En primera línea se encuentran los letones, que ya se han quedado sin gas proveniente del gigante ruso y saben a qué atenerse en los próximos seis meses.
- «Los precios de la energía son tan exorbitantes que hemos instalado nuestro propio calentador de agua», explica Juons Ratiniks, habitante de la ciudad de Rezekne, no lejos de la frontera rusa. Señala que es menos caro que el del sistema central de los edificios.
- Este guardia fronterizo jubilado advierte a los «políticos» que espera ayudas para pagar sus próximas facturas en aumento. De lo contrario, «¡van a tener problemas!»
- Al igual que en Letonia, el suministro de gas ruso también se cortó en Bulgaria, Dinamarca, Finlandia, Holanda y Polonia. En el resto de países, el flujo va secándose: en torno a un 70% de caída anual en julio, según varios expertos consultados por la agencia de noticias AFP.
En las capitales del continente, la idea de radiadores fríos o de fábricas detenidas horroriza a los gobiernos, que saben que Vladimir Putin usa estratégicamente el arma enérgética.
La caída en las entregas ha disparado los precios del gas, y en consonancia, los de la electricidad, ya que numerosas centrales térmicas funcionan con gas; el petróleo también ha aumentado antes de volver a caer.
- La guerra ha desatado la «primera verdadera crisis energética mundial de la historia», considera Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (OIEA). Y Europa se sitúa en «el epicentro de la tormenta».
El gas es tan importante -sobre todo, para países muy dependientes como Alemania, a causa de su industria pesada- que ha quedado fuera de las sanciones europeas a Rusia, que sí incluyen el carbón (embargo total) y el petróleo (embargo progresivo).
«Operación termostato»
Los flujos ya considerablemente disminuidos en el importantísimo gasoducto Nord Stream 1 entre Rusia y Alemania «fluctuarán entre el cero y el 20% de la capacidad en los próximos meses, lo que provocará una recesión en Europa en el invierno de 2022/23», predice Matt Oxenford, de la Unidad de Inteligencia de ‘The Economist’.
- Y si hay escasez, las autoridades cortarán el suministro prioritariamente a las empresas: tanto en Francia como en Alemania, los gobiernos están decidiendo a cuáles sacrificarán primero.
- La Unión Europea ha pedido a los estados miembros que reduzcan su consumo de gas en un 15% -a excepción de España y Portugal, quienes lograron que Bruselas redujera su objetivo a un 7% por su menor nivel de conexión energética con el resto del continente.
Pero las medidas de ahorro ya se aplican en numerosos países comunitarios. Italia lanzó en primavera una «operación termostato» para bajar la calefacción y reducir el aire acondicionado en escuelas y administraciones, una iniciativa imitada por España y Alemania.
- También se está decretando la reducción del alumbrado nocturno de comercios o apostar por el transporte público frente al coche.
«Yo ahorro energía», afirma Annette Kapaon, jubilada de 70 años que reside en Berlín. En invierno, «solo caliento la habitación donde paso el tiempo; el resto, lo justo para que no se congele».
Fuentes alternativas
Francia ha bloqueado los precios regulados de gas para los particulares, pero en Alemania la factura de los hogares subirá varios cientos de euros por año.
- Frente al difícil invierno que se anuncia, el portavoz del centro de consumidores de Renania del Norte-Westfalia, Udo Sieverding, advierte de que «numerosos hogares no podrán pagar».
Muchos se informan sobre la instalación de paneles solares, dice, mientras que los vendedores de carbón no dan a basto.
- Francia volverá a su «caza al derroche» de los años setenta, al tiempo que busca fuentes de energía alternativa, como el gas natural licuado o el carbón, pese su naturaleza contaminante.
También ha renunciado provisionalmente a cerrar una central de carbón y quiere instalar una nueva terminal flotante de metano, una decisión muy criticada por los defensores del medioambiente.
Esta semana, los precios del gas continuaron subiendo. El contrato a futuro del TTF holandés, referencia del mercado europeo de gas natural, alcanzó los 295 euros el megavatio hora (MWh), un nivel que no se veía desde las semanas iniciales de la invasión rusa a Ucrania, a mediados de marzo.
Bateria de medidas
- El instituto Bruegel calcula que los países de la UE (excluyendo a Portugal y Hungría) gastaron 236.000 millones de euros entre septiembre de 2021 y agosto de 2022 para hacer frente al alza de los precios.
- A la cabeza está Alemania, con 60.000 millones de euros, pero en relación con el tamaño de sus economías, Grecia y Lituania son los que más se han esforzado, dedicando respectivamente a esa reconversión energética un 3,7% y un 3,6% de su PIB.
- Italia destinó a esa tarea casi 50.000 millones de euros, el 2,8% de su PIB, y Francia el 1,8%, con 44.700 millones de euros.
El presidente francés, Emmanuel Macron, intenta preparar al país a un otoño e invierno “duros”. La semana pasada, pidió a los franceses aceptar “unidos (…) pagar el precio” de la “libertad” y de los “valores”, para hacer frente al “ataque brutal de Rusia” contra Ucrania.
Un escudo tarifario protege a los franceses hasta el 31 diciembre, pero queda por ver cuánto subirá la energía en 2023.
- En Alemania, desde el 1 de septiembre será obligatorio reducir la calefacción a 19 grados en todas las administraciones públicas y prescindir de piscinas privadas climatizadas.
- En la nórdica Finlandia, se anima a los ciudadanos a tomar duchas más cortas y, sobre todo, a pasar menos tiempo en sus saunas, que consumen mucha energía.
- Pero los países aún ultiman sus planes, que incluyen en algunos casos apagar los escaparates durante la noche o cerrar las puertas de las tiendas para evitar el desperdicio de energía.
El ahorro energético afectará también a la industria del continente, explica Vincent Charlet.
En un primer momento, “las actividades industriales que corren más riesgo son las que usan directamente el gas o la electricidad como materia prima”, señala, lo que implica gran parte de la industria metalúrgica (aluminio) y química.
“Por primera vez este año, he oído hablar de posibles deslocalizaciones energéticas”, añade.
El banco HSBC alertó que “una recesión” era “probablemente inevitable” en la eurozona.
La institución pronostica una caída del PIB de la eurozona (formada por 19 de los 27 países de la UE) en el último trimestre de 2022 y el primero de 2023.
Rusia está quemando hasta US$10 millones al día en gas
Mientras los costes energéticos en Europa se disparan, Rusia está quemando grandes cantidades de gas natural, según un análisis al que tuvo acceso la BBC.
- Dicho análisis revela que una planta gasífera rusa cerca de la frontera con Finlandia está quemando lo equivalente a US$10 millones en gas cada día.
- Los expertos afirman que, seis meses atrás; es decir antes de que Moscú lanzara su invasión contra Ucrania, buena parte de este hidrocarburo se exportaba a Alemania.
- El embajador de Alemania en Reino Unido le dijo a la BBC que Rusia estaba quemando el gas, porque «no podía venderlo en otro lugar».
Las sanciones internacionales impuestas a Rusia, con el respaldo de las autoridades alemanas, y la decisión de la Unión Europea (UE) de reducir su dependencia de las exportaciones energéticas rusas impiden al gobierno de Vladimir Putin colocar toda su producción.
Una inusual flama
- Un análisis de la consultora energética Rystad Energy indica que la nueva planta de gas natural licuado (GNL) de Portovaya, al noroeste de San Petersburgo, está quemando unos 4,34 millones de metros cúbicos de gas al día.
- Los primeros avisos los dieron residentes finlandeses cerca de la frontera que alertaron de una gran llama en el horizonte. Portovaya está cerca de una estación de compresión en el inicio del gasoducto Nord Stream 1, que transporta gas hasta Alemania.
- El suministro a través del gasoducto lleva restringido desde mediados de julio. Los rusos achacan la situación a problemas técnicos, pero desde Alemania afirman que se trata de una represaliapor las sanciones.
Desde junio, los investigadores han observado un aumento significativo del calor que emana de la instalación, lo cual se cree que se debe a la quema de gas natural.
Aunque la quema de gas es habitual en las plantas de procesamiento, normalmente por razones técnicas o de seguridad, lo que viene ocurriendo en Portovaya alarma a los expertos.
«Nunca había visto que una planta de GNL quemara tanto», afirmó Jessica McCarty, experta en datos de satélite de la Universidad de Miami (Ohio).
«A partir de junio, vimos este enorme pico, que no ha desaparecido. Se ha mantenido anómalamente alto», agregó.
Sin compradores
- El embajador alemán en Reino Unido, Miguel Berger, aseguró a la BBC que esta inusual quema es prueba de que los esfuerzos europeos por reducir la dependencia del gas ruso estaban «teniendo un fuerte efecto en la economía rusa».
«No tienen otros lugares donde vender su gas, así que tienen que quemarlo», sentenció.
- Por su parte, Mark Davis, director general de Capterio, una empresa que se dedica a buscar soluciones a la quema de gas, coincidió en que la situación es una decisión deliberada y tomada por razones operativas.
«Los operadores suelen ser muy reticentes a la hora de cerrar las instalaciones por miedo a que su puesta en marcha sea técnicamente difícil o costosa, y probablemente sea este el caso», le dijo a la BBC.
- Otra hipótesis apunta a que la quema de gas puede ser consecuencia de problemas técnicos para manejar los grandes volúmenes del combustible que se enviaban por el gasoducto Nord Stream 1.
- La compañía rusa Gazprom habría intentado utilizar el carburante para fabricar GNL en la nueva planta, pero podría haber tenido problemas para manejarlo y, por ello, ha optado por quemarlo.
«Este tipo de combustión por tanto tiempo puede significar que les falta algún equipo», explicó Esa Vakkilainen, profesora de ingeniería energética de la Universidad LUT de Finlandia.
«Debido al embargo comercial, Rusia no puede fabricar las válvulas de alta calidad que se necesitan en el procesamiento del petróleo y el gas. Así que puede que haya válvulas rotas y que no puedan sustituirlas», dijo./PUNTOporPUNTO