Durante el mensaje por el cuarto informe de gobierno, el presidente López Obrador recalcó lo que, a su juicio, son las acciones trascendentales en seguridad de su administración.
Afirmó que existe una baja en la incidencia delictiva, entre ellos, el secuestro, robo, entre otros y también que, se ha logrado una disminución de víctimas de homicidio doloso.
En el Tercer Informe afirmaba la baja en 30% de los delitos, en comparación con noviembre de 2018 y utilizó los mismos delitos, como secuestros, feminicidios, robos a transeúntes, a transportistas, robo a vehículo, robo a negocio y robo a casa habitación, pero recalcó que aumentó el homicidio doloso y extorsión, cuya narrativa trata de acercarse al éxito de sus políticas públicas de seguridad, pero en la realidad no se acerca.
Son diversas las organizaciones de la sociedad civil que rechazan el contenido de las declaraciones del Ejecutivo Federal y desde tiempo atrás señalan que no existe una estrategia para enfrentar la crisis de seguridad. Por su parte el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reporta el aumento de los delitos en los que el Ejecutivo Federal afirma su decremento.
Es posible que la razón le asista al presidente, pero la espectacularidad con que la delincuencia cierra calles o carreteras quema vehículos y levanta personas, lo contradice.
Mientras los ejecutados, feminicidios y demás víctimas de delitos opacan el discurso presidencial, resalta la deficiencia en políticas de seguridad, que se pretende disfrazar con las capacidades de las Fuerzas Armadas, que no son menores, pero su diseño no es para seguridad pública.
También en estos días se discutirá en el Congreso la iniciativa para que la Guardia Nacional pase a la Secretaría de la Defensa Nacional.
El monopolio de la fuerza que ejerce el Estado y sus órganos es insuficiente o está mal dirigido, en el que se combina con la impunidad en la procuración e impartición de justicia y producen resultados terribles.
El presupuesto público federal y local es insuficiente, en veces está mal orientado y en ocasiones es desviado a actividades distintas al objeto con el que son diseñadas.
Mientras tanto, la oposición se dedica a criticar desmesuradamente los resultados de la administración pública, en los que denosta, critica y hasta en ocasiones, asume las mismas actitudes de insulto que las redes de apoyo a la #4T.
Hoy la seguridad no es lo prometido, ni lo esperado.
*Es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
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