MÉXICO rezagado en materia ECONÓMICA; hay más POBRES y con menos CRECIMIENTO

El Banco de México (BM) pronosticó que México tendrá un crecimiento de 2.1% de su Producto Interno Bruto en 2022, un crecimiento insuficiente para recuperarse de la caída por la crisis de 2020 y crecer por encima de su nivel prepandemia de Covid-19.

La posición que Latinoamérica y el Caribe juegan en el escenario internacional es estratégica por diversas razones. Geográficamente, la zona ocupa el 13.5 por ciento de la superficie emergida del planeta, que al colindar con Norte América, coloca a la región en la antesala del que hasta hoy es el mercado más grande del mundo en generación de producción y consumo.

Por otro lado, Latinoamérica y el Caribe concentran el 8.5 por ciento de la población mundial y poseen un atractivo bono demográfico por el alto porcentaje de jóvenes que habitan la región. Casi diez de cada cien seres humanos entre 15 y 29 años de edad son latinoamericanos y caribeños.

México es la segunda economía de mayor tamaño en la región solo después de Brasil. Sin embargo, la crisis de producción desatada por la Pandemia tuvo impactos en México cuya magnitud fue solo superada por los efectos adversos que se observaron en Perú y Argentina.

La ausencia de políticas públicas anti cíclicas para atenuar la contracción económica en México generó un retroceso equivalente a 4 años de producción que nos coloca, entre las principales economías latinoamericanas, en una de las dos últimas que terminarán de recuperarse de los efectos de la Covid.

La falta de recuperación económica se ha visto acompañada por un proceso de crecimiento generalizado en los precios. El fenómeno inflacionario, de presencia global, ha tenido en México impactos más profundos. Particularmente, la inflación en la canasta alimentaria en México ha sido 18 por ciento mayor a la observada entre los países de la región, generando con ello una pérdida profunda de la capacidad de compra de las familias mexicanas y con ello el sufrimiento social derivado de la pérdida del nivel de vida, sobre todo, de las familias más vulnerables.

Como resultado de lo anterior, en México la pobreza y la pobreza extrema se ubicaron al cierre del 2020 por encima del promedio de los países en Latino América. Mientras que el porcentaje de población en pobreza en la región es del 30.9, en México se observa en
niveles del 50.6 por ciento. Por su parte, la tasa de pobreza extrema en Latino América es del 10 por ciento de la población, mientras que en México se ubica ya en el 18.3 por ciento.

Aumenta pobreza por seis años consecutivos

En su informe, la Cepal advirtió que en América Latina y el Caribe la pobreza aumentó por sexto año consecutivo, lo mismo que la desigualdad. A ello se suma “una crisis silenciosa en la educación: problemas de continuidad, brechas de aprendizaje y aumento del abandono (3.1 millones de estudiantes en riesgo) que hacen imperativo el retorno seguro a clases presenciales”.

  • Durante la presentación del informe, Alicia Bárcena detalló que el crecimiento del año pasado no ha sido suficiente para mitigar los efectos sociales y laborales de la pandemia, se proyecta un aumento de la pobreza extrema a 13.8 por ciento de la población, alrededor de 86 millones de personas, lo que significa un aumento de 5 millones respecto a la proyección de 2020 y un retroceso de 27 años en la materia.
  • Mientras en pobreza se estima que habrá cierta reducción, en gran parte por los programas de transferencias que se implementaron durante la pandemia. Se estima que alcanza a 204 millones, respecto a los 201 millones previos, pero se prevé que aumente de nueva cuenta este año, ante menor gasto por parte de los gobiernos.

La secretaria ejecutiva de la Cepal recalcó que son las mujeres de la región las que en mayor medida dependen de las transferencias de gobierno como única fuente de ingresos, en parte porque su integración al mercado laboral ha sido baja, pero además con la pandemia, al recargarse en ellas los trabajos de cuidado no remunerados, muchas no han vuelto a trabajar.

Por ejemplo, 25.8 por ciento de las mujeres en la región no reciben ingresos propios, una suma que sube a 36.7 por ciento si se descuentan las transferencias de gobierno. Estos mismos indicadores en los hombres son de 13.4 y 17.1 por ciento.

  • La Cepal destaca que la desigualdad también dio paso a que entre 2019 y 2021 el patrimonio de los multimillonarios de la región aumentara 14 por ciento. Eso como saldo de los dos primeros años de la pandemia, pero pasados los primeros cierres de 2020 —que sí implicaron una merma en las riquezas extremas— en 2021 aumentó 41 por ciento, de 289 mil millones de dólares a 408 mil millones de dólares.
  • El documento muestra que en siete países de la región, 104 personas poseen, en promedio, un patrimonio de alrededor de 11 por ciento del PIB de sus países. En México 13 personas acumulan el 12.2 por ciento; en Chile, nueve acaparan 16.1 por ciento y en Brasil, 65 concentran 14.5 por ciento del valor de su actividad económica.

Bárcena explicó que el dato más preocupante para 2022 es la inflación y los efectos que tienen en la población más pobre. En ese sentido recalcó que para limitar el caudal sobre el que avanza la desigualdad se requieren más ingresos. “El ISR no es suficiente, el impuesto sobre la propiedad tampoco, necesitamos más recursos para una inversión que movilice el bienestar, al tiempo que se combate la evasión”, subrayó.

Recortan expectativa de crecimiento

El Banco de México (BM) pronosticó que México tendrá un crecimiento de 2.1% de su Producto Interno Bruto en 2022, un crecimiento insuficiente para recuperarse de la caída por la crisis de 2020 y crecer por encima de su nivel prepandemia de Covid-19.

“Para fines de 2021, Nicaragua, Guatemala y Chile habían más que recuperado sus anteriores pérdidas, logrando crecer por encima de su nivel prepandemico. No obstante, algunos países —particularmente México y Brasil que son preponderantes en los promedios regionales por su tamaño de sus economías— aún no han recuperado o apenas han recuperado sus niveles anteriores”, dice el organismo internacional.

  • Para evitar el regreso de las bajas tasas de crecimiento de la década de 2010, los países de la región deben llevar a cabo una serie de reformas estructurales largamente postergadas y aprovechar las oportunidades que ofrece una economía mundial cada vez más verde, recomendó el Banco Mundial.

“Nos encontramos en un entorno mundial de gran incertidumbre, que podría impactar en la recuperación post pandemia”, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

“A largo plazo los desafíos del cambio climático serán aún más apremiantes, lo que nos obliga a avanzar de forma urgente hacia una agenda de crecimiento más verde, más inclusiva y que eleve la productividad”, señaló.

Las economías de América Latina y el Caribe van camino a una recuperación tras la crisis de Covid-19, aunque las secuelas de la pandemia persisten y la necesidad de un crecimiento dinámico, inclusivo y sostenible es cada vez más urgente, según el informe “Consolidar la recuperación: aprovechando las oportunidades del crecimiento verde”.

Tras un rebote de 6.9% en 2021, se espera que el PIB de la región crezca 2.3% este año y un 2.2% adicional en 2023, logrando la mayoría de los países revertir las pérdidas de PIB que tuvieron lugar durante la crisis pandémica.

Agrega que las modestas proyecciones colocan al crecimiento regional entre los más bajos del mundo en un momento en que la región enfrenta grandes incertidumbres, como la posible aparición de nuevas variantes del coronavirus, un aumento de la presión inflacionaria y la guerra en Europa, que amenaza la recuperación mundial.

  • La previsión de crecimiento regional fue revisada a la baja en 0.4% tras la invasión rusa de Ucrania, explicó el Banco Mundial. Por el lado positivo, el proceso de vacunación se ha generalizado en la región, las empresas nuevamente están contratando y las escuelas reabren sus puertas. De todas formas, las secuelas a largo plazo de la crisis persisten y necesitan atención.
  • De acuerdo al informe del Banco Mundial, es imperativo poner en marcha una serie de reformas a favor del crecimiento en infraestructura, educación e innovación, y las inversiones más importantes deben financiarse a través de un gasto más eficiente y mayores ingresos fiscales.

Pero estas reformas tan necesarias deben responder a los grandes acontecimientos que están configurando la economía mundial, incluido el cambio climático.

En los últimos 20 años, subraya el informe, los países de América Latina y el Caribe perdieron el equivalente a 1.7% de su PIB anual a causa de los desastres relacionados con el clima, mientras que unas 5.8 millones de personas podrían caer en la extrema pobreza en la región para el año 2030.

La agricultura probablemente se verá seriamente impactada, con una reducción en los rendimientos de los cultivos en casi todos los países, mientras que la estabilidad de la generación de energía se verá afectada por cambios en el ciclo hidrológico.

México, el país latinoamericano con más capitales en el exterior

La existencia de una banca central latinoamericana daría a la región la oportunidad de reducir drásticamente la fuga de capitales y los montos de liquidez que tienen los países en las naciones del norte, que podrían recuperarse y tener funcionalidades para la integración financiera de la zona.

  • Esto es posible, deseable e imperativo; sin embargo, los obstáculos a derrotar son los grandes intereses de los megabancos”, afirmó Andrés Arauz, de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.
  • En la conferencia “Sistema de pagos, fuga de capitales e integración financiera regional en América Latina”, organizada por el Instituto de Investigaciones Económicas, señaló:

México es el país de AL con más capitales en el exterior: a diciembre de 2018 tenía 117 mil millones de dólares; seguido por Brasil, con 74.7 mil millones de dólares; y Panamá, 54 mil millones (porque el resto de latinoamericanos se disfrazan de empresas panameñas para sacar dinero); Venezuela también tiene un gran problema de fuga de capitales.

Cuando hablamos de la magnitud relativa de los depósitos de naciones latinoamericanas en bancos del exterior, explicó, hablamos de una gran cantidad de dinero que supera los 400 mil millones de dólares, de los cuales 150 mil millones corresponden al sector no financiero, según lo reportado en la estadística del Banco de Pagos Internacionales, con sede en Basilea, Suiza.

  • Ante ello, dijo, la alternativa es la integración financiera regional. Los europeos enfrentaban el mismo problema: tenían a Estados Unidos como principal contraparte para sus transacciones intraeuropeas; dijeron basta y crearon el sistema Target, que permitió hacer transacciones dentro de sus bancos centrales.
  • Y con el Target 2 fue posible que las operaciones se ejecuten directamente y sean compensadas y liquidadas en el Banco Central Europeo. De esa forma se fue reduciendo su dependencia de la transaccionalidad en Nueva York, y ganaron eficiencia, agilidad y márgenes de soberanía regional.

El experto abundó que, además, se debe tomar en cuenta que la mencionada estadística utiliza el concepto que se denomina la “contraparte inmediata”, es decir, si un chileno crea una empresa en las Islas Vírgenes Británicas y esa compañía deposita el dinero en una cuenta en Estados Unidos, quedará reportado que corresponde a esas y no a Chile.

Hay más depósitos y fuga de capitales correspondientes a nuestros países, pero usan estrategias mediante el uso de estructuras offshore –cuando una firma está ubicada en el extranjero y realiza operaciones que no están reguladas en el país de origen–, así lo han revelado los Panama papers, Pandora papers, etcétera, y todo eso queda fuera de la información estadística. “Y no se diga cuando el capital se fuga en formas no monetarias como arte, inmuebles, posesión de metálicos, entre otros”.

  • Andrés Arauz dijo que los latinoamericanos deciden esconder los capitales fugados en la Unión Americana, por la jerarquía monetaria internacional y porque hay legislación –como el “sigilo bancario”– que protege con secretismo a quienes depositan sus recursos.

Del total de fugados de América Latina, 60 por ciento está en el vecino país del norte; y de los no financieros, es decir, de personas, familias o empresas, 85 por ciento se ubica en este territorio. “Así que cuando hablemos de fuga de capitales en el exterior, podemos pensar en Islas Caimán, Panamá u otras pequeñas islas caribeñas; no obstante, el grueso del problema está en Estados Unidos; por eso ese es el único país del mundo que se niega al intercambio de información financiera”.

  • Los integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos acordaron intercambiar datos financieros para que puedan realizar controles tributarios, pero nuestros vecinos del norte no lo hacen; en cambio, obtienen referencias de dónde tienen depósitos sus ciudadanos en otras partes del planeta.
  • EUA ha reconocido la problemática. En 2016 la Financial Crimes Enforcement Network, FinCEN, (Control de delitos financieros), designó a la ciudad de Miami como centro de lavado de dinero, y en 2019 el FBI abrió una oficina en esa ciudad porque se estableció que ahí había una desproporción en la corrupción y se ejecutaban delitos de “cuello blanco”.

En la asociación bancaria llamada Florida International Bankers Association están numerosos bancos latinoamericanos y también los megabancos mundiales. “En Miami se concentra buena parte de la transaccionalidad monetaria internacional de los países latinoamericanos”.

El caso de México es interesante: aproximadamente 120 mil millones de dólares del sector financiero fugados, incluyendo 40 mil millones del sector no financiero, de acuerdo con lo que revelan las estadísticas; así que esas cifras hay que multiplicarlas por dos, tres o cuatro veces, no lo sabemos, por la opacidad de los capitales en el exterior, expuso Andrés Arauz.

  • Podemos crear una figura, una especie de banca central latinoamericana que ejecute y liquide las transacciones que se realicen en la región, mediante el acuerdo político, técnico y económico de ubicar en la cúspide de la jerarquía monetaria latinoamericana a esta institución de integración financiera, propuso el experto.
  • Al comentar la conferencia, Jonathan Badillo Reguera, del Programa de Posgrado en Estudios Latinoamericanos de la UNAM, subrayó que los cuatro grandes conglomerados o variables explicativas que dan cuenta de la integración regional en AL son: infraestructura, integración política, forma de armonizar los diferentes modelos de desarrollo económico, y la financiación para promover la incorporación.

La propuesta presentada por Arauz es el hilo conductor para reducir la dependencia de los megabancos y para dar facilidad de comerciar dentro de nuestra región sin necesidad de estar pagando por el funcionamiento extrarregional del sistema, concluyó./Agencias-PUNTOporPUNTO

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