La eliminación del IVA en productos para el sangrado menstrual fue insuficiente para garantizar una menstruación digna.
La ausencia de políticas públicas que ayuden a las niñas, adolescentes, mujeres y personas menstruantes a vivir de mejor manera este proceso biológico, el bajo tratamiento de enfermedades ligadas a la menstruación por parte del sector salud, así como la falta de condiciones de privacidad para manejarla, son algunos de los pendientes.
A esto se suma el nulo acceso en comunidades marginadas a productos para la recolección de sangre menstrual, así como la carencia de infraestructura y servicios básicos como agua corriente.
- Menstruar es difícil para un gran porcentaje de las personas menstruantes, según revelan los resultados de la Primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual, llevada a cabo por Essity, empresa dedicada a la higiene y salud; la colectiva Menstruación Digna México y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Seis de cada 10 mujeres manifestaron su deseo por no tener el periodo mes con mes debido a los retos y dificultades que enfrentan durante esta temporada.
Tal es el caso de Marina, quien refiere que todo lo relacionado con su menstruación “ha sido una pesadilla desde el momento en la que comenzó”.
“Podría contar muchas cosas, una de ellas es mi inicio en la menstruación, que fue sin información de ningún tipo, nadie me dijo lo que pasaba. Entonces comencé a sangrar y como nadie me explicó nada, me bañé y me bañé una y otra vez para limpiar la sangre y seguía manchando la ropa, hasta que mi hermana me dijo qué me estaba sucediendo”
Marina.- Persona mestruante
- La falta de información es uno de los mayores problemas detectados por el estudio organizado por Essity, Menstruación Digna y UNICEF, y realizado con ayuda del centro de investigación Parametría.
- De acuerdo con los resultados de su encuesta, la primera barrera a la que se enfrentan las mujeres y personas que menstrúan, es la falta de conocimiento respecto a la menstruación.
Otra problemática relacionada con la falta de información son los prejuicios en torno a esta función biológica derivados de la carencia de instrucción desde la casa y escuela, además de la separación entre niñas y niños para ofrecer datos al respecto.
Fue precisamente uno de estos prejuicios en torno a la menstruación una de las razones que hizo a Marina manejar su menstruación en total secretismo en su familia y en la escuela.
“No sabía nada sobre la menstruación cuando comencé, lo que sí me dijo mi mamá, además de que ya era ‘una mujer’, es que de ahora en adelante ‘por respeto’ tenía que envolver muy bien las toallas con papel de baño, al igual que la bolsita en la que vienen, para que mi papá y mi hermano no vieran mis deshechos y ni siquiera supieran que estaba menstruando.
“También en alguna ocasión me recriminó que durante los días que duraba sangrando, no quitara yo la bolsa de basura del baño y la entregara en el camión, porque era una vergüenza y, otra vez, una falta de respeto que ella, mi papá o mi hermano recogieran eso”, comenta.
- Lo que le sucedió a Marina es común, pues el 69 por ciento de las encuestadas tenían poca o nada de información cuando llegó su periodo. De las que ya tenían conocimiento del tema, 7 de cada 10 dijeron que fue gracias a su madre
- Las diferencias que se hacen socialmente en torno a la menstruación coloca a las niñas, adolescentes y personas menstruantes en una situación de desigualdad, pues el miedo a manchar la ropa, así como los dolores intensos que sufren algunas personas al tener el periodo, las priva, en ocasiones, de realizar actividades como ir a la escuela o asistir al trabajo.
La falta de información lleva al desconocimiento de los derechos en torno a la menstruación. Muestra de ello es que, tras la eliminación del IVA a productos para gestionar este proceso biológico, la cual entró en vigor el 1 de enero de 2022, solo el 35 por ciento de las mujeres sabían que pagaban este impuesto, mientras que el 85 por ciento desconoce que ha dejado de cobrarse./Agencias-PUNTOporPUNTO