Opinión CARLOS RAMOS PADILLA*
La deforestación con motivo del Tren Maya merece la intervención sería de investigadores. El tono de la información debe subir a niveles incluso internacionales. No se trata únicamente de romper el equilibrio ecológico sino además identificar el trafico con maderas preciosas de la selva, hablamos de ceiba, nogal, cedro, caoba y roble.
Cada árbol talado y traficado ilegalmente tiene un valor estimado de $5000 dólares. Se estima que cada hectárea puede sumar hasta 5 mil árboles. Hasta el momento se calculan que han sido deforestadas más de 127 mil hectáreas.
Él saqueó masivo de la selva Maya violenta incluso terrenos arqueológicos que han maravillado al mundo por las construcciones que en su gran mayoría no han sido rescatadas, investigadas y expuestas. Aquí también el saqueo y tráfico de piezas arqueológicas debe preocupar. AMLO anda pidiendo el penacho de Moctezuma cuando el proyecto del tren turístico está permitiendo la devastación cultural.
Hay imágenes satelitales que demuestran la cantidad de zonas urbanas mayas ocultas por la selva que muestran sus grandeza. Eso se está destruyendo. El presidente no se ha responsabilizado de informar a la nación en dònde se han “replantado “ los miles de árboles.
Él se comprometió irresponsablemente a que “ni un solo árbol “ sería talado. Hay habla, únicamente habla, de sus reubicación. Esa sería una tarea titánica, costosísima y evidentemente visible.
Una selva no se puede trasladar a otro sitio sin que nadie se percate o queden evidencias. Repito, son árboles milenarios de una gran riqueza en valor comercial y algunos se están beneficiando y sobretodo con zonas limítrofes sin vigilancia y aduanas manchadas por la corrupción.
El Partido Verde Ecologista es una vergüenza por auto colocarse como mercenario de la política y ni cumplir con sus orígenes y propósitos. Los gobiernos estatales no han denunciado los ilícitos pero si los científicos mexicanos que por ello han sido perseguidos penalmente. Las afectaciones serán irreversibles en los mantos freáticos o llamadas tablas de agua, la biodiversidad se está modificando, animales en peligro de extinción y no se quiere entender que el suelo de la península es poroso y por tanto sensibles a hundimientos, fracturas en el subsuelo o inundaciones.
Los estudios de impacto ambiental en realidad no existen y los trabajos se aceleran para cumplir con un calendario político del gobierno. Quienes conocemos la zona nos duele lo que ahí ocurre.
No estamos en contra del avance, de la modernización y de la inversión, pero no de este modo, ni con engaños, estafas, mentiras y un gasto innecesario en un país que suma tres años en crisis económica, sanitaria y política. Que se investigue también quiénes están comprando terrenos por donde pasará el Tren Maya para especular con la tierra que a todos nos pertenece como patrimonio. De saberlo nos sorprendería los nombres y apellidos de quienes se cubren con la bandera de la moral pública.
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2 izzi 135