Yemen, Siria, Myanmar, Etiopía y Ucrania fueron algunas de las crisis humanitarias que contribuyeron al aumento del número de personas que abandonaron sus hogares en 2022.
Este año, 100 millones de personas se vieron obligadas a convertirse en desplazados. La cifra incluye a los que huyen de los conflictos, la violencia, las violaciones de los derechos humanos y la persecución, informó este miércoles 28 de diciembre la ONU.
- El jefe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, dijo que este era “un récord que nunca debería haberse alcanzado”. En 2021, eran unos 90 millones. Los brotes de violencia o los conflictos prolongados fueron los principales factores de migración en muchas partes del mundo, como Ucrania, Etiopía, Burkina Faso, Siria y Myanmar.
Miles de migrantes desesperados vieron a Europa como un destino preferencial, poniendo sus vidas en manos de traficantes de personas y partiendo en peligrosos viajes por el Mediterráneo. A menudo, estos viajes terminaban en tragedia. Han pasado más de siete años desde el inicio del prolongado conflicto en Yemen, entre una coalición progubernamental liderada por Arabia Saudita y los rebeldes hutíes, junto con sus aliados.
La disputa provocó una catástrofe humanitaria y obligó a más de 4.3 millones de personas a abandonar sus hogares
- En mayo, la Organización Internacional para las Migraciones, la OIM y la ala de Ayuda Humanitaria de la Unión Europea, anunciaron que estaban intensificando los esfuerzos para satisfacer las necesidades de más de 325 mil desplazados por el conflicto, incluidos los migrantes y las comunidades que los acogen.
La jefa de la misión de la OIM en el país, Christa Rottensteiner, advierte que la situación también está empeorando para los migrantes en Yemen, especialmente las mujeres, que viven en condiciones terribles en el país, con poco control sobre sus vidas.
A pesar de la terrible situación, Yemen sigue siendo un punto de destino y tránsito para los migrantes que salen de los países del Cuerno de África. Los viajeros se enfrentan a viajes peligrosos, muchos van al norte, de camino a los países del Golfo en busca de trabajo.
- En Siria, la guerra ha estado destruyendo vidas durante 11 años: casi cinco millones de niños nacidos en Siria nunca han conocido la paz. Más de 80 mil sirios llaman hogar al enorme campamento Zaatari en Jordania: muchos de ellos pueden tener que permanecer fuera de su país en un futuro próximo.
En julio, el representante de Acnur en Amán, dijo que las perspectivas de retorno por ahora no parecen prometedoras. Para Dominik Bartsch, no hay un entorno propicio para los retornos. En general, Jordania alberga a unos 675 mil refugiados registrados de Siria, y la mayoría de ellos viven en sus ciudades y pueblos entre las comunidades locales. Sólo el 17 por ciento vive en los dos principales campos de refugiados, Za’atari y Azraq.
Más de la mitad de los desplazados encuentra refugio en su propio país
Sudán contaba con 3,2 millones personas desplazadas internamente a finales de 2021. Muchas han tenido que cambiar de hogar varias veces para huir de los conflictos y los estragos de los desastres naturales.
- El 56% lleva más de 10 años fuera de sus comunidades de origen. El país africano no es una excepción. En 2021, el mundo contaba con 84 millones de refugiados, pero en noviembre de este año se cruzó la barrera de los 100 millones.
- De estos, más de la mitad (59,1 millones) lo son dentro de sus propios países, lo que tampoco les garantiza una vida más estable. De hecho, el 80% de estas personas siguen expuestas a la violencia, la inseguridad alimentaria o la extrema pobreza en contextos extremadamente frágiles.
Así lo destaca el informe Invertir la tendencia del desplazamiento interno: un enfoque de desarrollo para las soluciones, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y publicado este martes, que pide mayor atención para ellas.
Los desplazados internos en Somalia sufren esa fragilidad y olvido, en términos del PNUD, pues se encuentran en refugios superpoblados, sin acceso a agua, saneamiento u otros servicios esenciales. El propio proceso de desplazamiento ha generado que miles de niños nazcan y crezcan fuera de su lugar de origen. Un campo de refugiados es todo lo que conocen, sin conexión con el resto de su familia y comunidades.
- Los adultos, por su parte, pierden sus medios de vida, vinculados a la producción agrícola, el comercio o la ganadería, recoge el informe. Para 2050, explica el informe, el cambio climático podría obligar a más de 216 millones de personas a evacuar sus hogares para trasladarse a zonas más seguras. Según sus datos, de los 46 países estudiados, únicamente 13 tienen una legislación y políticas nacionales que aborden el desplazamiento interno, y solo 29 cuentan con medidas de prevención.
El PNUD advierte de los costes económicos que representa el desplazamiento interno para los países. Por un lado, suponen una carga presupuestaria sobre los recursos humanitarios y las frágiles economías nacionales. Esto implica un esfuerzo añadido que ralentiza o incluso revierte el progreso en términos de desarrollo sostenible, apunta el organismo.
La crisis económica global ha afectado de forma especialmente negativa a los desplazados internos, ya que a menudo carecen de medios para sobrevivir, señala el informe del PNUD. En sus hogares hay un 14% menos de probabilidad de que algún miembro tenga trabajo, frente a aquellos que no están en su misma situación. Esto representa un doble coste: para ellos, que pierden sus ingresos, y para sus países y la comunidad internacional, que destinan fondos para asistirles.
- Solo 13 de 46 países estudiados por el PNUD cuenta con legislación y políticas nacionales que aborden la situación de los desplazados internos
La atención que necesitan —proveerles de vivienda, alimentos, sanidad, educación y transferencias monetarias para su supervivencia— más la pérdida de ingresos al cesar sus actividades productivas, supuso 20.615 millones de euros solo en 2021 a nivel global. El importe medio de ayuda por persona durante un año fue de unos 345 euros, si bien la cantidad difiere mucho según el país: osciló entre 86 en Colombia y 681 en Libia.
- En Etiopía (118 millones de habitantes), el número de desplazados internos se ha disparado. Eran más de 3,5 millones a finales de 2021, según el Banco Mundial. La ONU eleva ese dato a más de 5,5 millones en marzo de 2022, lo que, sumado a la baja productividad de los cultivos, el aumento de los precios de los alimentos y las interrupciones de las cadenas de suministro esenciales, ha agravado la inseguridad alimentaria y desnutrición de estas personas.
Según los datos recogidos por el PNUD, el 44% de desplazados por la sequía sentían que su salud había empeorado en el tiempo que llevaban fuera de sus hogares, además de quejarse de la falta de comida y agua potable, ente otras necesidades básicas, en los asentamientos temporales.
- En Somalia, por ejemplo, los socios humanitarios no proporcionaron apoyo en materia de alojamiento permanente, tanto a los nuevos desplazados internos como a los de larga duración en 2021, debido al coste de este tipo de ayuda y a las posibles tensiones que podrían surgir debido a que las personas de las comunidades de acogida viven en alojamientos comparativamente inferiores.
Asako Okai, subsecretaria general adjunta de la ONU y directora de la Oficina de Crisis del PNUD, explica en una videollamada con este diario, que el informe de Naciones Unidas evidencia “las dificultades de convivencia entre los anfitriones de una comunidad y los desplazados”.
En cuanto a gastos económicos, los datos del informe muestran que solo en Siria se han destinado 3.000 millones de euros a la atención de desplazados en 2021, el equivalente al 15% de su producto interior bruto (PIB). Afganistán también tiene un alto número de población desplazada (5,7 millones a finales del año pasado) por conflictos y desastres naturales, lo que le costó 1.600 millones de euros, un 9% de su PIB.
Mientras que en Libia, la pérdida de los medios de vida de quienes huyen de su hogar (más de 278.000 personas) provoca una disminución de ingresos que representa más de una cuarta parte del impacto financiero general por la movilidad humana intra-fronteriza, indica el PNUD.
Aumento de la brecha de desigualdad
Más allá del impacto sobre la economía familiar, la movilidad forzada conlleva otras muchas pérdidas para esta población. Según el informe, una mujer de 40 años con educación secundaria o superior, con dos hijos, pero sin dependientes a su cargo, y que no recibe ningún tipo de ayuda, tiene un 21% más de probabilidades de experimentar un deterioro en la salud, frente al 10% de una mujer de las mismas características que no haya tenido que migrar.
- Además, según muestra el documento, las probabilidades de encontrar empleo disminuyen considerablemente si se trata de alguien que ha huido de forma interna. Esa misma mujer desplazada que describen los autores tiene un 58% de probabilidades de encontrar trabajo, frente al 77% de una en igual situación, pero que ya vivía en la misma comunidad de acogida.
Una niña desplazada tiene un 55% más de probabilidades de experimentar una interrupción de su educación, frente al 26% de otra menor de edad que no ha tenido que migrar
Otro aspecto que analiza el texto del PNUD es el del acceso a la educación. Al igual que con el caso tipo de la mujer de 40 años, emplearon el estándar de una menor de 12 años, cuyos padres tienen educación secundaria o superior y no reciben ningún tipo de asistencia en casa. Los resultados fueron que ella tiene 55% más de probabilidades de experimentar una interrupción en su formación, en comparación al 26% que tiene una niña de las mismas características que no vive en desplazamiento forzoso.
El 70% de los centroafricanos necesitarán ayuda humanitaria en 2023
Más de 3.4 millones de personas en la República Centroafricana (RCA), cerca del 70 % de su población, necesitarán asistencia humanitaria en 2023 debido a una crisis a menudo ignorada por el resto del mundo que sigue deteriorándose por el conflicto armado en el país, advirtió la ONU.
“Como resultado de la violencia contra los civiles y la inseguridad en las áreas fuera de las ciudades, varios millones de personas son cada vez más vulnerables y sus medios de subsistencia se ven amenazados”, lamentó en su último informe la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés).
- Como consecuencia, el acceso de los centroafricanos “a los alimentos o servicios básicos como la atención médica o el suministro de agua es muy limitado”, añadió la agencia.
- Las conclusiones de la OCHA no son alentadoras: mientras la violencia de los grupos armados que batallan en el país sigue lastrando el futuro de los centroafricanos, el número de personas con necesidad de recibir asistencia humanitaria crecerá 10% en 2023 respecto a 2022.
“Si bien los enfrentamientos entre los actores que participan en el conflicto han disminuido en intensidad, la violencia contra los civiles no ha seguido la misma tendencia”, aseguró la ONU.
En la actualidad, 50% por cierto de los centroafricanos no pueden comer lo que necesitan para mantenerse sanos, lo que convierte a la RCA en uno de los países con un mayor porcentaje de personas en una situación crítica de inseguridad alimentaria.
- La RCA sufre violencia sistémica desde finales de 2012, cuando una coalición de grupos rebeldes de mayoría musulmana, los Séléka, tomó Bangui y derrocó en marzo de 2013 al presidente François Bozizé tras diez años de Gobierno (2003-2013), dando inicio a una guerra civil.
- El actual presidente centroafricano, Faustin Archange Touadéra, llegó al poder en los comicios de 2016 y fue reelegido en las elecciones de 2020, que la oposición pidió anular tras no poder abrirse más del 40% de los centros de votación por inseguridad.
Poco antes de esa votación, varios grupos armados se unieron formando la Coalición de Patriotas por el Cambio que intentó tomar Bangui en enero de 2021.
En octubre de ese año, el presidente declaró un alto el fuego unilateral con el objetivo de facilitar el diálogo nacional.
A pesar de estos avances, todavía dos tercios del país rico en diamantes, uranio y oro están controlados por milicias y, según los últimos datos de la ONU, cerca de 520 mil personas están desplazadas internamente./Agencias-PUNTOporPUNTO