OPINIÓN POR RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Nacidos como un grupo que presentaría gran resistencia a diversas acciones del gobierno federal y que demandaban mayor atención para sus entidades, los gobernadores que conformaron la Alianza Federalista llegaron en el momento preciso en que se requería un grupo de oposición con presencia.
Integrada por mandatarios estatales panistas, principalmente, priistas, un emecista, un perredista y un independiente, la alianza comenzó con el pie derecho, fue bien vista por los opositores de MORENA, aunque pronto se fue desdibujando y sus miembros fueron relegados a sus entidades.
Amenazaban con salirse del pacto federal, exigían mayor equidad en la distribución del erario, se reunían con alguna frecuencia y pronto fueron captando la atención pública, especialmente en las distintas entidades que gobiernan.
Esa relativa fuerza que consiguieron en un inicio los mantenía unidos para hacer un frente común y anteponerse a algunas decisiones de la administración pública federal.
Y aunque nunca consiguieron grandes cosas, hacían una férrea defensa de lo que ellos consideraban su verdad.
Los comicios del año pasado reforzaron al grupo, ya que Coahuila, gobernado por uno de los aliancistas que iniciaron el grupo, Miguel Riquelme, obtuvo resultados para el partido gobernante, abriendo esperanzas para lo que vendría después, la gran elección de la Cámara de Diputados y 15 gubernaturas.
De los que formaron la Alianza Federalista, cuatro estados tendrían elecciones de gobernador y los otros seis solamente renovación de los diputados federales y algunos comicios municipales.
Un priista, un perredista, un panista y un independiente, terminan su ciclo como gobernantes durante este año y aunque no eran las figuras relevantes en el grupo aliancista, si dejan una merma que disminuirá los efectos que buscan esos gobernantes.
Colima, gobernada por Ignacio Peralta y Michoacán, donde todavía se mantiene Silvano Aureoles, serán gobernadas por militantes de MORENA, mientras en Nuevo León se terminó el tiempo de Jaime Rodríguez Calderón, el Bronco y llega el emecista Samuel García. Los panistas retuvieron Chihuahua, aunque le pesó al gobernador del blanquiazul la victoria de Maru Campos.
El cambio de gobierno acarreará que Indira Vizcaíno y Alfredo Ramírez Bedolla, ambos de MORENA dejen coja la alianza, al igual que la panista de Chihuahua Maru Campos y solamente Samuel García podría integrarse a instancias de Enrique Alfaro que se asume como su tutor.
Los otros componentes de la relegada alianza poco podrán hacer, al no encontrarse en su mejor momento. Es cierto que Alfaro consiguió algunos triunfos importantes en su estado, donde mantuvo los principales ayuntamientos en manos emecistas, pero también sufrió dolorosas derrotas, incluido Puerto Vallarta y otros ayuntamientos y en lo federal solamente ganó 7 diputaciones federales de 20. A Riquelme le fue mejor, ya que cinco de las siete diputaciones federales fueron ganados por el partido tricolor.
Al que le fue terriblemente mal es a Francisco Javier Cabeza de Vaca de Tamaulipas, ya que perdieron mayoría en el Congreso local, los principales ayuntamientos y una gran merma en diputaciones federales.
Los panistas José Rosas Aispuro, Martín Orozco y Diego Sinhué Rodríguez de Durango, Aguascalientes y Guanajuato, entregaron buenas cuentas.
Jaime Rodríguez Calderón de Nuevo León se cuece aparte por ser independiente, figura que desaparece de los gobernadores que entrarán en funciones próximamente.
De los 15 nuevos gobernadores los de MORENA que son 11, lógicamente no formarán parte de este grupo de mandatarios opositores. El doce es militante del Verde, partido vinculado a la alianza alrededor de MORENA, dos son panistas, Querétaro con Mauricio Kuri y Chihuahua con Maru Campos y el otro es emecista.
Las cuatro bajas de la alianza no será posible reponerlas y se duda que se integren algunos de los gobernantes en funciones, por lo que la fuerza que se supone daría la Alianza Federalista a uno de sus fundadores, Enrique Alfaro Ramírez, se desvanece con el paso del tiempo.
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Nuevamente el gobierno mexicano recurre a la Interpol para la búsqueda de uno de los tantos prófugos de la justicia. Se trata en esta ocasión de un personaje con apellido rimbombante, ya que su abuelo fue presidente de la República y su padre gobernador de Veracruz. Miguel Alemán Magnani será buscado en 190 países, acusado de fraude fiscal.
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