Con una avalancha de 80 mil solicitudes de asilo hasta agosto pasado —y el pronóstico de más de 110 mil al término del año—, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) vive una situación agobiante, con falta de personal y recursos, y un sistema colapsado en Chiapas, adonde llega la mayoría de los migrantes, reconoce su coordinador General, Andrés Ramirez Silva.
- En entrevista con EL UNIVERSAL, pide al Congreso de la Unión que apruebe los recursos necesarios para atender la ola de refugiados que llegan al país.
- “Para definir el presupuesto hay que tomar en cuenta la capacidad operativa de la Comar, porque quien atiende a los refugiados es la Comar. De nada sirve que el país sea muy grande y económicamente tenga solvencia si quien lo atiende tiene una limitante en términos de su capacidad operativa”, dice.
- Al demandar fortalecer a la Comar, Ramírez Silva apunta que, pese a que no ha tenido una ampliación de presupuesto, la comisión ha mantenido el servicio y la atención gracias al apoyo logístico, con asesorías, capacitación, mobiliario, equipos y personal de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), lo que es insuficiente, pues siguen arribando más solicitantes de refugio.
«AVALANCHA MIGRATORIA OPRIME A LA COMAR»
Con casi 80 mil solicitudes de asilo en la frontera sur del país hasta la fecha —y el pronóstico de más de 110 mil al término del año—, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) vive una situación agobiante, con falta de personal y recursos y un sistema colapsado en Tapachula, Chiapas, a donde llega la inmensa mayoría de los migrantes, reconoce su coordinador General, Andrés Ramírez Silva.
- Dice que la avalancha enorme de haitianos representa una tremenda presión, por el cuello de botella que se genera y que dificulta su atención, además de que la Comar trabaja con déficit presupuestal agravado por el dinamismo del fenómeno migratorio.
- En entrevista con EL UNIVERSAL, el funcionario pide al Congreso que apruebe los recursos necesarios para atender la ola de refugiados que llegan al país.
¿Cuál es la situación que se vive en la frontera sur con los migrantes que llegan para solicitar asilo?
—La cantidad de gente que está llegando es realmente inusitada. No habíamos tenido algo así jamás en la historia de México. Esto rebasa con mucho el récord que tuvimos en 2019, cuando llegamos a 70 mil 400, y ahora al cierre de agosto superamos en 10% esa cifra. Tenemos 77 mil 559, y eso es lo que nos está poniendo en una situación realmente agobiante y ya avanzando hacia el colapso, en el caso de Tapachula. (…) Acá la novedad es por la enorme presión de una avalancha muy grande de personas haitianas.
¿Cómo solventar esta situación tan apremiante?
—Lo que nos agobia o nos coloca en una situación sumamente complicada es el hecho de que ellos ni siquiera refugiados son, provienen de Brasil y de Chile, con una escala en varios países a lo largo de un tiempo y que han salido, en algunos casos, víctimas de traficantes de personas, en el caso específico de Brasil, y que vienen en todo este periplo, pero que son personas que no son refugiados, porque no se encuadra dentro de la condición de refugiado, en la medida en que están viniendo de países donde no hay una situación de persecución concreta o una violación a sus derechos.
¿Cómo se está procediendo en el caso de los solicitantes de refugio de haitianos?
—Nos queda muy claro absolutamente a todos que no se les puede retornar a esos haitianos a su país de origen, porque el país está con un parlamento colapsado, con un magnicidio, con un terremoto devastador, que fue el detonante [para huir]. La situación es sumamente complicada y lo están buscando son alternativas migratorias. (…) Sin embargo, tenemos que atenderlos, así lo establece la ley. Los atendemos, pero también [hay de] muchas otras nacionalidades llegando.
Hasta el último corte, ¿qué registro tiene de haitianos solicitantes de refugio?
—Este año lo que en ninguna nacionalidad ha ocurrido. Los haitianos triplicaron el récord que tuvieron en 2020. Tú recordarás que por efecto de la pandemia más bien hubo un descenso importante, prácticamente en los números de todas las nacionalidades, pero una de las excepciones importantes fue Haití. Entonces, tuvo el récord de 5 mil 957 solicitantes en 2020, pero resulta que en 2021, sin que termine el año, en los primeros ocho meses [y] al cierre de agosto tuvimos triplicada esa cifra, con 18 mil 883.
¿Qué ha hecho la Comar para resolver este problema y evitar un mayor colapso de los servicios que ofrece?
—El tema es el embudo que representa Tapachula, porque es ahí donde entra la inmensa mayoría de la gente, 70% está concentrado en Tapachula, de manera que el cuello de botella está allí, y nosotros hemos incrementado el personal, hemos tenido muchísimo apoyo de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), con más personal financiado por ellos mismos, capacitación, con asesoría técnica”.
¿Es insuficiente el presupuesto que tiene la Comar para atender esta “avalancha” de refugiados?
—Sí, porque nosotros no trabajamos con el incremento natural de la población, lo hacemos con un aumento que viene de afuera y repentino, entonces, nosotros tenemos que lidiar con eso y no necesariamente los presupuestos están al tanto de esa situación, y no se reflejan en el fortalecimiento de la Comar en términos de su capacidad operativa para que pueda funcionar mejor.
¿El Congreso deberá ser más receptivo para aprobar un presupuesto adecuado?
—Es que para definir el presupuesto hay que tomar en cuenta la capacidad operativa, porque la que atiende a los refugiados es la Comar. De nada sirve que el país sea muy grande y que el país económicamente tenga solvencia y que tenga una población muy grande, si el área que atiende [el problema) tiene una limitante en términos de su capacidad operativa, por lo que se requiere ser conscientes y receptivos.
¿Usted esperaría que hubiera comprensión por parte del Congreso y que les aumenten el presupuesto?
—Siempre espero, pero sé que eso no es tan fácil, es complejo, pero bueno, nosotros siempre estamos esperando un mejor presupuesto cada año.
¿A cuánto asciende el déficit presupuestal de la Comar?
—Es que esto es muy dinámico. Yo te digo una cosa ahorita y mañana es otra, porque todo el tiempo está cambiando. Qué tanto déficit, es difícil saberlo porque esto es tan dinámico, que al rato te voy a decir: “De plano no nos alcanza”. Incluso el apoyo del ACNUR ha sido grande, significativo, muy importante y eso nos puede ayudar a mitigar el problema, pero va a depender de qué tanto siga incrementando el número de personas que están llegando.
¿Requiere la Comar más personal especializado para agilizar la atención a los solicitantes?
—La falta de traductores es una complicación adicional en el caso de los haitianos, la cual no tenemos con la mayoría de los otros solicitantes que hablan español. En el caso de los haitianos hablan creole, no tenemos mucha gente que hable creole. Tenemos realmente cuatro intérpretes, pero esto no nos permite darnos a basto. Vamos a tener más intérpretes que nos están llegando en estos días. Vamos a tener un total de siete, o sea, vamos a contratar tres más.
Pero sí, esto retarda más el procedimiento, porque no puedes estar a señas o a las adivinanzas. Es una cuestión muy delicada, estamos hablando de la vida de las personas. Sin embargo, tenemos claro las autoridades mexicanas que no podemos deportar, el gobierno de México no puede deportar a estas personas a su país de origen.
URGEN ACTIVISTAS DAR MÁS RECURSOS A COMAR
La Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (Comar) se debe multiplicar “por mil” para resolver las solicitudes que viene arrastrando en más de dos años, ya que hay, por lo menos, un rezago de 75 por ciento, denunciaron organizaciones civiles.
- “En México ya hay una comunidad haitiana importante y se quieren quedar, no quieren estar vagando de un país a otro. Se necesita una salida de regularización humanitaria porque tenemos un registro de 75 por ciento de rezago, y hemos visto que se llegan a tardar hasta dos años en la resolución, aparte en los casos de Haití se requiere intérprete e información de sus lugares de residencia”, aseveró en entrevista con La Razón, Ana Sainz, directora de Sin Fronteras.
La experta dijo que muchos de los migrantes no cumplen los requisitos para que sus peticiones de asilo se acepten, porque no son perseguidos o tienen doble nacionalidad; sin embargo, aclaró que México tiene la obligación de dar una salida a la crisis humanitaria que se vive en la frontera sur del país.
- Sainz dijo que el Instituto Nacional de Migración (INM) debe ayudar a la Comar en la resolución de las solicitudes, “y no solo estar amedrentando y golpeando a los migrantes que buscan protección en el país”. Además comentó que el Gobierno federal debe dar recursos a la dependencia, porque la Comar cuenta con 40 millones de pesos para dar respuesta, que son muy pocos y por ello están rebasados.
- Por separado Irineo Mujica, director de Pueblo sin Fronteras, sostuvo que el problema de los extranjeros irregulares en la frontera sur, es que están ahogando los albergues, porque si bien no les permiten avanzar hacia el norte para llegar a Estados Unidos, las autoridades deberían dejarlos llegar a otros estados más grandes donde tienen más posibilidad de ayudarles.
“La Comar no tiene una responsabilidad para la comunidad haitiana, porque los están dejando al olvido. Hay diversos pronunciamientos de los sacerdotes e incluso del Ejército Zapatista para que los dejen avanzar y no se estanquen en Chiapas, ya que no hay lugar ni forma de que sigan subsistiendo”, añadió.
Por su parte el vocero de Movimiento Mesoamericano y responsable del albergue La 72 en Tenosique, Tabasco, Gabriel Romero aseguró que el retraso de la Comar es por falta de recursos y personal, ya que en las oficinas cuentan con menos de diez personas para resolver las miles de peticiones que se ingresan diariamente, por ello están rebasados.
“Requieren más personal y eso nosotros siempre lo hemos estado solicitando, ya que la delegación en Chiapas o Tabasco tiene menos de 10 personas trabajando y eso no es suficiente para resolver las miles de solicitudes”, destacó.
- Soraya Vázquez, subdirectora de Al Otro Lado dijo que la figura del refugio ha sido mal utilizada en México, ya que se confunde con regularización cuando no lo es, por ello, dijo que “la mejor forma de ayudar a los migrantes es darles una Tarjeta de Visitante por Razones Humanitaria”, para que trabajen, se quite el exceso de trabajo a la Comar y el Estado invierta menos en ellos.
“No pueden tener el refugio porque no son perseguidos, se usa mal esa figura, pero les pueden dar la visa humanitaria para que trabajen en lo que decidan si se queda o no en México, con ello se gastan menos recursos y ellos son los encargados de sus gastos”, dijo./Agencias-PUNTOporPUNTO