La distancia de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) hacia las energias renovables puede afectar su calificación —Baa1 negativa— en el largo plazo, advirtió Moody’s.
- Aunque la calificadora de riesgo crediticio matizó que el desinterés de la compañía estatal por las fuentes de energía limpia no tendrá implicaciones en el corto plazo, sí puede provocar un riesgo en los próximos tres a cinco años.
- “Las políticas internacionales sobre carbono, incluyendo objetivos de energía limpia, probablemente requerirán inversiones adicionales, lo que podría dar lugar a un mayor apalancamiento, un factor crediticio negativo”. consideró la firma en un reporte.
Las cuestiones ambientales son cada vez más importantes para los acreedores, por lo que la falta de una política clara de México y
CFE hacia las energías renovables, además de la reducción de emisiones de carbono implicaría un menor acceso al mercado de deuda, señaló la calificadora.
El plan de CFE para la transición del país a energías limpias implica modernizar ocho plantas de generación hidroeléctrica para añadir una capacidad de generación de 530 MW para 2025 y reducir las emisiones de CO2 en 42% hacia 2024.
- Sin embargo, este plan está en riesgo a causa de sequías y podría implicar mayores costos para la CFE. Dado que la escasez de agua limita la capacidad de generación de energía hidroeléctrica, este déficit deberá compensarse mediante otras fuentes de energía.
- “Además, consideramos que la CFE enfrenta riesgos derivados de residuos y contaminación relacionados con la generación de energía nuclear, o a
través de carbón y combustóleo”, precisó.
Los estándares Ambientales, Sociales y de Gobernabilidad (ESG, por sus siglas en inglés) tienen un impacto crediticio moderadamente negativo en las empresas reguladas de electricidad y gas con activos de generación.
Si bien muchas empresas de servicios públicos enfrentan riesgos físicos del cambio climático y problemas relacionados con la descarbonización, la mayoría pueden intentar recuperar los costos que conlleva el cumplimiento de las normativas ambientales.
- “La Puntuación de Impacto Crediticio (CIS por sus siglas en inglés) de Moody’s de CIS-3 para la CFE, refleja nuestra opinión de que las consideraciones ESG tienen un impacto moderadamente negativo en la calificación actual, con un mayor potencial de impacto negativo en el futuro”, agregó.
El gobierno y la compañía que dirige Manuel Bartlett han criticaco el negocio de las energías renovables por un supuesto riesgo de operación para la seguridad del sistema eléctrico nacional.
En dos años, la CFE de Bartlett tuvo una regresión al siglo pasado
En los últimos dos años y medio, bajo la dirección de Manuel Bartlett, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) opera y presta un servicio como del siglo pasado, al no invertir ni modernizar su equipo para la generación y distribución de energía.
- Desde el 2019 las fallas en el servicio eléctrico han sido constantes. En la península de Yucatán ocurrieron al menos tres apagones en ese año; en diciembre de 2020 se registró el apagón más grande que afectó a usuarios de la Ciudad de México, Morelos, Estado de México y otras entidades.
Aunque se ha tratado de justificar con fallas en líneas eléctricas o incendios que afectan los equipos, la realidad es que CFE opera con plantas de generación poco eficientes y obsoletas, con más de un siglo de funcionamiento.
Ante esta falta de actualización, organismos como la Comisión Reguladora de Energía y la Cofece han advertido las importantes afectaciones económicas que implica para el país.
Dejar madurar al mercado eléctrico es lo que fortalecería a CFE
La reforma constitucional para fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que plantea el presidente Andrés Manuel López Obrador no es factible, no mejorará las finanzas de la Comisión ni la economía de los consumidores mexicanos, coincidieron expertos.
- Miriam Grunstein, abogada del sector energético mexicano, explicó que en primer término el presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo tres años con la popularidad al máximo y la mayoría calificada en el Congreso, lo que perdió con las pasadas elecciones intermedias para la Cámara de diputados.
- “Ahora depende de sus aliados y ya que no tiene tanto poder, ya no es el mismo arrastre ni incentivo político para otros políticos, ya la van a pensar dos veces antes de apoyar algo que les puede costar la carrera política si los mercados castigan al país”, dijo, “incluso dentro de Morena se lo van a pensar dos veces, la situación ya cambió y mucho”.
Y si el objetivo es fortalecer a la CFE, la estrategia no puede ser fabricarle una preponderancia a la fuerza con 54% de los clientes para dejarle a los privados el otro 46%, a pesar de que sus propios números indiquen que está perdiendo.
- Para que la CFE se fortalezca es necesario dejar madurar al mercado y esto toma tiempo, además de que requiere de análisis y experiencia de verdaderos conocedores del tema, no del gabinete actual que se está enterando de lo que acontece en el mundo ni incluso de los asesores anteriores que implementaron la reforma y con las prisas políticas dejaron muchos temas por resolver.
Otro gran tema, según Grunstein, es que los esquemas viciados como el autoabasto en que particulares se venden entre sí al precio que desean porque tienen las capacidades, deben desaparecer, y así la CFE pueda competir en un mercado verdaderamente mayorista, no con excepciones para algunos, ni siquiera para la propia estatal que sin duda podría bajar sus tarifas y arrebatarle clientes a los privados si no tuviera que financiar actividades de privilegios heredados de regímenes anteriores para algunas empresas.
“Yo no quería llegar a una reforma constitucional de la industria eléctrica. Todavía no se publicaba la ley y empezaron a aprobarse por los jueces los amparos, entonces, ¿qué nos queda? Presentar una reforma constitucional en materia eléctrica”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador. La reforma que busca tiene el objetivo de reducir las tarifas eléctricas para los consumidores finales, y rescatar a la CFE para que siga siendo la empresa con mayor volumen de activos del país.
- Y es que únicamente del 2005 al 2020, la participación de privados en la canasta de capacidad instalada de electricidad en México pasó de 15.2% cuando existían los regímenes de autoabasto, importación, exportación, cogeneración y producción independiente de energía que se venía a la CFE, a 38.2% en 2020, con una capacidad de 33,626 megawatts reportados al cierre del año pasado.
- Mientras tanto, la capacidad de la CFE bajó en más de 5,000 megawatts que en 2020 salieron de operación por cuestiones de mantenimiento u obsolecencia, con lo que la estatal mantuvo una capacidad de 54,341 megawatts de los 87,969 megawatts que hoy tiene el país, por lo que el gobierno federal pretende aumentar su capacidad y dominancia en el mercado mediante inyecciones de capital.
Sin embargo, para el experto de la Plataforma México y Energía, Víctor Ramírez Cabrera, rescatar a CFE no debería implicar encarecer el sistema eléctrico, sino que la estatal podría ser verdaderamente rentable si se sube a la ola de la transición energética global, compitiendo con su potencial, apostando por lo que le deja ganancias que es la transmisión, distribución y algunas centrales de generación y si es capaz de aliarse con otras empresas para transferencia tecnológica o proyectos en conjunto que le permitan aprovechar mejor lo que ya tiene, como las hidroeléctricas, según expuso en Twitter./Agencias-PUNTOporPUNTO