La crisis profundizó la pobreza en el país y provocó que cayeran en esa condición más personas de lo esperado, debido a la falta de un mecanismo de protección social como un seguro de desempleo o políticas universales de compensación, advirtió Claudia Maldonado, investigadora académica del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
“Todavía no tenemos el dato duro de la pobreza en el país, pero contamos con evidencia preliminar que el efecto ha sido duro en materia de ingreso y que hay afectaciones naturales visibles en salud y rezago educativo”, indicó la especialista a EL UNIVERSAL.
- En 2018 la población en pobreza ascendió a 52.4 millones de personas; sin embargo, para mayo de 2020 el consejo advertía que sin políticas públicas que atiendan a la población con ingreso medio, la cantidad de personas en situación de pobreza por ingreso podía aumentar hasta en 9.8 millones producto de la pandemia de Covid.
En opinión de la investigadora, es muy probable que esta estimación inicial se vea rebasada con la nueva medición de la pobreza correspondiente a 2020, cuyos resultados dará a conocer el Coneval en agosto próximo.
- De acuerdo con las estimaciones más recientes, la población en pobreza habrá llegado a 67 millones en marzo de 2021, es decir, 14.6 millones más que en 2018, mientras que, en el caso de la pobreza extrema, prácticamente se habría duplicado, de 9.3 millones que teníamos antes de la pandemia a 18.3 millones, de acuerdo con cálculos del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (Equide) de la Ibero.
El Coneval es el encargado en México de realizar la medición de la pobreza multidimensional, que implica el componente de ingreso, pero además la estructura de la carencia de acceso a los derechos sociales básicos consagrados en la Constitución: educación, servicios de salud, seguridad social, alimentación, vivienda y servicios básicos para la vivienda.
Los nuevos pobres
En México hay una delgada línea entre la condición de vivir en situación de pobreza y no vivir en situación de pobreza. Para un conjunto significativo de hogares es un cambio marginal, ya sea por efecto de ingreso o por acceso a un derecho social están justo arriba de esos umbrales, pero en términos estructurales tienen vulnerabilidades muy parecidas a quienes están más abajo.
“Lo que reveló la crisis no es tanto los bajos niveles de ingreso, sino la vulnerabilidad de los modelos de la generación de ingreso. Hay algo que tiene que ver con la precariedad laboral y la ausencia de mecanismos de protección social que hacen muy vulnerables, incluso a personas que podríamos imaginar que están muy arriba de un umbral determinado de pobreza por efecto de su ingreso, pero si ese ingreso es variable y, por ejemplo, depende de sectores como el turismo, su impacto en esta crisis fue desastroso para esos hogares”, comentó.
- Explicó que el hecho de que no haya mecanismos de protección, que no exista un seguro de desempleo o políticas universales de compensación ante una emergencia como esta, hace que un grupo mayor haya revelado esas vulnerabilidades que no son nuevas, “lo que sucede es que la crisis las expresa de una manera muy dramática”, subrayó.
- Desde una perspectiva de protección social integral, el objetivo de la política pública sería ampliar lo máximo posible la población que no es pobre y no es vulnerable porque tiene acceso a los derechos sociales consagrados en la Constitución y tiene un ingreso que le permite satisfacer las necesidades básicas.
Sin embargo, “lo más probable es que ese porcentaje de personas no pobres y no vulnerables se vea reducido en la medida que se pierda empleo formal y el acceso a la seguridad social, y eso alimenta directamente la identificación de la población vulnerable por carencia social. Entonces, por supuesto ese es un segmento de población que se verá reducido por efecto de la crisis”.
Impacto de la pandemia
En opinión de la especialista, varios factores interrelacionados provocaron que un segmento importante de la población cayera en pobreza: “La pandemia nos agarró en una situación de desigualdades estructurales y de precariedad en el acceso a los derechos sociales: sistemas de salud fragmentados y débiles, modelos educativos con áreas de oportunidad en calidad; un mercado laboral en el que el acceso a la seguridad social formal
y las garantías y las prestaciones asociadas se vuelven cada vez más difíciles.
“La lección para México es que la pandemia evidenció las desigualdades preexistentes, lo que hizo vulnerable a un porcentaje muy alto de la población y reveló la necesidad de fortalecer los sistemas de protección social, que están fragmentados, y sin capacidad de proteger a las personas a lo largo de su ciclo de vida, y que no tienen mecanismos ágiles para responder a un shock de este tipo”, destacó la experta.
Carencia alimentaria va en aumento
La Encuesta de Seguimiento de los efectos del COVID-19 en el bienestar de los hogares mexicanos, Encovid 19, reveló que los efectos profundos de la pobreza continuarán durante 2021.
- La carencia por acceso a alimentación va en aumento, ya que pasó de 29% en diciembre de 2020 a 37% en marzo de 2021. La pobreza aumentó de 51% a 54% de diciembre de 2020 a marzo de 2021 y la pobreza extrema pasó de 7% en 2018 a 15% en marzo de 2021.
- Con ello, se pasó de 52 millones de pobres en 2018, a 62 millones en diciembre pasado y a 67 millones de pobres en marzo de este año.
- Señala además que 4.2 millones de personas se encontraban desocupadas hasta marzo de 2021, lo que representa 7.3 por ciento de la población económicamente activa.
De ellas 2.6 millones en el sector informal y 1.6 millones en el formal.
Las mujeres presentan las mayores tasas de desocupación, 9.5 por ciento contra 5.8 por ciento en hombres, particularmente en el sector informal.
- La especialista Graciela Teruel agregó que a marzo de 2021, 26 por ciento de los hogares del país al menos un integrante había presentado síntomas de COVID-19.
- Mientras que el pago de medicamentos, atención médica, oxígeno u otros insumos para atender a sus enfermos de representó un gasto importante, sólo cinco de los hogares no efectuaron gasto alguno, 14 por ciento gastaron menos de mil pesos, 45 por ciento gastaron entre mil y 10 mil pesos, y 36 por ciento gastaron más de 10 mil pesos.
Indicó que la recuperación en el ingreso de los hogares sigue rezagada respecto a la recuperación en el empleo.
La recuperación observada en el empleo ha sido insuficiente para contrarrestar la sostenida reducción en los ingresos de los hogares y, en particular, el aumento de la inseguridad alimentaria. Con ello, se estima que el porcentaje de personas en situación de pobreza puede haber llegado en marzo de 2021 a 54%, 12 puntos porcentuales arriba de los niveles observados en 2018.
Solo 3 de cada 10 personas que nacen en pobreza logran salir de esa situación
En el país, 7 de cada 10 personas que nacen pobres, jamás conseguirán salir de la pobreza, de acuerdo con el informe Movilidad Social en México 2019 del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
- Es decir que el destino de las personas sí está determinado por su origen, un factor sobre el que no tenemos ningún control, de acuerdo con el doctor Roberto Vélez, director general del CEEY y especialista en movilidad social.
- La perspectiva es aún peor si naciste en el sur del país, donde 86 de cada 100 pobres no conseguirá salir de esa condición. O si naciste mujer, ya que 75 de cada 100 que nacen en dicha posición no logran superar la pobreza.
Para Roberto Vélez, esto revela la desigualdad de oportunidades en este país, ya que la manera en cómo nos va en la vida depende de las circunstancias en las que hemos nacido como ubicación, orígenes familiares, sexo o raza.
¿Qué es la movilidad social?
De acuerdo con el maestro en Economía y doctor en Historia, la movilidad social es el cambio de posición de una persona en la escalera económica del país, respecto a la posición que tuvieron sus padres.
“Piensa en un edificio de cinco pisos. De cada 100 que nacen en el piso más bajo, 49 se quedan ahí, otros 25 suben al segundo piso y 26 suben hasta el tercer o cuarto piso”, explicó el experto.
- Y agregó que “si naces en el primer piso, tu probabilidad de quedarte en condición de pobreza es del 74%, puedes ser de los 49 que se quedaron en el primer piso o de los 25 que subieron al segundo, y esos 74 en total siguen estando en condición de pobreza”.
- Así las cosas, en México no hay movilidad social en la medida en que las condiciones o circunstancias de origen –sobre todo las que están fuera de nuestro control–, resultan determinantes en los logros de una vida.
“Es decir: origen es destino. Donde arrancas, terminas. Y entonces tu futuro depende del accidente de cuna. Si caes de lado correcto, o del lado conveniente, o de lado aventajado, pues ya la hiciste. Y si no, pues ya te amolaste”, explicó el experto.
Por lo tanto, México y cualquier país debe aspirar a tener movilidad social, es decir que los factores de origen no sean determinantes.
Los y las ciudadanas “deben tener la posibilidad de, a muy grandes rasgos, alcanzar sus metas con base en su esfuerzo y el desarrollo de su potencial” y no por la familia en la que nacieron, dijo Roberto Vélez./Agencias-PUNTOporPUNTO