La política exterior mexicana es un punto relevante de la seguridad nacional mexicana.
Se trata del momento de la política mexicana de consultar con las naciones, todos los intereses políticos, económicos, sociales o de seguridad que tiene México.
Entre otras cosas, sirve a los intereses mexicanos para atraer inversiones o capitales, intercambio de nuevas tecnologías o capacidades científicas, así como el desenvolvimiento cultural de México en el mundo, entre otras funciones.
Por eso la preparación que ofrece el Servicio Exterior Mexicano a sus integrantes es de suma importancia, debido a que los forja en tópicos académicos y prácticos sobre las relaciones exteriores y los intereses mexicanos en el extranjero.
Esta administración ha tenido algunos desvaríos que han desplazado a la política exterior a un segundo término. Casi al principio el Ejecutivo Federal pidió al gobierno de España que se disculpara por las atrocidades que pudieron haber cometido los conquistadores españoles en 1519.
Pareciera que era un tema superado a lo largo de poco más de doscientos años de independencia, en el que seguramente han venido explicaciones y perdones en público y privado de mandatarios mexicanos y españoles sobre esos temas y que han existido muestras de superación, como la recepción de españoles refugiados de la guerra civil de 1939 o los niños de Morelia.
Hoy el gobierno de España no le corre prisa alguna en dar el beneplácito al embajador mexicano designado y parece que no le interesa por el momento.
En ese mismo sentido el Ejecutivo ha tenido algunas decisiones de política exterior que han presentado más dudas, por la falta de idoneidad de los candidatos que ha propuesta para cargos de representación consular y diplomática.
Ello ha ido en demeritar la calidad de las gestiones que pueden hacer en beneficio de los intereses mexicanos en el exterior.
Se trata de las designaciones en consulados y embajadas con personas que carecen de formación diplomática o consular, pero con un perfil político que se acerca a la formación ideológica del partido en el poder.
Nada nuevo bajo el sol, debido a que en anteriores administraciones ha persistido esa práctica de colocar personajes de la vida política y desplazando a profesionales diplomáticos o consulares, o bien es desviada la función del servicio exterior sin favorecer a los intereses mexicanos y pervierte el sentido de esa función de Estado como, por ejemplo, el rescate que hizo la embajada de México en España de Humberto Moreira acusado de diversos delitos.
Lo peor del caso es que esta administración parece que desoye los señalamientos de grupos vulnerables que apuntan a la conducta de algunos de los designados a dichas distinciones.
Quizá uno de los propósitos de la Cuarta Transformación es renovar el sentido del servicio público, dándole honorabilidad y eficiencia a sus servicios. Todavía la presente administración está a tiempo de hacerlo, si así lo desea.
*Es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
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