2021 cerró con el mayor número de MIGRANTES detenidos; 8 de cada 10 capturas se realizó con los policías

En 2021, no solo las fuerzas castrenses intervinieron activamente en labores de contención migratoria. También cuerpos de policías estatales y locales, así como las diferentes fiscalías y procuradurías estatales participaron en la detención de personas que transitaban sin documentos por México.

El año 2021 cerró con el mayor número de migrantes detenidos por el Instituto Nacional de Migración (INM). En total, y a falta de contabilizar las capturas de diciembre, un total de 252 mil 526 extranjeros fueron interceptados por no transitar regularmente por México en el tercer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

  • Estas cifras rompen el anterior récord, establecido en 2015, durante el mandato de Enrique Peña Nieto, cuando cerca de 198 mil personas fueron atrapadas por agentes migratorios. Por lo tanto, el pasado año fue el que México detuvo a más migrantes en su tránsito hacia Estados Unidos desde que se tienen registros.

Aunque las autoridades detienen más extranjeros durante este sexenio, el gobierno de López Obrador deporta menos que sus antecesores. Este año, según datos de la Unidad de Política Migratoria, dependiente de la Secretaría de Gobierno, algo más de 101 mil extranjeros fueron deportados, lo que significa el 40% de los que fueron capturados por el INM.

  • En 2015, año de referencia por ser el récord anterior en número de detenciones, más de 181 mil fueron deportados. Es decir, que nueve de cada diez migrantes que eran capturados durante el sexenio de Peña Nieto eran devueltos a su país de origen.
  • Durante el presente ejercicio, México expulsó a 101 mil migrantes, de los que la mayoría eran centroamericanos, un total de 97 mil 838. Durante este año fueron capturados casi 214 mil personas procedentes de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, por lo que apenas la mitad de los capturados fueron devueltos a su país.

El contexto en ambos casos, el 2015 de Peña Nieto y el 2021 de López Obrador, es similar. En ambos casos había presiones desde Estados Unidos para frenar la llegada de migrantes al norte. Peña Nieto lo resolvió con el Plan Frontera Sur, un programa que implicó un mayor despliegue policial en Chiapas y Tabasco y operativos en los trenes que transportaban migrantes, mientras que López Obrador mantiene una relación preferente con Washington y no ha modificado su estrategia para impedir el paso de migrantes: militarización y más retenes.

Un dato relevante: México deportó a más de un millar de haitianos de los 18 mil que el INM contabilizó como detenidos. Sin embargo, la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (Comar), dispone de cerca de 60 mil solicitudes de asilo de personas originarias de Haití, lo que demuestra que la mayoría de personas que llegaron a México lograron eludir los retenes migratorios y se presentaron directamente para pedir asilo. La mayoría de los haitianos deportados, unos 400, fueron expulsados en septiembre, cuando unos 15 mil llegaron a Ciudad Acuña, Coahuila, en la frontera con Estados Unidos.

Las autoridades estadounidenses y mexicanas los devolvieron a un país que en julio acababa de sufrir un atentado que acabó con la vida de su presidente, Jovenel Möise, y que en agosto sufrió su peor terremoto de la última década. No obstante, el número de deportados desde México, apenas 1 mil 100, es muy inferior a los miles que Washington envió de regreso a Haití.

Más refugiados que nunca

Es posible que la razón por la que se haya reducido el número de deportaciones esté en que, cada vez más, México es también país de acogida. La Comar tiene registradas 123 mil solicitudes de asilo a falta de contabilizar el mes de diciembre, lo que supera por mucho el último récord de 2019, que estaba en 70 mil.

  • La estadística a la que hace referencia López Obrador que deporta mucho menos tiene también algo de trampa porque nunca en la historia existieron mecanismos de expulsión irregulares como los que funcionan en la actualidad.

Desde el mes de agosto, Estados Unidos envía en avión a cientos de migrantes con destino a las localidades de Villahermosa, Tabasco; y Tapachula, Chiapas. Allí son recogidos por autobuses del INM y expulsados a Guatemala y Honduras. No hay cifras oficiales sobre cuántos fueron expulsados irregularmente, aunque el Instituto Nacional de Migración de Guatemala tenía calculados más de 22 mil solo por el paso de El Ceibo, en Tabasco, hasta finales de noviembre, por lo que la cifra es mucho mayor.

Es decir, que oficialmente se deporta a un porcentaje menor que otros gobiernos pero también existe una vía irregular que ninguna otra administración utilizó.

A pesar de todo, el gobierno de López Obrador ha asegurado que su política de detención y deportación tiene como objetivo “garantizar los derechos humanos” de los migrantes.

Aumenta 85% detención de migrantes con intervención de policías

En 2021, no solo las fuerzas castrenses intervinieron activamente en labores de contención migratoria. También cuerpos de policías estatales y locales, así como las diferentes fiscalías y procuradurías estatales participaron en la detención de personas que transitaban sin documentos por México.

Animal Político preguntó por transparencia pública al Instituto Nacional de Migración (INM) cuántas personas sin documentos fueron “puestas a disposición” del Instituto por corporaciones de seguridad en los últimos tres años. En su respuesta, la dependencia federal informó que, hasta el corte de septiembre de este 2021, sumaban 4 mil 076 migrantes sin documentos entregados por policías locales y estatales, y por las procuradurías.

Esta cifra refleja un aumento de hasta un 85% en comparación con 2018, el último año del gobierno de Peña Nieto y el punto de partida de la actual administración obradorista, cuando estas corporaciones de seguridad remitieron al INM a un total de 2 mil 199 migrantes.

  • La cifra de 2021 también es superior en un 18% a la de 2019, y un 65% superior a la de 2020, aunque hay que matizar que ese año fue el inicio de la pandemia sanitaria por COVID-19 y tanto los flujos migratorios como las detenciones cayeron de manera notable.

Sobre el papel, la Ley de Migración establece que solo los agentes del INM están facultados para realizar labores de verificación y revisión migratoria, y para hacer una detención de una persona sin documentos. Sin embargo, esa misma ley, en el artículo 96, deja una puerta abierta para que las corporaciones de seguridad puedan “colaborar” en la detención de personas indocumentadas cuando el Instituto así lo solicite. Por ejemplo, si el INM considera que la vida de sus agentes corre peligro en un operativo, y puesto que estos no están autorizados para llevar armas de fuego, puede pedir ayuda a las corporaciones de seguridad.

  • De acuerdo con las estadísticas oficiales, la policía municipal es la corporación que más migrantes remitió en 2021 al INM: 2 mil 374 casos, el 58% del total.
  • La evolución de las remisiones de personas sin documentos que hacen los policías municipales en el país ha sido notoria: en 2018, detuvieron a 440 migrantes; en 2019 a 701, un 59% al alza; en 2020 a 857, un 94% al alza; mientras que en 2021 van 2 mil 374 casos, un aumento del 439%.
  • En segundo lugar, las diferentes fiscalías y procuradurías son las que más migrantes indocumentados ponen a disposición del INM, con 1 mil 026 casos, el 25% del total.

En 2018, 2019 y 2020, era la institución que más remisiones hacía al INM, hasta que este año fue desbancada por las policías locales.

Por su parte, las policías estatales y los reductos de la Policía Federal, hoy reconvertida en Guardia Nacional, remitieron a 614 migrantes sin documentos al INM.

Hay que precisar que el uso de las diferentes policías para detener a personas migrantes no es exclusivo ni comenzó en el actual gobierno de López Obrador.

  • Ya en 2017, en el marco de la decisión del entonces gobierno de Donald Trump de movilizar 100 mil militares para detener migrantes en su frontera con México, Animal Político publicó que diferentes gobiernos mexicanos llevaban al menos diez años utilizando no solo al Ejército para tareas de contención migratoria, sino también a múltiples corporaciones policiacas.

En aquel entonces, el INM informó mediante transparencia pública que entre 2006 y 2016, un total de 77 mil 310 migrantes indocumentados habían sido puestos a disposición del INM tras ser detenidos por elementos de hasta seis corporaciones de seguridad.

Reprimir y detener

Adeline Neau, investigadora en la oficina regional de Amnistía Internacional, dice en entrevista con Animal Político que estas cifras, aunado a que en 8 de cada 10 detenciones de migrantes por parte del INM también “coadyuvaron” soldados del Ejército, la Guardia Nacional, y de la Marina, muestran “una evidente militarización” del aparato de contención migratoria mexicano.

“Vemos con mucha preocupación que las autoridades mexicanas se están centrando más en reprimir y detener a las personas migrantes y solicitantes de asilo, que de proteger sus derechos”, señala la activista, que denuncia que en una reciente visita a la frontera sur en octubre de este año fue testigo de múltiples violaciones a derechos humanos.

“Por ejemplo, en la frontera de Talismán, vi con mis propios ojos cómo dos combis del INM devolvieron de manera sumaria a dos personas haitianas que acababan de agarrar en Tapachula. Nadie les informó de su derecho de solicitar asilo. Solo los subieron a la combi y de ahí directos a Guatemala, donde tampoco había ninguna autoridad para recibirlos”, expone Neau, que también denuncia “condiciones de hacinamiento y sin higiene” en las estaciones y centros provisionales de detención migratoria en la frontera sur mexicana.

“Si sumamos las violaciones a derechos en las que participa el INM a la creciente militarización en las detenciones, lo que obtenemos es que se incrementan los riesgos y empeora la vida de los migrantes y solicitantes de asilo, que son objeto de abusos y agresiones, ya que ni la Guardia Nacional, ni los soldados, ni los policías, están preparados para atender las necesidades de los migrantes y garantizar sus derechos”, apunta la activista de Amnistía Internacional.

  • Como parte de ese “empeoramiento” de la situación de los migrantes, la defensora de derechos humanos recuerda que las policías de los tres niveles de gobierno, así como la Guardia Nacional, han participado en agresiones a migrantes.
  • Por ejemplo, el pasado 28 de agosto elementos policiacos y del INM golpearon a migrantes haitianos que viajaban en caravana. Meses después, el 1 de noviembre, la Guardia Nacional mató a balazos a un migrante cubano que viajaba en una camioneta que quiso saltarse un retén. Poco antes, agentes del mismo cuerpo dispararon contra otra camioneta en la que trasladaban a personas sin documentos.

Para la activista Adeline Neau estas agresiones tienen como efecto inmediato que los migrantes transiten en condiciones de clandestinidad y que no quieran recurrir a las autoridades para denunciar esas agresiones, puesto que muchas son cometidas precisamente por las mismas autoridades que deben protegerlos.

“Si veo a la policía yo me salgo corriendo. Me comentaron que tienen permiso para dispararte”, dice Nelson, un migrante nicaragüense que se refugia en el albergue La 72 de Tenosique, en Tabasco, que se hace eco de uno de los muchos rumores que se generan entre los migrantes en tránsito a raíz de la muerte a tiros de Cristóbal Cobreiro Ramírez, el cubano abatido por la Guardia Nacional.

  • Además, tal y como publicó Animal Político en febrero de este año, decenas de migrantes denunciaron a visitadores de la CNDH la participación de policías municipales y estatales en casos de secuestro y de extorsión.

“Íbamos caminando cerca de un retén por San Cristóbal de las Casas y nos detuvieron unos agentes uniformados y armados. Nos subieron a una patrulla y nos llevaron a una estación de policía muy cerca del retén. Uno de los agentes llegó y nos dijo: si quieren salir libres tienen que pagar 60 mil pesos o los entregamos a Migración”, relató uno de esos migrantes en este reportaje.

  • Alberto Xicoténcatl, director de la casa del migrante de Saltillo, en Coahuila, recuerda que durante el sexenio del presidente Peña Nieto también se desató una ‘cacería’ de migrantes por parte del INM y de distintos corporativos de seguridad. Sin embargo, a raíz de los testimonios que recaban a diario en el albergue, considera que en la actualidad “la situación es peor”.

“Antes, al menos los migrantes podían acercarse al Ejército a pedirles ayuda. Era la única instancia con la que había un cierto nivel de respuesta y de protección. O al menos, eso sentían los migrantes que veían en el Ejército su única esperanza”, plantea el activista.

“Pero, ahora, cuando se crea una Guardia Nacional con tintes militares a la que se le pide que, junto al Ejército, apoye al INM para la contención de los flujos migratorios, esa esperanza se desvaneció. No hay ni una institución en la que los migrantes tengan la confianza de acercarse a pedir auxilio”.

“Dame dinero o te llevo con Migración”

Pedro también es un migrante nicaragüense que se encuentra en La 72 de Tenosique. En entrevista telefónica, el centroamericano narra que llegó a la frontera sur mexicana tras dejar prácticamente todos sus ahorros en sobornar a las diferentes corporaciones de policía que se ha ido encontrando en el camino.

“En todos los retenes me decían: deme dinero, o me lo llevo con migración”, asegura Pedro, que busca llegar a Estados Unidos para pedir asilo político. “Ahora mismo, yo en mi país soy un traidor porque decidí salir por la situación política”, dice.

  • A la entrada a Tenosique, el nicaragüense cuenta que tuvo que correr “por los potreros” para evadir a los agentes de migración que lo “corretearon” para detenerlo.
  • Asegura que contó con suerte: en esa ocasión, el INM no iba acompañado de los soldados de la Guardia Nacional. De haber sido así, el migrante asegura que se hubiera entregado luego de escuchar que los elementos mexicanos habían disparado contra un vehículo que llevaba migrantes y que no quiso detenerse en un retén.

“Eso es algo que nos preocupa mucho a todos los que estamos aquí (La 72 de Tenosique). Yo lo tengo muy claro: si me toca la policía, me detengo. Porque no voy a arriesgar mi vida así. Antes de que me maten, prefiero que me manden para prisión, aunque no soy un delincuente”, dice Pedro./Agencias-PUNTOporPUNTO

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