de ingresos bajos y medianos-bajos el crecimiento del empleo superará la tendencia de crecimiento anterior a la pandemia”.
A decir de Richard Samans, director del Departamento de Investigaciones de la OIT, el menor ritmo que se prevé que tendrá el empleo en el mundo implica que las pérdidas ocasionadas por la emergencia sanitaria por la Covid-19 “no se compensen antes de 2025”. Esto será acentuado no sólo por la falta de trabajos, sino también por el menor ritmo de aumento de la productividad.
- La OIT incluyó por primera vez en su reporte el concepto de “déficit de empleo”, y que se considera la medida más amplia de las “necesidades no satisfechas” de trabajo, pues además de abarcar a las personas desempleadas también contempla a quienes desean laborar, pero no buscan una oportunidad activamente, ya sea porque están desalentados o porque tienen otras obligaciones que les impiden hacerlo, como las tareas de cuidado.
- En 2022, el déficit de empleo a nivel global fue de 12.3%, lo que abarca a 473 millones de personas con la necesidad de trabajo. Tal como en otras mediciones, este indicador refleja que las mujeres son las más afectadas, con un déficit de 15.0%, frente a un 10.5% para los hombres.
“Las responsabilidades personales y familiares, incluido el trabajo de cuidados no remunerado, así como el desánimo por la falta de empleo decente y de formación y reconversión profesional, pueden disuadir a muchas personas de buscar empleo o limitar su disponibilidad para aceptar puestos de trabajo anunciados con poca antelación”, explica la OIT./Agencias-PUNTOporPUNTO