Kaleb, de 3 años, estaba sentado dentro de una iglesia en Fresnillo, Zacatecas; Román platicaba con un amigo en la banqueta de su casa en León, Guanajuato; ambos fueron asesinados por criminales.
- El primero fue víctima del fuego cruzado el pasado 19 de mayo; el segundo resultó ultimado dos semanas antes. Contrario a las reducciones que el gobierno federal ha presumido en materia de homicidios dolosos, la violencia contra los jóvenes y niños del país mantiene un ritmo constante desde el inicio de la presente administración, a tal grado que cada 8 horas es asesinado un menor de edad por las organizaciones delincuenciales.
Visto desde otra perspectiva: cada año son asesinados poco más de mil niños, tres al día en promedio. De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre diciembre de 2018 y abril de 2022 perdieron la vida de manera violenta 3 mil 660 personas menores de 18 años en el país.
Además, la mitad de los homicidios se cometieron en cinco entidades, siendo Guanajuato el mayor foco de violencia al registrar 545 adolescentes asesinados; le siguen Estado de México, con 350 casos; Michoacán, con 296; Chihuahua, con 281, y Zacatecas con 223.
Relación directa
David Saucedo, especialista en temas de seguridad, opinó que la delincuencia organizada está directamente relacionada con los asesinatos de menores de edad, ya que la mayoría son víctimas de fuego cruzado, pertenece a familias con vínculos criminales, son reclutados como halcones o empaquetadores de droga e incluso llegan a convertirse en niños sicarios.
“Tenemos un porcentaje cada vez mayor de sicarios menores de edad que son reclutados por el narco con ese rango de edad a propósito porque no pueden ser procesados judicialmente; entonces pueden cometer delitos de alto impacto, incluso asesinatos, sin que sean llevados a prisión”, explicó.
- Los casos más llamativos fueron Juanito Pistolas y El Ponchis, dos niños que ingresaron muy jóvenes a las fuerzas del crimen organizado y que tenían en común pertenecer a familias relacionadas con bandas delincuenciales y ser reclutados como asesinos antes de los 15 años.
- A pesar de que murió a los 16 años en medio de una balacera con agentes de Tamaulipas, el expediente criminal de Juanito Pistolas contaba con diversos detalles, como ser arrestado en 2015 cuando apenas tenía 13 años y por tener un narcorrap dedicado a él titulado Comandante Chikitín.
El caso del Édgar Jiménez, El Ponchis, resulta ser más sanguinario. En 2010, a los 14 años, fue detenido en Cuernavaca, Morelos, por pertenecer al cártel de los hermanos Beltrán Leyva y durante su confesión dijo haber participado en al menos cuatro decapitaciones, pero aseguró que fue bajo los efectos de las drogas y tras recibir amenazas de muerte.
La mayoría de los niños que son reclutados por las filas del crimen organizado se encuentran en zonas pobres y de fuerte injerencia de los cárteles de la droga o de grupos que se denominan autodefensas, aseguró Saucedo.
“Estos casos se encuentran donde operan los grupos de macrocriminalidad como el cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (…) o bien, en zonas donde pequeños grupos realizan labores de autodefensa, como en Michoacán, o el cártel de Santa Rosa de Lima en Guanajuato”, dijo.
Homicidios contra niños
En tanto, el presidente Andrés Manuel López Obrador lamentó la masacre de Uvalde, Texas, como candil de la calle, no puede decir que en México se está a salvo. “Aquí también hay una inocencia arrebatada y pérdida; los niños y niñas son las mejores mercancías para esta sociedad del descarte que fomenta la cultura de la muerte que nos está devastando», consideró el Centro Católico Multimedial.
- Resaltó que esa masacre, en una comunidad con población de raíces mexicanas, tuvo eco en Palacio Nacional cuando el presidente envió sus condolencias y solidaridad a los familiares de las víctimas; al tiempo de que se alzaron las preguntas acerca de la misma violencia que azota al país en donde no pocos menores han perdido la vida a causa de la detonación de armas de fuego y la acción del crimen organizado.
- El CCM recordó el caso de Orlando Rosales es un nombre que permanece olvidado por el paso del tiempo. En 2001, se mató frente a sus compañeros de aula en la escuela secundaria 163 Francisco Javier Mina de Iztapalapa.
Su depresión y problemas le llevaron a optar por la salida fácil cuando usó sobre sí mismo una pistola calibre 22. Eso llevó a la implementación del programa “Mochila Segura” con muchas controversias por la posible violación de derechos humanos de los estudiantes.
- Otro episodio, agregó, quizá uno de los más tristes fue el tiroteo en el Colegio Americano de Monterrey, el 18 de enero de 2017, cuando un joven de 16 años la emprendió contra sus compañeros dejando un saldo de dos muertos y tres heridos abriendo de nuevo el debate acerca de cuáles deberían ser las medidas de seguridad más pertinentes en las escuelas e impedir la portación de armas en las mochilas.
Según el estudio Niñas, niños y adolescentes reclutados por la delincuencia organizada de la organización Reinserta, “en las últimas décadas, en todo el territorio nacional, se ha recrudecido la violencia contra la niñez.
Según datos de Redim (2019), del año 2000 al cierre de 2019, alrededor de 21,000 niñas, niños y adolescentes han sido víctimas de homicidio doloso, mientras que hay más de 7,000 casos de desaparición en este sector (Infobae, 2020)”.
En el editorial “Inocencia Perdida”, destacó que la masacre de 19 niños y dos maestras en la Robb Elementary School en Uvalde, a manos de un hombre de 18 años abatido en el mismo lugar del crimen, recuerda cómo la violencia se ha hecho cultura y permea en cada rincón de nuestras vidas, hogares y lugares cotidianos.
- El CCM resaltó que en Estados Unidos, el debate está abierto cuando una álgida discusión se da entre quienes defienden derechos constitucionales para poseer y portar armas como medios para la legítima defensa y recreación, esto patrocinado organizaciones promotoras de la tenencia de armas de fuego cuya maleabilidad ha penetrado en la política y estamentos sociales y de diversas ideologías.
Desde los más pobres hasta los encumbrados, la posesión de armas se convierte en el leitmotiv justificatorio de la supremacía racial e, incluso, de protagonizar lo que se ve en la realidad virtual.
El organismo católico hizo énfasis en que la situación no es nada nueva. En 1999, Eric Davis Harris y Dylan Bennet Klebold consumaron la llamada masacre de Columbine que marcó un antes y un después al ser la primera de este tipo que se recuerde: trece personas fueron asesinadas y 23 fueron heridas.
Se estima que en lo que va del 2022, más de 17.000 muertos, incluidos casi 650 menores, fueron víctimas de la violencia armada en Estados Unidos, es decir, un promedio de 111 muertes al día.
Save the Children afirma que “2021 fue un año violento para los menores, pues cada día, siete fueron víctimas de homicidio, nueve niñas y adolescentes de feminicidio cada mes y por día, 37 menores sufrieron violencia”, al menos 728 homicidios se consumaron por arma de fuego./Agencias-PUNTOporPUNTO