Desde pequeños, a muchos de nosotros nos han enseñado nuestros padres que con la necesidad económica y salud de las personas no se juega ni se lucra. Sin embargo, desgraciadamente hay muchos individuos que hacen lo contrario –porque a lo mejor no los educaron correctamente – para poner en peligro la vida y el sustento, directa o indirectamente la vida de los semejantes.
Este tipo de personas, si es que se les puede llamar así, por lo general solamente ven por sus propios intereses, pasan sobre quien sea y hacen lo que sea para conseguir sus negros o ambiciosos propósitos; es decir, carecen de toda clase de escrúpulos y en su corazón no tienen ni el mínimo indicio de humanidad o amor hacia sus semejantes.
Estimados lectores, en esta ocasión me refiero al cantante, actor y ex diputado federal por Morena –pues desde la semana pasada terminó su legislatura y entregó la presidencia de la Comisión de Cultura y Cinematografía, además de que también dejó de ser vocero de los derechos de los niños en el Senado- a quien un grupo de periodistas que cubren toda la información relacionada con los espectáculos, solicitaron que les ayudara con el caso de un colega que se contagió recientemente de Covid-19 y se alivió, pero desafortunadamente quedó con graves secuelas tras la enfermedad.
Esta historia comienza cuando Edén Job Dorantes Real, periodista que durante mucho tiempo trabajó para Televisa espectáculos y actualmente se desempeña de forma independiente, desde la semana pasada comenzó a sentir fuertes molestias en los bronquios y de inmediato buscó atención hospitalaria, pero al carecer de un seguro médico, en muchos lugares le negaron ese servicio.
Su enfermedad comenzaba a avanzar, por lo que desesperado, acudió precisamente con sus amigos y colegas de espectáculos para que lo auxiliaran y así fue, pues ellos se movilizaron de inmediato para conseguirle un seguro médico y de esa forma pudiera ser atendido.
El joven reportero acudió a un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) donde fue atendido en el área de urgencias, pues su estado de salud ya iba en decadencia,y le diagnosticaron neumonía, producto de las secuelas del Covid-19 que había padecido. Sin embargo no que quedó internado porque los médicos no contaban con el equipo adecuado para atenderlo.
Esa situación se repitió en dos ocasiones más y ante ello, volvió a solicitar ayuda a sus amigos, quienes de inmediato lo llevaron al Hospital General de Zona 8, donde le dijeron que la neumonía se estaba complicando rápidamente y que incluso ya presentaba una infección en la parre trasera de los pulmones. Los médicos le pusieron un cateter para que pudiera drenarse la infección, pero desafortunadamente no le suministraron ningún antibiótico y la salud de Edén Job comenzó a empeorar.
Ante este panorama tan desolador, sus colegas ya muy desesperados pidieron ayuda al ex integrante del Grupo Garibaldi Sergio Mayer, a través de un grupo de whats app llamado «El Chacaleo» que está integrado por algunos artistas y sobre todo por profesionales de la comunicación. El ex legislador de la «transformación de cuarta» o de la 4T –como ustedes quieran llamarle- con sus clásicos «aires de grandeza» y de falso benefactor del pueblo, respondió la petición e incluso se comprometió a «poner en las mejores manos» la salud de Edén Job Dorantes.
Empero, las horas transcurrían rápidamente –tal y como siempre sucede en estos casos- , la salud del paciente empeoraba cada vez más, ya casi no podía respirar ni hablar, aparte de que ya presentaba un cuadro intenso de fiebre que le hizo perder la noción del tiempo y el espacio. Los amigos del afectado no veían soluciones y le insistieron a Mayer, este ex striper de ahora 55 años de edad, para que moviera a «sus influencias» y Edén pudiera estar a salvo.
Más tarde, Sergio Mayer les contestó que ya había hablado con los altos mandos del sector salud para que el problema se solucionara adecuadamente y que iba a estar pendiente de la situación. Lo cual jamás fue cierto, porque el joven periodista jamás recibió de su parte ningún tipo de atención y quedó parcialmente abandonado a su suerte y por supuesto, el ex morenista no se volvió a reportar jamás con los reporteros que le solicitaron ayuda.
Sin bajar la guardia, también pidieron ayuda al conductor de televisión, Gustavo Adolfo Infante –mi ídolo, por haber puesto en su lugar recientemente a Sergio Mayer y al actor Alfredo Adame- quien de inmediato trató de ayudar con algunos de sus conocidos que tiene en el IMSS pero desafortunadamente la respuesta no fue favorable.
Fue entonces que los colegas de espectáculos decidieron contactar directamente con las autoridades de la Secretaría de Salud del gobierno federal, quienes de inmediato tomaron cartas en el asunto y brindaron la atención inmediata a Edén Job, quien fue trasladado de la Clínica 8 donde se encontraba internado sin recibir la atención necesaria por «falta de equipo», hacia la Clínica 47 de Iztapalapa, donde fue recibido y atendido de emergencia, toda vez que su cuadro de salud iba empeorando rápidamente.
Fue ahí que los médicos del área de urgencias, haciendo gala de su profesionalismo, le suministraron los medicamentos necesarios para detener la infección pulmonar severa que presentaba el paciente. Ahora solo es cuestión de esperar para ver la evolución que éste ultimo presente en su organismo.
Estamos de acuerdo con que nadie tiene la obligación de ayudar a nadie, pero como lo dijimos al inicio de esta columna: «con la necesidad económica y salud de las personas no se juega ni se lucra», porque quienes lo hacen, demuestran que no tienen ni tantita madre y eso es muy dado en los dizque políticos, en los que según tienen toda la vocación y deseo para servir a la sociedad.
Cuando las cosas no se pueden hacer o no se quieren hacer, simplemente se dice y es mejor hablar con la verdad para no crear falsas esperanzas e incluso, para no poner en riesgo la integridad de los demás, tal y como le sucedió al periodista independiente que ha protagonizado este horrible y angustioso viacrucis, ¿no lo cree usted así, Sergio Mayer Bretón?.
APUNTES FIDEDIGNOS
México ocupa el primer lugar a nivel mundial en embarazos en adolescentes entre las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad.
En nuestro país 23 por ciento de los adolescentes inician su vida sexual entre los 12 y 19 años de edad. De acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Población comienza a una edad promedio de 15.5 años, y estadísticas del Instituto Nacional de Perinatología indican que sucede a los 14.6 años, en promedio.
Además, se observa la tendencia de hacerlo a más temprana edad, y eso tiene que ver con las redes sociales a las cuales los jóvenes acceden, donde hay una cantidad importante de información falsa, y al tipo de educación que reciben en colegios o con sus seres cercanos, y que no es necesariamente adecuada,…Terrible situación; pero por mientras, ¡¡¡seguiremos informando!!!
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