El salario general comenzó a hacerse chiquito frente al incremento anual y constante del salario mínimo en México; y existe el riesgo de que en 2027 supere los sueldos básicos que ganan la mayoría de los mexicanos, alertó Aon.
- La empresa británica especializada en gestión de riesgos, informó que entre 2019 y 2021 el salario mínimo acumuló un incremento de 68%, al pasar de 102.7 a 172.9 pesos diarios pagados.
- Mientras que el salario contractual más bajo –negociado por contrato y diferente al mínimo– pagado a los empleados sindicalizados apenas aumentó 23.41%, con un repunte de 211 a 260.4 pesos diarios, durante el periodo de referencia.
Lo anterior implica que la actualización de los salarios generales en México se ha rezagado hasta tres veces frente al salario mínimo; o bien; que este último comenzó a restarle poder económico a los sueldos diferentes al minisalario.
La firma alertó que de mantenerse la tendencia actual de incrementos, el salario mínimo va emparejar a los salarios contractuales en 2026; pero en 2027 y 2028 el minisalario será de 430.2 y 516.2 pesos diarios, contra 340 y 359 pesos de los sueldos generales.
Voltereta del salario mínimo
La directora de Consultoría en Compensación de Aon México, Rocío Hernández, señaló que en solo tres años los incrementos al mínimo se comieron una cuarta parte del salario general.
- Detalló que en 2019 el salario básico que pagaban las empresas a sus trabajadores era equivalente a dos veces el monto del mínimo; pero ahora esa proporción se contrajo a 1.5 veces.
- “En 2019 los salarios más bajos pagados a los sindicalizados estaban en 211 pesos diarios; mientras que el salario mínimo pagaba 102.7 pesos.
“Y ahora, en 2022, el sueldo pagado por las empresas está en 260.4 pesos y el mínimo subió a 172.9 pesos diarios; que sólo es 1.5 veces que el sueldo que pagan las organizaciones.
“Entonces, están perdiendo posición los sueldos de las compañías privadas versus el salario mínimo”, puntualizó la especialista en compensaciones laborales de Aon México.
Impactos en empresas y trabajadores
Rocío Hernández, explicó que el “traslape” de los salarios mínimos y generales tiene un impacto directo en las finanzas de las empresas del país; debido a que cada vez que sube el mínimo repuntan –en automático– el costo de las prestaciones.
- En una entrevista con Publimetro, señaló que la presión financiera sobre las empresas, desatada por la problemática descrita, es tal que los aumentos previstos en sueldos contractuales para este año –de 5% en promedio– se han disparado a 7%, 8% y 10%.
“Este impacto está haciendo que las empresas tengan más problemas financieros para dar incrementos de sueldos tan altos como el mínimo, versus su rentabilidad y situación financiera.
“Mientras que entre los empleados se comenzó a desatar ciertas inquietudes e inconformidad; porque no reciben incrementos tan importantes” como el alza de 22% que reportó el mínimo para 2022, subrayó la especialista.
Incrementos al salario general 2022
Una encuesta de Aon reportó que las empresas estiman los siguientes incrementos al salario general:
Personal no sindicalizado
- CDMX: 6.1%
- Bajío: 6.7%
- Norte: 9.5%
- Noreste: 5.8%
- Estado de México: 5.8%
- Sureste: 5.2%
- Centro: 4.9%
- Pacífico: 6.2%
Personal sindicalizado
- CDMX: 6%
- Bajío: 7.3%
- Norte: 10.9%
- Noreste: 6.3%
- Estado de México: 5.7%
- Sureste: 5%
- Centro: 4.7%
- Pacífico: 5.5%
Salario mínimo pierde poder de compra
- 31.17 pesos aumentó el salario mínimo en 2022.
- En enero se podía comprar 1.72 kilos de tortillas con el alza al mínimo; con un precio promedio de 18 pesos por kilogramo del basico.
- Para marzo, las familias solo pueden llevarse 1.55 kilos, debido a que la inflación llevó el costo de la tortilla a 20 pesos.
- Ahora los mexicanos compran 170 gramos menos o hasta seis tortillas menos.
Salarios insuficientes ante la escalada de precios
No hay medida que pueda con el imparable aumento de precios en México. Mientras que a inicios de año los salarios contractuales -que conforman alrededor del 60% del ingreso de los trabajadores formales- tuvieron incremento nominal de 6,7% en febrero (el mayor en lo que va de esta administración), de acuerdo con datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, que tras el efecto de la inflación, se traduce en una pérdida en el poder adquisitivo de -1,34%.
- La inflación, que en febrero llegó a 7,28%, sigue presionando el bolsillo de las familias mexicanas y los obliga a cambiar sus hábitos de consumo. Son precisamente los alimentos más populares en el país los que más duelen en las finanzas de los consumidores: el pollo, el limón y la carne, así como frutos como el aguacate han puesto a la capacidad de compra en una caída libre.
Aunque el salario mínimo en el país aumentó 22% al inicio de 2022 y se ubicó en 172,87 pesos diarios (poco más de ocho dólares), solo 12% de los trabajadores gana esta cifra, según la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos del país, mientras que el ingreso promedio para los trabajadores inscritos en el Instituto Mexicano del Seguro Social fue de 466,75 pesos (unos 22 dólares).
“Son muy pocos los trabajadores que ganan el mínimo, el impacto real se observa en el deterioro de la alimentación”, dice en entrevista David Lozano, coordinador del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM. “Los mexicanos que ven encarecidos los alimentos optarán por productos de menor calidad, pero más baratos”, indica el economista.
- Los productos de la canasta básica son los primeros que ven mermas. Gabriel Pérez del Peral, profesor investigador de la escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana, indica que las familias que perciben entre uno y dos salarios mínimos (el 60,7% de los empleados en el país) son quienes más padecen de esta merma del poder adquisitivo. “Por ejemplo, el aceite vegetal que es base de la cocina en México, ha llegado a su nivel más alto de los últimos once años”, comenta en entrevista.
De acuerdo con el especialista, el 80% de los productos y alimentos preferidos en la cocina mexicana se transportan por vía terrestre, por lo que el aumento en el precio de los hidrocarburos, así como el gas licuado de petróleo, han tenido una incidencia directa en la inflación.
Pérdidas que se le escapan a la política
Los esfuerzos del Gobierno mexicano para hacer rendir el ingreso de los trabajadores son insuficientes. Desde los estímulos fiscales hasta el aumento de salarios mínimos y contractuales en el país no sirven de nada si no se toman otro tipo de medidas.
- El 24 de marzo, la junta de Gobierno del Banco de México dará a conocer su anuncio de política monetaria. “Si (el banco central) no sube por lo menos 50 puntos base la tasa de interés de referencia, se reflejará como tolerante a la inflación y aceleraría la salida de capitales, lo que incrementa la devaluación de la moneda”, comenta Pérez del Peral.
Adicionalmente, los efectos económicos que ha tenido la guerra entre Rusia y Ucrania agrava el panorama económico para muchos países, incluyendo a México en el mediano plazo. “El problema de la inflación no es únicamente de política económica, los fenómenos van más allá de eso y podríamos esperar que en los próximos meses la inflación supere el 8%”, estima David Lozano.
- Según el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Villalobos, el aumento de las temperaturas y la sequía presionaría también el aumento de granos básicos e insumos agrícolas, lo que mermaría aún más el poder de consumo de los mexicanos.
“El aumento en el precio de los insumos, derivado en primera instancia por efectos de la pandemia, se puede acentuar por el conflicto geopolítico en Europa del Este, aunado a los imponderables climatológicos como la sequía, son temas que ocupan tanto al Ejecutivo como al Legislativo, ya que representan incrementos en los costos de producción para todas las cadenas productivas del sector”, refiere el funcionario.
El 37% de la fuerza laboral no tiene acceso a prestaciones
“Ya pronto”, esa es la respuesta que ha recibido Lorena Martínez cuando pregunta por sus prestaciones en la agencia de marketing para la que trabaja. Ese ya pronto se ha extendido mucho y este será el segundo año que no recibirá aguinaldo. Ella es una de los 14 millones de personas trabajadoras en México que no tiene acceso a esta prestación, a pesar de que en la práctica laboran en condiciones de subordinación y deberían tener garantizado este derecho.
- Lorena Martínez, a quien nombramos así para conservar su anonimato, tiene un sueldo fijo, un jefe de quién recibe órdenes y no puede rechazar proyectos; en esencia, es una empleada remunerada y, pesar de ello, su empleador no cubre el pago de aguinaldo. Su vida laboral no siempre fue así, hace poco más de dos años tenía un empleo formal con prestaciones de ley.
- “Tuve una racha muy mala después de mi último trabajo. Estuve con puro trabajo freelance como por dos años y en la agencia estaba así al principio. Después, cuando empecé a tener más trabajo pedí el sueldo y me lo dieron, pero sin prestaciones. Sí he comentado con ello lo de las prestaciones, pero siempre nos dicen que ya pronto. Según esto, para el próximo año”, relata.
En México, el 37% de los trabajadores subordinados y remunerados no tiene acceso al aguinaldo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) para el tercer trimestre del año. Estas personas no son trabajadores independientes o emprendedores, son empleados con un patrón y a pesar de que la Ley Federal del Trabajo (LFT) protege este derecho para ellos, en la práctica algunos empleadores lo evaden.
- En el comparativo anual, el renglón de trabajadores sin acceso a prestaciones es el que más ha crecido dentro de las personas con una ocupación subordinada, con un aumento de 14.5%. Son 1.7 millones de personas las que se han incorporado a un empleo en estas condiciones respecto de la cifra reportada del tercer trimestre de 2020.
“Son varios factores a los que se puede atribuir. El primero es que hay empleo informal subordinado sin un vínculo laboral establecido por medio de un contrato, pero pueden ser trabajadores directamente informales, pero también pueden ser prestadores de servicios que están contratados bajo un esquema de subordinación”, apunta Sofía Ramírez, directora de la organización México ¿Cómo vamos?
Desde la perspectiva de Carlos Ramírez, director de Desarrollo de Negocios de Integralia Consultores, el crecimiento de la población sin acceso a aguinaldo está vinculado con la debilidad del mercado de trabajo y una recuperación del mismo que se ha concentrado en empleos de menor calidad.
“Las personas salieron del mercado laboral, se quedaron sin chamba y están regresando, pero sin acceso a estas prestaciones”, señala el especialista.
- En eso coincide Sofía Ramírez, pues en términos de ocupación, el mercado laboral ya recuperó las plazas pérdidas a causa de la pandemia por la Covid-19, pero hay indicadores que evidencian un deterioro en las condiciones de trabajo de las personas que han retornado a la economía.
“Es muy importante visibilizar que no tenemos una calidad de mercado laboral que garantice una igualdad de circunstancias y una mejore en la calidad de vida a más personas”, expone.
Además de esto, el universo de trabajadores subordinados que no recibe aguinaldo da muestra del dominio de la informalidad en el mercado de trabajo en México, la cual debe ser atacada de frente con estímulos a los negocios, agrega Sofía Ramírez.
Estaba acostumbrado al aguinaldo
«Ya estaba acostumbrado a recibir un aguinaldo, entonces sí es algo raro y complicado», comparte Carlos Hernández, nombre ficticio para conservar el anonimato.
- Carlos es vendedor en una agencia de vehículos en Xalapa, Veracruz, y está contratado como prestador de servicios profesionales, no tiene un sueldo fijo y sus ingresos dependen de comisiones. Sin embargo, debe cumplir con un horario y portar el uniforme, como un empleado más.
Al igual que Lorena, las circunstancias lo llevaron a aceptar un trabajo en estas condiciones. Fueron tres meses sin un empleo después de perder su último trabajo formal como subgerente en una sucursal de una cadena de supermercados.
«Me comentaron que no había prestaciones, pero no me comentaron cómo era mi contrato, hasta que firmé me di cuenta de muchas cosas, pero ya tenía una semana y media trabajando», detalla.
Esta Navidad será diferente para Carlos, tiene cuatro meses trabajando en condiciones similares como cuando estaba en el supermercado, pero la diferencia es que no contará con el ingreso extra para las fiestas decembrinas, esta vez no habrá aguinaldo.
- De acuerdo con la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (Profedet), el pago de aguinaldo es un derecho que tienen los trabajadores de base, de confianza, de planta, sindicalizados, por obra o tiempo determinado, temporada, por tiempo indeterminado sujeto a prueba o sujeto a capacitación inicial, eventuales, comisionistas, agentes de comercio, de seguro, vendedores, entre otros que se rijan por la Ley Federal del Trabajo.
Por ley, el aguinaldo debe cubrir antes del 20 de diciembre de cada año y su monto no puede ser menor a 15 días de sueldo en el caso de los trabajadores del sector privado y de 40 días para los servidores públicos, los cuales pueden recibirlo en dos pagos, la mitad antes del 15 de diciembre y la otra parte antes del 15 de enero.
¿Por qué no se respeta la LFT?
La LFT no distingue entre trabajadores formales o informales y, por lo tanto, el pago de prestaciones como el aguinaldo es obligatorio para cualquier empleador. Pero si es así, ¿por qué no se respeta? Sara Morgan, consultora independiente y especialista en Derecho Laboral, atribuye esta situación a diversos factores, desde la necesidad de un empleo hasta el temor de perder el puesto por demandar o un riesgo calculado por parte de los empleadores.
“Quién no paga una prestación laboral lo hace a propósito, porque no vivimos en el siglo XIX, todo mundo sabe que en diciembre a los trabajadores subordinados se les paga aguinaldo”, afirma.
- Sin embargo, la necesidad de tener un empleo lleva a las personas a aceptar un puesto de trabajo sin las prestaciones de ley. Esta situación se combina con un riesgo calculado que en ocasiones realizan los empleadores. “Quién va a demandar, eso es todo un tema porque cuando demandas pierdes el trabajo”, opina.
- Pero la informalidad y la vulneración de derechos laborales no se limitan al sector privado, el gobierno también simula relaciones laborales a través de esquemas como el de servicios profesionales y con ello evita pagar prestaciones como el aguinaldo, expone Sara Morgan.
“Tanto la autoridad misma como los particulares están precarizando el trabajo. Esta precariedad surge cuando son muy altos los impuestos aunados a la seguridad social y, en ese caso, los empleadores simulan y prefieren arriesgarse porque la pérdida será mejor, quizá demanden 100 trabajadores de 10,000”, explica la especialista.
El golpe adicional
Para Sofía Ramírez la falta de acceso al aguinaldo es un asunto que complica más la situación de las familias mexicanas, en especial en un contexto de alta inflación.
“El hecho de que estén subiendo los precios, sobre todo de los bienes, impacta muchísimo en la capacidad de consumo de las familias más vulnerables”, asegura la directora de México ¿Cómo vamos?
- Carlos Ramírez coincide en que la inflación durante el cierre de año complica más el panorama de las personas que no reciben esta prestación. “Los niveles inflacionarios altos elevan el estrés financiero de muchas familias en el cierre de año y sin acceso a estos beneficios, pues complica aún más las circunstancias”, subraya
En ese sentido, el director de Desarrollo de Negocios de Integralia Consultores enfatiza que el mercado de trabajo no sólo ha transitado por una recuperación lenta, también con una tendencia a condiciones laborales más difíciles y precarias, lo que no puede ser ignorado en la supervisión del mercado./Agencias-PUNTOporPUNTO