El fentanilo, droga 50 veces más potente que la heroína y 20 veces más redituable que la cocaína, no sólo ha modificado el negocio del narcotráfico en el país, sino que ha trastocado el mapa de los homicidios, las desapariciones y los desplazamientos forzados en el país.
- Si se identifican los municipios con más homicidios (Tijuana, Ciudad Juárez, Cajeme y Culiacán), donde la población se siente más insegura (Fresnillo, Zacatecas, Ciudad Obregón y Colima) y los que muestran mayor crecimiento de personas desaparecidas en los últimos años (Guaymas, Empalme y Jerez), todos ellos coinciden con los puntos de recepción, elaboración y distribución de la droga que en Estados Unidos es comparada con un arma de destrucción masiva.
Sólo para tener una idea de la proporción del problema para Estados Unidos y México, de 2019 a 2022, el crecimiento de los decomisos de fentanilo en todo el territorio estadounidense fue del 424.32%, de acuerdo a las cifras oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
En 2019 se incautaron 2 mil 800 libras de ese producto ilícito, para este año fiscal suman 14 mil 700 libras.
Para las agencias de ese país, la mayor cantidad de ese narcótico sintético proviene de México, es decir, el crecimiento de la producción y trasiego es proporcional. Es por eso que la propia oficina de Seguridad Interior estadounidense ha desplegado un mayor número de agentes en los puntos que considera de mayor riesgo, siendo la frontera con México y la zona del Pacífico.
Christopher Heck, subdirector adjunto interino de Investigaciones de Seguridad Nacional sostuvo hace unos días en la Cumbre de Fentanilo del Consejo Nacional de Prevención del Delito, que tienen ya 93 oficinas en 56 países que trabajan con autoridades locales para frenar el comercio y fabricación de esta droga. “Nuestro objetivo es detener el suministro incluso antes de que llegue a México”, expuso
- En México, pese al incremento en los decomisos se desconoce el nivel de consumo, hasta ahora sólo en Tijuana, Baja California, se ha reconocido que se está ante un crecimiento de casos de consumo. Tampoco las autoridades han querido reconocer la producción de esta droga y cómo los fenómenos de violencia se vincula con todo el proceso que implica el fentanilo, que en el mercado mexicano tiene un precio, por dosis, de 30 a 50 pesos.
- Organizaciones académicas como el Centro de Estudios y Docencia Económicas (CIDE) y el Colegio de la Frontera Norte (Colef) han planteado que, dado el auge del fentanilo y las metanfetaminas, la estrategia de combate al narcotráfico debe tener como una de sus premisas la identificación de los “puntos calientes” en las rutas de este poderoso y destructivo enervante.
“El auge del fentanilo en los últimos años ha venido a cambiar de manera importante el negocio del narcotráfico en México, así como la organización y dinámicas del crimen organizado en el país”, sostiene José Andrés Sumano Rodríguez, investigador del Departamento de Estudios Culturales del Colef y experto en el fenómeno del narcotráfico en la frontera.
El especialista asegura que las rutas más tradicionales de tráfico de cocaína y de heroína hoy se han vuelto menos atractivas derivado del auge de los opioides, principalmente el fentanilo, por su alta demanda en Estados Unidos.
“El fentanilo, cuyos precursores químicos para su elaboración provienen de China e India, cada vez se produce más en México; las organizaciones criminales han ido migrando cada vez más su negocio del narcotráfico hacia el fentanilo por la rentabilidad de esta droga, que no está sujeta a los ciclos agrícolas, que no requiere de grandes cantidades de tierra y que es más fácil de esconder.
“Esto ha hecho que los puertos del Pacífico y las rutas del norte estén experimentando un auge en el tráfico de este tipo de drogas y se han vuelto mucho más importantes para los grupos del narcotráfico”, plantea Sumano, quien añade que el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación se disputen el territorio a través de grupos más pequeños que operan como franquicias.
“Lo que estamos viendo es precisamente esta reestructuración del negocio del narcotráfico que ha venido pasando de la cocaína, de la heroína, a esta droga mucho más potente y mucho más peligrosa, y que hoy ha hecho que en estados como Baja California, Sonora, Zacatecas y Colima haya crecido mucho en sus niveles de violencia por las disputas entre los diversos grupos”, agrega el analista del Colef.
Alerta en Washington
Estados Unidos, país que en diciembre de 2021 declaró una emergencia nacional por el elevado número de muertes que están causando las sobredosis de fentanilo (más de 100 mil fallecimientos ese año), ha modificado el enfoque de su combate a las drogas y de su colaboración con México.
Un informe del Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos, fechado en junio de 2022, señala que “el aumento de la violencia dentro de México coincide con una transición a la producción y el tráfico de drogas sintéticas, incluidos tanto el opioide sintético fentanilo como las metanfetaminas. Las autoridades mexicanas incautaron casi seis veces la cantidad de drogas sintéticas en 2019 y 2020 que las incautaciones entre 2016 y 2018. Este aumento ha avivado nuevas preocupaciones entre los legisladores estadounidenses sobre la efectividad de las estrategias contra los cárteles y el fentanilo de México”.
Según el documento, el Capitolio ha rastreado cómo las organizaciones criminales trasnacionales de México afectan la seguridad en la frontera, perpetran actos de violencia y contribuyen a la crisis de opiáceos en Estados Unidos. “Una de las principales preocupaciones es el tráfico de cocaína, heroína, metanfetamina, marihuana y opioides sintéticos de las organizaciones, como el fentanilo”, enervante al que se le atribuyen más de 106 mil muertes ocurridas en 2021 en Estados Unidos a consecuencia de las sobredosis.
En el diagnóstico del Legislativo estadounidense “la principal característica del panorama criminal actual en México, según varios observadores que monitorean el crimen organizado en México, es la batalla entre un emergente Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), cuyo principal negocio son las drogas sintéticas (tanto metanfetamina como fentanilo), y el Cártel de Sinaloa, la organización criminal históricamente dominante y más extensa”.
- Sonora: El pasado 23 de octubre dio la vuelta al mundo la noticia de Marco Antonio Rosales Contreras, un ingeniero de 32 años, que fue asesinado a tiros cuando salía de una iglesia en Caborca, Sonora, donde había contraído nupcias con Aracely Martínez. Las autoridades explicaron posteriormente que el novio fue acribillado al ser confundido con El Frank, líder de los sicarios al servicio de Rafael Caro Quintero.
Caborca tiene una relevancia estratégica en la ruta del fentanilo, pues es la última ciudad de Sonora, antes de los desérticos poblados fronterizos por donde se distribuye el opiáceo y, al mismo tiempo, tiene conexión rápida y directa con Guaymas, uno de los puertos por donde llegan los precursores químicos.
En agosto pasado, el Colef y la Secretaría de Gobernación presentaron el Informe del Contexto de Desapariciones en Empalme, Guaymas y Cajeme, Sonora.
En ese documento se puntualiza que “el auge del tráfico de fentanilo a Estados Unidos ha cambiado las rutas del narcotráfico, desplazando a la ruta que venía de Sudamérica con cocaína, por la que viene desde Asia con precursores para la elaboración del fentanilo”.
Por ello, los puertos estratégicamente ubicados en el Pacífico y con cercanía a Estados Unidos cobran particular relevancia.
“El crecimiento del tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos puso en el centro de las disputas territoriales entre grupos criminales a Sonora. En particular la zona de Cajeme, Guaymas y Empalme ha sido objeto de pugna entre el Cártel de Sinaloa, el Cártel de Caborca (de Rafael Caro Quintero) y el Cártel Jalisco Nueva Generación, por su importancia como puerto de entrada de los precursores químicos para la elaboración de fentanilo”, refiere la publicación, que contabiliza hasta 580 desapariciones de 2018 a la fecha.
“Guaymas es el puerto mexicano más cercano a la frontera con Estados Unidos en la costa del Pacífico. Además, conecta con el cruce fronterizo de Nogales mediante una autopista de cuatro carriles que abarca casi los 417 kilómetros de distancia que separan al puerto de dicha ciudad fronteriza”, detalla el estudio.
En 2021, Cajeme fue el quinto municipio con más homicidios, con 646 casos, sólo superado por Tijuana, Ciudad Juárez, León y Cancún.
- Zacatecas: Desde 2019, Fresnillo y Zacatecas comenzaron a figurar entre las ciudades donde más personas (arriba del 90% de su población) se sienten inseguras. El pánico no es fortuito, pues la entidad se convirtió en uno de los principales corredores para la distribución del fentanilo que se produce en las costas del Pacífico y que viaja hacia la frontera norte.
De acuerdo con datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas de la Secretaría de Gobernación (RNPDNO), entre 2020 y 2021 las desapariciones crecieron 490% en la capital zacatecana, 447% en Guadalupe, 254% en Fresnillo, 253% en Jerez y 164% en Valparaíso.
Mónica Carbón, integrante de la organización ¿A dónde van los desaparecidos?, comenta que Zacatecas representa un nudo de comunicaciones con carreteras que conducen hacia el norte del país, lo que lo convirtió en un centro de disputa entre grupos criminales y en el “epicentro de las desapariciones en la ruta del fentanilo”.
Tras realizar documentales de personas desaparecidas en Jerez y Fresnillo, Carbón llegó a la conclusión de que las desapariciones en el ámbito rural de Zacatecas se realizan para apoderarse de territorios poco poblados y sin conexión a internet, lo que facilita el trasiego del fentanilo; mientras que en las zonas urbanas se perpetran para reclutar a jóvenes para trabajos forzados, incluso cooptan a personas con ciertas habilidades técnicas y profesionales que sirven en los laboratorios de los grupos criminales.
- Puntos de entrada: En su más reciente informe sobre México, el Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC, por sus siglas en inglés) reveló que Michoacán tuvo un aumento inusitado de desplazados en los últimos años, al pasar de mil 300 personas en 2020 a 13 mil en 2021, es decir 10 veces más. Y el fenómeno también tiene rastros de fentanilo.
La mayor parte de estos éxodos se registran en la zona de Tierra Caliente, donde las bandas criminales se han apoderado de carreteras y poblados, y han repelido con alto poder de fuego la presencia de elementos del Ejército y la Guardia Nacional.
Fuentes militares de la 43 Zona Militar, con sede en Apatzingán, han informado que el Cártel Jalisco Nueva Generación defiende con todo su arsenal el control del llamado Triángulo de Tierra Caliente (integrado por el puerto de Lázaro Cárdenas y los municipios de Aguililla y La Huacana), pues es el punto de entrada de los precursores químicos y el radio ideal para la instalación de laboratorios clandestinos donde se elaboran metanfetaminas y fentanilo.
- En Colima, la descomposición social de los últimos años también tiene el tufo de los químicos con los que se cocina el fentanilo. Manzanillo es uno de los puertos por donde arriban los grandes cargamentos provenientes de Asia, lo que lo convierte en una zona altamente codiciada por los cárteles de la droga, principalmente el CJNG.
- Si bien Guanajuato y Baja California figuran como las entidades con mayor cantidad de homicidios dolosos en lo que va del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, lo cierto es que Colima es la entidad que arroja el mayor incremento porcentual de asesinatos entre 2021 y 2022 al pasar de 607 a 845, es decir, un aumento de 83%.
- De hecho, Colima es la tercera entidad menos pacífica del país, de acuerdo con el Índice de Paz 2022, sólo superada por Baja California y Zacatecas. Autoridades federales y estatales señalan que la violencia en Colima se desató este año debido a la fractura de una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación, cuando uno de sus grupos aliados, Los Mezcales, se separó y se unió al Cártel de Sinaloa, que también pretende hacerse del control del puerto.
Insight Crime, sitio web especializado en temas de narcotráfico, sostiene que “el control sobre el puerto de Manzanillo ha sido crucial para el acelerado ascenso del CJNG como uno de los principales traficantes de fentanilo hacia Estados Unidos”.
En ello coincide Andrea M. Gacki, directora de la Oficina para el Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro, quien asegura que el “éxito criminal del CJNG se debe en parte a su influencia en lugares estratégicos como Manzanillo”.
Consumo de fentanilo y otros opioides crece en México
El consumo de fentanilo y otros opioides ha aumentado en México y, pese a los graves problemas de salud que causan estas sustancias, no se han establecido estrategias de atención eficaces ni de prevención, lamentan expertas en salud y políticas de drogas.
- Un estudio de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) identificó que, de 2013 a 2022, al menos 122 personas que demandaron tratamiento por uso de drogas en centros públicos, privados o en organizaciones de la sociedad civil por haber consumido fentanilo.
“En el periodo de estudio hubo un incremento importante en la detección de casos de consumo de fentanilo”, anota el informe de la Conadic.
Al mismo tiempo el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Drogas también registra una tendencia al alza de defunciones directamente relacionadas con el consumo de opiáceos. Mientras que en 2011 se reportaron 10 muertes de este tipo, en 2020, último año con datos disponibles, se registraron 26 fallecimientos.
El combate al fentanilo desde México
Hace un mes, el gobierno mexicano y el de Estados Unidos anunciaron que combatirán el tráfico de fentanilo a través de una campaña. “Vamos a enfrentar abiertamente el fentanilo”, sentenció el presidente Andrés Manuel López Obrador.
- Sin embargo, las especialistas consideran que esa alianza debe incluir una mejora en la atención médica de las personas usuarias de sustancias, debido a que en México también ha crecido el consumo de opioides, aunque en menor proporción.
“No existen programas de reducción de daños suficientes y no existe tratamiento de calidad que sea voluntario y que no sean anexos, donde hay numerosas violaciones a derechos humanos”, señala Zara Snapp, exintegrante de la Comisión Global de Políticas de Drogas.
“Es un fenómeno que requiere atención”, subraya en entrevista la doctora Clara Fleiz Bautista, investigadora del Instituto Nacional de Psiquiatría que hace años estudia el impacto del uso de sustancias.
- El Informe sobre la Situación de la Salud Mental y el Consumo de Sustancias Psicoactivas en México 2021 arrojó que 9.6% de las mujeres encuestadas y 16.4% de los hombres dijo haber consumido opioides en los 12 meses previos.
Además, alrededor de 2,225 personas buscaron tratamiento en 2020 por el consumo problemático de opiáceos y 101 por la dependencia a fármacos opioides, mientras que 430 personas acudieron a servicios de urgencias médicas por trastornos mentales debido al consumo de opiáceos.
- De acuerdo con el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Drogas en nueve años los casos casi se triplicaron a alcanzar 26 fallecimientos en 2020.
- Aunque las cifras son sumamente menores en comparación con las 108,000 muertes por opioides ocurridas en Estados Unidos en 2021, la doctora Fleiz Bautista no minimiza el dato por dos razones fundamentales: la primera es que, sostiene, que lo que sucede en las calles rebasa ese registro, porque la mayoría de los casos de uso de sustancias y sobredosis no se reporta.
“Tenemos pocos datos, nos faltan registros, tanto de consumo de fentanilo como para sobredosis”, apunta.
La segunda razón es que los datos, aunque incipientes todavía, considera, muestran que este problema se extiende en México. “Si bien no tenemos un escenario como el de Estados Unidos o Canadá, donde tienen una crisis de opioides desde hace varios años, nuestra situación es que se está extendiendo y eso nos tendría que poner en una situación de alerta”, menciona.
Cambios en el consumo de fentanilo en México
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos indican que el fentanilo es un opioide sintético 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más potente que la morfina. Esto contribuye a que una mínima dosis tenga una alta posibilidad de ser fatal.
- La experta en políticas de drogas y cofundadora del Instituto RIA, Zara Snapp, explica que el fentanilo se usa para tratar el dolor, sobre todo en pacientes con enfermedades terminales y se ha usado en cuidados paliativos de manera legal durante décadas.
Sin embargo, las políticas prohibicionistas han traído como consecuencia la adulteración de drogas, como la heroína, que la mezclan con fentanilo, señala. “Porque es más fácil transportar que son más potentes, que son más compactas y, de esa forma, pueden tener mayores ganancias en el mercado”, expone en entrevista.
- En 2020, la doctora Fleiz Bautista publicó un estudio en la revista Addiction en el que concluyó que en la frontera norte de México usuarios de heroína en situación de vulnerabilidad consumían fentanilo sin saberlo. Es decir, distribuidores de droga vendían otras sustancias mezcladas con fentanilo sin advertir de ellos a los consumidores.
- Dos años después, tras dar seguimiento al estudio, la especialista detecta que el consumo de fentanilo se ha modificado: ahora se registra, además, en personas jóvenes que no están en situación de vulnerabilidad o de calle; el uso de esa droga es voluntario también y algunas personas consumen fentanilo mezclado con otras sustancias, como el cristal o el tramadol.
“Vemos en la calle que las sobredosis son frecuentes, que hay una demanda, la gente está buscando fentanilo porque ya desarrolló dependencia, es muy adictivo, ya lo estamos viendo en centros de tratamiento, de rehabilitación”, detalla.
Según Conadic, por ahora, Chihuahua, Baja California, Sonora y la Ciudad de México son las entidades con mayor carga de enfermedad por consumo de opioides. Sin embargo, la doctora Fleiz Bautista no descarta que esto suceda en otros estados porque ha ocurrido algo similar con otras drogas: penetran por las fronteras y, después, su uso se extiende a otras zonas.
México, sin acceso efectivo para tratar sobredosis
La especialista advierte que el consumo de fentanilo y otros opioides representa un riesgo especial en México, donde es limitado el acceso a medicamentos indicados para prevenir sobredosis fatales, como la naloxona.
“Lo estamos viendo en la frontera: la gente que cae en sobredosis no tiene acceso a la naloxona y puede morir por una sobredosis”, lamenta.
A esto se suma que en el país no existe un registro confiable sobre las sobredosis fatales y no fatales que ocurren en usuarios de sustancias.
- Un estudio sobre sobredosis por consumo de opioides, encabezado por el doctor Carlos Magis Rodríguez, miembro del Grupo de Opioides del Seminario de Estudios de la Globalidad de la Facultad de Medicina de la UNAM, estimó que cada año ocurren entre 161 y 1,241 muertes relacionadas con sobredosis, de las cuales más de 80% podrían evitarse con el uso oportuno de naloxona.
“La administración oportuna de naloxona restaura la mecánica ventilatoria y puede salvar la vida de una persona que sufre una sobredosis por opioides; sin embargo, en México existen diversas barreras para poder acceder a la naloxona”, exponen los investigadores de ese estudio.
Entre las barreras se encuentra que la naloxona está clasificada en la Ley General de Salud como psicotrópico, explica la especialista Fleiz Bautista. Agrega que es necesario que el Congreso de la Unión apruebe reformas a la legislación para el uso de este medicamento.
“Porque esta sustancia es un medicamento y un antídoto que se requiere en el país. Ahora se requiere en la frontera, pero, eventualmente, la vamos a necesitar en otras regiones”, sostiene.
- Otro problema, que también menciona el estudio del doctor Magis, es que la carencia de datos de sobredosis y mortalidad por consumo de opioides no permite tener un panorama claro de la magnitud de este problema de salud pública.
- La experta Zara Snapp agrega que México no ha levantado nuevos datos sobre consumo de sustancias desde 2016, cuando se levantó por última vez la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat), donde el fentanilo todavía no figuraba como una sustancia de preocupación.
“Sabemos que por la política de austeridad y el enfoque en otros proyectos, desde el gobierno no hay planes para hacer esta encuesta de nuevo”, afirma.
La desilusión de la política de drogas de la 4T
Aunque el actual gobierno generó expectativas sobre virar la política de drogas del prohibicionismo a la regulación, en los hechos no hay cambios, mencionan las expertas.
“Me parece que el discurso sigue siendo el mismo y el problema está aumentando mientras la población que lo está sufriendo y que está necesitando tratamientos, naloxona, estrategias de reducción de daños, no lo está teniendo”, dice la doctora Feliz Bautista.
- En cambio, el actual gobierno de López Obrador ha generado campañas contra el uso de drogas estigmatizantes y basadas en el miedo, sin un diagnóstico real del consumo de sustancias en México y ha retirado el apoyo a las organizaciones de la sociedad civil que apoyan a personas con consumo problemático, agrega Zara Snapp.
“Nosotros pensamos que iba a ser distinto y, desafortunadamente, hemos caído en más de lo mismo, pero esperando resultados distintos. A tres años (de gobierno), creo que sí ha sido decepcionante”, subraya.
Si al gobierno realmente le interesa atender esta problemática debería abrir centros de tratamiento basado en evidencia, con apoyo psicoemocional y con programas que van más allá de la abstinencia y que lleguen a personas sin recursos, expone.
“En vez de tener, desde una visión de salud, estrategias de salud y de tratamiento para atender y prevenir muertes, tienes a la Policía y a la Guardia Nacional, sin entender que éste es un problema de salud muy lamentable y doloroso. ¿Por qué? Porque se pierden vidas, porque la gente muere en cuestión de segundos por una sobredosis que se pudo haber evitado”, afirma./Agencias-PUNTOporPUNTO