De acuerdo con un nuevo modelo, para que tengamos un 50% de posibilidades de que la temperatura promedio del mundo no crezca más de 1.5 grados centígrados, la humanidad no debería emitir más de 580 gigatoneladas de dióxido de carbono antes de 2100.
- Para alcanzar esta meta habría que dejar de extraer del subsuelo el 89% de las reservas de carbón, el 58% de las reservas de petróleo y el 59% de las reservas de gas que se conocen actualmente.
- El modelo, desarrollado por el equipo de Dan Welsby del Instituto para Recursos Sostenibles del University College de Londres y publicado en la revista Nature, contempla que, además de disminuir la extracción, haya una activa captura de dióxido de carbono y almacenamiento de carbono.
Welsby aclaró que el debate se ha desplazado hacia aceptar que un calentamiento de dos
grados sería “aceptable”, pero dice que “en realidad, dos grados es un calentamiento muy
notable”.
El economista ambiental y energético también comentó a Nature que si estas acciones no se llevan a cabo o se ejecutan en una escala menor, el objetivo de 1.5 grados “es inviable.
Por otra parte, esta semana inició operaciones la primera planta que elimina de manera permanente dióxido de carbono del aire en lugar de reciclarlo. La planta, llamada Orca, está en Islandia, usa energía geotérmica y puede colectar 4 mil toneladas de CO2 al año, con un costo de 1,180 dólares por cada tonelada (aunque puede hacer precios especiales).
- Construida por la compañía Suiza Climeworks, Orca sólo captura el equivalente a las emisiones anuales de unos 250 residentes de Estados Unidos. Sin embargo, Jan Wurzbacher, uno de los cofundadores de Climeworks, comentó a Bloomberg Green que “la demanda de eliminación de carbono en Orca ya es tan alta que hemos decidido ampliar esta planta y construir una planta aproximadamente 10 veces más grande en unos tres años”.
Climeworks espera capturar 500 mil toneladas de dióxido de carbono para el final de esta década y eventualmente alcanzar su objetivo de 300 millones de toneladas, el 1% de las emisiones globales
Limitaciones dará duro golpe a la economía de países
Sin embargo, estas limitaciones supondrían un duro golpe para la economía de varias naciones. Países como Indonesia y Australia, los principales exportadores de carbón del mundo, tendrían que abandonar aproximadamente el 95 % de sus reservas de carbón, Estados Unidos recortaría las extracciones en un 97 % y las naciones del Medio Oriente se verían obligadas a dejar intactas todas sus reservas.
- Por otro lado, el consumo de petróleo eventualmente estará dominado por la producción de materias primas no combustibles, como el plástico y, por lo tanto, los investigadores llaman a que se lleven a cabo acciones para reducir la demanda de este tipo de productos.
- Incluso si los países logran cumplir con estas cifras, los científicos advierten que eso solo le daría a la humanidad un 50 % de posibilidades de que el aumento de la temperatura se mantenga por debajo de los 1,5 grados Celsius.
«El panorama sombrío que muestran nuestros escenarios para la industria mundial de combustibles fósiles es muy probablemente una subestimación de lo que se requiere y, como resultado, la producción debería reducirse aún más rápido», se señala en el estudio.
Aun así, los investigadores consideran que la reciente desaceleración en la demanda de petróleo y gas metano fósil debido al covid-19 «brinda un momento oportuno para que los gobiernos cambien de estrategia», y concluyen que «para garantizar una mayor certeza de estabilización de la temperatura, es necesario que permanezca más carbono en el suelo» y que «los gobiernos que históricamente se han beneficiado (de los combustibles fósiles) deben tomar la iniciativa», cambiando a las energías renovables y promoviendo este cambio en el resto del mundo.
- El trabajo se basa en investigaciones anteriores de 2015, que encontraron que para limitar el calentamiento a 2 ° C, un tercio de las reservas de petróleo, casi la mitad de las reservas de gas metano fósil (49%) y más del 80% de las reservas de carbón deberían permanecer en el suelo.
Los investigadores utilizaron el Modelo de Evaluación Integrada TIMES en UCL (TIAM-UCL). El modelo captura las fuentes de energía primaria (petróleo, gas metano fósil, carbón, nuclear, biomasa y renovables) desde la producción hasta la conversión y distribución para satisfacer un conjunto de demandas.
- Los países del mundo están representados como 16 regiones, lo que permite una caracterización detallada de los sectores energéticos regionales. El modelo evaluó diferentes escenarios, incluidas demandas más bajas en sectores clave intensivos en carbono (aviación y productos químicos) y la incertidumbre en torno a la disponibilidad y el despliegue de tecnologías clave de captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) y emisiones negativas (NET).
En términos de la distribución regional de las reservas inextraíbles de combustibles fósiles, los investigadores encontraron que Oriente Medio debe dejar alrededor del 60% de las reservas de petróleo y gas en el suelo, lo que, dado el gran tamaño de su base de reservas, también resulta en enormes volúmenes absolutos.
Además, las regiones con altas concentraciones de depósitos de petróleo de costo relativamente alto y con alto contenido de carbono intensivo dentro de la base de reservas muestran altas proporciones de reservas inextraíbles, incluidas las arenas petrolíferas en Canadá (83%) y el petróleo ultrapesado en América Central y del Sur (73%).
Las diferencias regionales en la proporción de combustibles fósiles que deben permanecer sin extraer se deben a una combinación de factores que incluyen los costos de extracción, la intensidad de carbono de la producción y los costos de las tecnologías alternativas a los combustibles fósiles.
El fin del petróleo, una difícil ecuación para los productores
La Agencia Internacional de Energía (AIE) advirtió en mayo que el mundo debería renunciar desde ahora a cualquier nuevo proyecto petrolero o gasífero para esperar moderar el calentamiento climático.
- El artículo publicado en la revista Nature, donde los científicos estimaron que cerca del 60% de las reservas de petróleo y gas deberían permanecer bajo tierra para frenar el calentamiento a 1,5 ºC antes de 2050.
- Las recomendaciones de la AIE fueron acogidas fríamente el jueves por Omán, que coorganiza con la agencia basada en París una videoconferencia sobre la transición energética en Medio Oriente y en el norte de África.
Mohammed ben Hamad al Rumhi, ministro de Energía y de Recursos Mineros del sultanato, criticó estas “recomendaciones unilaterales”.
“Recomendar que no invirtamos más en nuevos proyectos petroleros, pienso que es algo extremadamente peligroso”, declaró el ministro de este pequeño país petrolero del Golfo.
“Si dejamos bruscamente de invertir en el sector de energías fósiles, habrá una ‘hambruna energética’ y los precios de la energía se van a disparar” a “100 o 200 dólares el barril”.
“Es muy fácil permanecer en nuestra zona de confort y hablar de eficacia energética, de (energías) solar y renovables, mientras se olvida que un tercio del mundo tiene carencias energéticas”, agregó.
La crítica parecía dirigida al director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, quien había instado al inicio de la reunión a que los países de la región desarrollen esos nuevos tipos de energía.
– “Amarga verdad” –
“En mi lengua materna, decimos que los verdaderos amigos dicen la amarga verdad”, replicó el responsable turco de la AIE, aunque con un tono muy diplomático.
“Y esta es la amarga verdad: los mayores países consumidores están tomando medidas, y ello tendrá consecuencias en la demanda de petróleo y por consiguiente en las inversiones”, agregó.
- “Países que representan el 70% del PIB mundial se han comprometido a la neutralidad de carbono de aquí a 2050”, explicó Birol.
- El ministro iraquí de Finanzas, Ali Allawi, insistió por su lado en la necesidad para su país de adaptarse al declive del petróleo.
“El año pasado, el covid nos mostró lo que podría pasar con un derrumbe de la demanda”, subrayó, aludiendo a la brutal caída de las cotizaciones mundiales, que llegaron incluso a ser brevemente negativas en la primavera boreal de 2020. Posteriormente se han recuperado y estabilizado en torno a los 70 dólares el barril.
“Tenemos una generación para efectuar un importante cambio estructural, y los próximos tres a cinco años serán críticos para un país como Irak”, estimó Ali Allawi.
- El ministro acaba de escribir con Fatih Birol una tribuna en el diario británico The Guardian, abogando por un “apoyo internacional” para países como Irak, muy afectados por el cambio climático pero cuya economía depende en gran parte del petróleo.
En su informe publicado en mayo, la AIE prevé de aquí a 2050 una caída de la producción petrolera del 75% respecto a los niveles de 2020. El petróleo y el gas estarán entonces “cada vez más concentrados en un pequeño número de productores de bajo coste”.
Es un espacio muy reducido, pero que algunos países quieren ocupar. “Incluso en los escenarios más ambiciosos de transición energética, el petróleo y el gas serán necesarios aún durante varias décadas” subrayó el jueves el sultán Ahmed Al-Jaber, a la vez ministro y director general de la principal compañía petrolera de Emiratos Árabes Unidos (ADNOC)./Agencias-PUNTOporPUNTO
Documento íntegro:
s41586-021-03821-8