Una victoria en las elecciones del próximo cinco de junio en los estado de Oaxaca y Quintana Roo le daría el control de la región sur-sureste del país a Morena, la cual ha significado un importante semillero de votos para el presidente Andrés Manuel López Obrador y su movimiento.
- Habiendo ganado Tabasco y Chiapas en 2018, así como Guerrero y Campeche apenas el año pasado, las victorias de Mara Lezama y Salomón Jara significarían la consolidación de Morena como la fuerza política dominante en el sur-sureste. Gobernando a casi 18 millones y medio de mexicanos a lo largo de seis entidades
Los habitantes de esta región no solo han demostrado su simpatía por el bloque del primer mandatario, sino también su disposición a acudir a las urnas para demostrarlo en las elecciones. Así se apreció apenas en abril pasado cuando aportaron 14.7 millones de votos en la consulta de revocación de mandato, casi el 16 por ciento del total nacional.
- De acuerdo con sus respectivas listas nominales, Tabasco, Chiapas y Campeche tuvieron la mayor participación de todo el país con Oaxaca, Guerrero, Yucatán y Quintana Roo también entre las primeras 10 y, superando incluso, a la Ciudad de México, la cual es considerada como el bastión histórico del lopezobradorismo.
Con Lezama y Jara a la cabeza y un cómodo margen en las encuestas, el doctor Nicolás Loza, profesor-investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, analiza para Reporte Índigo lo que representa para Morena poder sumar a estos dos estados.
“Todo el sur dominado por Morena electoralmente es muy valioso. Con Oaxaca pienso obviamente también en Guerrero o Chiapas, estados en donde la participación electoral es muy alta paradójicamente. Y suele serlo porque las estructuras partidistas logran llevar a la gente a votar”.
- Quintana Roo, por otra parte, mantiene un perfil más similar a Yucatán, único estado del sureste que se ha mantenido al margen del avance de Morena y, por el contrario, se ha consolidado como una especie de refugio para Acción Nacional.
“Ahí lo más relevante, por mucho, es el poderío económico. Su condición demográfica y tal vez el hecho de que es vértice de la actividad turística y podría ser del desarrollo en general de esa zona. Asociado incluso al asunto del Tren Maya, a esos votantes hay que convencerlos, hay un trabajo más complicado de mantenimiento, de votantes volátiles”, explica el académico.
- Otro de los temas más relevantes y menos visibles es el del acomodo de estos candidatos que se van a convertir en gobernadores con los precandidatos presidenciales de Morena, el cual por ahora está en segundo plano, pero a la larga, de aquí precisamente a 2023, vamos a ver cómo se alinean
- Con esto coincide Ricardo Tapia Basurto, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien advierte que esta consolidación regional del partido oficial también lo puede poner a prueba, pues nuevas victorias electorales significan también nuevas figuras con poder en el juego interno de Morena.
“A diferencia de lo que pasó en el régimen de partido único del PRI en los 60, 70 y todavía en los 80, cuando había una gran cohesión, en Morena difícilmente veremos lo mismo. Es más probable que la llegada de más gobiernos locales fortalezca la narrativa de grupos de poder. Hay gobernadores que se han alineado con uno u otro bando y es muy probable que siga pasando”.- Ricardo Tapia Basurto
Académico de la FCPyS-UNAM
Sobre la consolidación regional en el sur-sureste del país, considera que “estamos viendo un proceso en el que se están exacerbando las diferencias regionales que han existido en México por mucho tiempo. Desde las elecciones de 2006 quedó evidente que había una división política entre norte y sur de forma clara”.
- Esto se debe a que a lo largo del país se han establecido tendencias de comportamiento tanto político como económico en las distintas regiones, las cuales se seguirán acentuando y exacerbando a raíz del incremento en las desigualdades que generaron la reciente crisis sanitaria y económica a nivel global.
- Fue por estos mismos indicadores que López Obrador puso en marcha una serie de proyectos para activar la región sur-sureste del país: el Tren Maya que recorrerá la península de Yucatán hasta Chiapas; la refinería Olmeca de Dos Bocas, Tabasco; y el Corredor Interoceánico del istmo de Tehuantepec en Oaxaca y Veracruz.
Sobre el impacto de estas obras, Tapia Basurto señala que “lo que se ha visto con las protestas contra el Tren Maya y también el Transístmico es que las comunidades directamente vinculadas al proyecto se oponen. Más bien, estos proyectos para lo que van a servir es para continuar con la narrativa a nivel nacional y que el Presidente pueda hacer campaña”./CONGRESO-PUNTOporPUNTO