El modelo de Fiscalía que substituyó a la Procuraduría General de la República contenía algunos beneficios.
Por ejemplo, se retiraba la función de procuración de justicia al Ejecutivo y se le otorgaba a un organismo público autónomo, pensando en que sus decisiones estarían alejadas de criterios políticos.
Se fortalecería la función persecutoria para apresurar procesos y consignaciones a los órganos jurisdiccionales, así como los procesos periciales, entre otras cosas.
Pero persistieron algunas deficiencias que subsisten en la función de procuración de justicia. Por ejemplo, en el diseño institucional de la Fiscalía persiste el modelo de la Procuraduría, se transmitieron viejas prácticas, así como las conductas perniciosas de algunos de sus individuos. También parece que la filosofía para extinguir la impunidad o la corrupción camina lento y sin prisa por sus pasillos.
El reto del Fiscal Alejandro Gertz Manero era mayúsculo para un hombre con experiencia en política y en el ámbito de la seguridad, habida cuenta de su paso por la Cámara de Diputados, así como en la titularidad de la Secretaría de Seguridad Pública en la administración del expresidente Vicente Fox.
Algunos análisis de la historia de la seguridad mexicana mencionan a Gertz Manero como el que dio inicio para desintegrar los hilos que sostenían la seguridad en el país que había sido, bien o mal, sostenida por las administraciones emanadas del PRI a partir de Ernesto Zedillo y sus antecesores.
Esos hilos en donde el presidente de la República sabía lo que sucedía en cada esquina de todas las calles del país, así como los acuerdos con grupos locales delictivos, las acciones de las policías y los compromisos de sus gobernadores. Hoy se desconoce quién acuerda la seguridad del país.
Por eso es que los escándalos en los que se ha envuelto el Fiscal General además de desacreditar las funciones de la institución de procuración de justicia, demeritan el diseño en el concierto de las instituciones mexicanas.
A principio de año Guillermo Sheridan dio cuenta en su columna, que Gertz Manero había plagiado textos de otros autores, faltando al Reglamento del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Conacyt.
Esto debido a que de la noche a la mañana se le otorgó el nivel III del SNI, sin haber transitado por los otros dos niveles anteriores para tal distinción, en un insulto a la inteligencia de quienes ejercen la docencia o la academia en este país. Pero para tal problema, el Conacyt vino a expiarlo de toda culpa.
Uno de los señalamientos más graves quizás sea, el conflicto de interés en el caso del encarcelamiento en contra de su ex cuñada Laura Morán y su hija Alejandra, a quienes acusa de la muerte de su hermano Federico, cuando en instancias anteriores no se ratificó dicha acusación. Hoy compurgan una pena sin haber sido sentenciadas.
Le siguió el tema de la persecución de los científicos de Conacyt y por último los audios divulgados en dónde intercambia opiniones con un colaborador, sobre el proyecto de sentencia del caso de su ex cuñada Laura.
En un país en donde las funciones de Estado y de gobierno que giran alrededor de la seguridad del país, así como la función de Estado de procuración de justicia están trastocadas, vulneradas y pareciera que, sin objetivo, lo más sano para la República es asumir la responsabilidad de los hechos, antes que continuar por el camino originalmente trazado.
*Es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
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