A esta columna llegó la información de que Oscar Collazo Soto, a quien señalan como uno de los implicados en el caso de Debanhi Susana, Escobar Bazaldúa, lanzó una amenaza velada contra «todos los autores de estos actos de difamación (en su contra). Tranquilo, despacio, en silencio, a mi tiempo y a mi modo, pero uno por uno».
Por supuesto que dentro de esa amenaza velada figura el nombre de quien escribe esta columna, e incluso, Collazo Soto, publicó en su fan page de Facebook en donde aparece como Oscar Collazo Abogado, parte de la segunda columna que escribí sobre el crimen de la joven ocurrido al parecer en la habitación 174, ubicada en la planta alta del Motel Castilla, localizado en el municipio de Escobedo Nuevo León.
Solo le aclaro al señor Collazo que JAMÁS se aseguró en este espacio que usted era el asesino de Debanih, por el contrario, citamos que la información se obtuvo mediante empleados del Motel, quienes por cierto ya fueron amenazados de muerte para que no declararan ante las autoridades lo que vieron y escucharon el día en que ocurrió el asesinato. Incluso, ante ello, varios de ellos decidieron salir de Nuevo León.
Además, hay otros testimonios que concuerdan con personas que en ese momento se encontraban hospedadas en el inmueble y que fueron entrevistadas por separado. Este columnista lo único que hizo fue dar voz a quienes se animaron a dar su testimonio de lo que al parecer ocurrió en la habitación 174. Lo estuviese difamando, si yo hubiera escrito, «sí, el fue quien mató a Devanhi, es más yo lo vi», cuando realmente no me consta, ¿no es así?
Considero que si usted realmente es abogado, no debió cometer el error de lanzar directamente contra mi persona esa amenaza velada y menos aún publicarla en redes sociales, que es por donde actualmente la gente se entera de lo que ocurre en el país y en cualquier parte del mundo.
Ahora bien, yo como periodista y ciudadano no dudo de su inocencia, pero tampoco de los datos que me fueron proporcionados por gente que está involucrada en este lamentable caso, y que por lo que noté, antes que yo, varios medios de comunicación los habían publicado y lo mencionaban a usted, lo cual no es mi responsabilidad, sino de ellos.
Pero lo que se me hace extraño es que usted como gente preparada y experta en leyes, recurra a las amenazas e intimidaciones directas, cuando sabe perfectamente que eso es un delito grave y más aún cuando se realizan en contra de periodistas.
Y como usted lo comenta, quizás me localice y mande a alguien para que atente contra mi persona, porque por lo que escribió, da a entender que tiene muchos contactos en todas partes, pero también es mi deber hacer de su conocimiento que muchos medios de comunicación y las autoridades correspondientes ya están enteradas de esta situación y además, lo responsabilizo LEGAL Y DIRECTAMENTE A USTED OSCAR COLLAZO SOTO, de cualquier cosa que me llegue a ocurrir a mí o a mi familia.
Si como dice, es inocente y no tiene vela en el entierro –e insisto yo no tengo por qué dudar de ello- y en realidad no le afecta, no le fastidia, es paciente, pero jamás pierde, ¿por que actúa de esa manera?, ¿por qué mejor no hace una rueda de prensa para desmentir a todos aquellos que lo involucran en el crimen? ¿por qué no pide un derecho de réplica?, creo yo, que esa es la forma más sensata y salomónica de actuar en esta situación para que las cosas no se compliquen más, tal y como lo hizo su primo «El King Kong». Este espacio periodístico está abierto para usted cuando guste.
Sin más que agregar, a continuación, publico de forma textual lo que usted escribió en su red social –de la que por cierto yo no tomé ninguna de sus fotografías como lo afirma, porque hay muchísimas que circulan por redes sociales- para que no me vaya a decir que por segunda ocasión lo estoy difamando:
«El día de hoy me hicieron llegar estos post que comenzaron a circular. Ya no involucran a las amigas de Debahni, al taxista, a mi primo dueño de ALCOSA, sino que se han enfocado en Gustavo Soto y en mí. Han tomado una foto de mi cuenta de Facebook y han tenido los suficientes para acusarme directamente a mí. De ser un espectador, cómo todos ustedes, a la fuerza me hicieron participar cómo homicida. Gustavo, a quien la gente llama «el jaguar» (puesto que ese no es su apodo) según me comentaron hace días, -no me consta-, tiene años viviendo fuera de México.
Yo no tengo la culpa si esta niña andaba de fiesta, si su familia la descuidaba, si la fiscalía hace o no su trabajo, si la delincuencia se ha incrementado, si quieren golpear políticamente al gobernador o si el grueso de la población es estúpida y no tiene capacidad de análisis. ¿Es triste la situación? Claro que lo es!! Incluso yo estoy representando a una mujer por un asunto parecido al de Debahni y es vomitante escuchar los hechos. Vivimos en medio de una sociedad podrida, pero yo no tengo la culpa de eso. En realidad no me afecta, no me fastidia, soy paciente, pero jamás pierdo.
Hoy integraron a mi papá en todo esto. Un hombre que solo se dedica a trabajar y a crecer y no se mete absolutamente con nadie. La verdad solo quieren molestar. Ésta gente que se aprovecha de la estupidez de muchos en realidad me sigue teniendo sin cuidado. Voy a comenzar a actuar y voy uno por uno. Es tan fácil dar con los autores de estos actos de difamación. Tranquilo, despacio, en silencio, a mi tiempo y a mi modo, pero uno por uno.»
Cabe señalar estimados lectores, que este escrito provocó diversos comentarios, en los que cuestionaban al señor Collazo por su actitud amenazante y le hicieron notar muchos detalles que no concuerdan con las investigaciones que se hacen por parte de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Nuevo León. Ustedes juzguen.
APUNTES FIDEDIGNOS
Y siguiendo con el caso de Debanhi, les comento que ha arrojado múltiples versiones no sólo por parte de la Fiscalía General del Estado de Nuevo León (FGE), también de periodistas que se dieron cita en la zona de los hechos, y de presuntos investigadores de redes sociales, quienes han revelado datos que, hasta el momento, no se han confirmado por parte de las autoridades.
En algunos de esos casos, se han dado incluso nombres o apodos, como puede ser el caso de “El Jaguar”, un supuesto hombre involucrado directamente con el caso, pues se filtró una presunta conversación entre Debanhi y sus amigas donde hablan de este personaje.
Sin embargo, el hombre supuestamente ligado a ese alias, identificado como Gustavo Soto, rompió el silencio a través de las redes sociales y negó tener ese apodo, por lo que presentó algunas pruebas para deslindarse de los hechos. Lo curioso es que aunque asegura que es actor, salió en una fotografía dentro de un departamento, apuntando con un arma de alto calibre y cañón de largo alcance.
En este sentido, aseguró que le apodan “El King Kong” por su complexión grande, pero en las fotos que circulan por internet se le ve flaco por una pérdida de peso a la que se sometió. Así las cosas…mientras tanto, ¡¡¡seguiremos informando!!!
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