La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) aprobó la Manifestación de Impacto Ambiental del Tramo 6 del Tren Maya, que va de Tulum a Chetumal, sin contar con estudios geológicos y geohidrológicos que permitan descartar colapsos en el trazo de la vía férrea.
- En las recomendaciones hechas por el Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM) durante la consulta pública del documento, se puede leer de manera textual: “la propuesta del promovente es anticipada y carente de respaldo técnico”.
“Es obvio que el promovente no puede saber si el trazo proyectado cruzará sobre conductos grandes o cavernas si no han realizado los estudios geofísicos y sondeos necesarios para determinar su existencia o ausencia”, señala el documento.
“Al respecto, cabe destacar la necesidad de que los sondeos geofísicos y las exploraciones directas de calibración sean en número o densidad suficiente para proporcionar, en lo posible, un conocimiento del subsuelo en la faja del trazo del T6, con la continuidad que permita detectar la presencia de cavidades de tamaño significativo y, en su caso, el probable espesor de su techo, un espaciamiento excesivo entre sondeos podría pasar por alto algunas de ellas y no hace falta que sean de gigantescas dimensiones para causar un colapso o asentamiento del terreno”, agrega.
Sin embargo, al igual que con el Tramo 5, la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) de la Semarnat dio la autorización del proyecto y un plazo de tres meses para que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) presente los estudios geohidrológicos y geológicos de manera extemporánea para localizar posibles zonas de colapso, según el resolutivo con terminación DG-04962-22.
- Es decir, se aprobó ambientalmente el proyecto sin haberse realizado los estudios que determinarían si habrá un impacto al entorno y sin que se conozcan con exactitud las zonas de riesgo, por no haberse realizado los estudios que debieron complementar la Manifestación de Impacto Ambiental, tal como lo recomienda el CICM.
- En caso de que se autorice la ejecución de obras o construcciones sobre cavernas, secas o inundadas, deberá realizarse un programa de monitoreo de las mismas, el cual deberá acompañar al manifiesto de impacto ambiental, para su aprobación y en su caso, implementación”, se lee en las recomendaciones hechas por el CICM.
También queda pendiente la elaboración de estudios que indican si la construcción del tren interrumpirá o no el flujo hidrológico subterráneo.
“Por lo cual, de manera complementaria, deberá establecerse un monitoreo sistemático y permanente sobre el funcionamiento de las obras de drenaje, así como de la calidad y cantidad de agua que surte los ríos subterráneos, por lo que se requerirá que se verifique que las medidas planteadas por el proyecto”, se lee en el resolutivo de la Semarnat.
Especificaciones
En cuanto a otras especificaciones, se establece que el Tramo 6 del Tren Maya tenga una longitud de 250.8 kilómetros entre las ciudades de Tulum y Chetumal, implica que la superficie de afectación de selva por derecho de vía y obras sea de 1,582.13 hectáreas, de las cuales 1,459.05 son consideradas como terrenos forestales para cambio de uso de suelo (CUSTF), es decir, 92.22% respecto del total del proyecto.
Tendrá una doble vía, apta para tráfico mixto (pasajeros y carga), con velocidades de proyecto máxima de 160 km/h para trenes de viajeros y mínima de 85 km/h para los trenes de mercancías.
Los principales componentes considerados en el proyecto que evaluará Semarnat son locomotora de biodiesel híbrida acorde con la norma ambiental de California, tren diesel–eléctrico; tres estaciones: Felipe Carrillo Puerto, Bacalar y Chetumal; paraderos: Tulum y Limones; cinco laderos; base de mantenimiento en Felipe Carrillo Puerto y cocheras en Tulum; talleres y cocheras en Chetumal, 56 pasos vehiculares, pasos de fauna y obras de drenaje./Agencias-PUNTOporPUNTO