Los países pobres y emergentes vieron los intereses que pagan sobre su deuda pública aumentar en los últimos años, contrariamente a los países ricos, según un estudio publicado este jueves por el asegurador de crédito Euler Hermes.
- Hace diez años, los intereses de la deuda representaban en promedio 6% de los presupuestos de los Estados, cualquiera sea su riqueza.
- Hoy, ese nivel cayó a 4% para los países avanzados, pero pasó a 7.3% para los países emergentes y especialmente a 13.7% para los países más pobres, calculó Euler Hermes.
Y esto ocurre cuando las deudas públicas crecieron con la crisis del Covid-19.
La diferencia entre las tasas de interés pagadas por los países avanzados y los países pobres creció, pasando de 7,4 a 9,5 puntos de porcentaje, según el asegurador de crédito, que analizó la situación de 61 países emergentes y de 40 países pobres.
- Entre los 20 países cuya deuda es considerada como la más riesgosa, India, Brasil y Sudáfrica «deberían ser capaces de evitar el cese de pagos pues en los dos próximos años, lo principal de las deudas está en posesión de entidades nacionales y su avance se puede controlar».
- Pero Egipto conoce una situación preocupante con 39% de su deuda publica registrada en divisas y a plazos de reembolso para 2021 y 2022 que se elevan a 15% del Producto Interior Bruto (PIB), subraya Euler Hermes.
- En Africa, Angola, Túnez, Ghana y Mozambique son considerados por el asegurador de crédito como «altamente vulnerables», con una deuda pública que supera 80% del PIB, un nivel alarmante para los países en desarrollo.
China desempeña ahora un papel preponderante de acreedor de países emergentes y pobres, 33 de los cuales de un total de 101 se endeudaron con el gigante asiático por un monto superior a 5% de su PIB, y la República del Congo (Brazzaville) posee el récord con 32 por ciento.
De manera general, Euler Hermes considera que «la comunidad internacional intervendrá probablemente para suministrar liquideces en caso de dificultades, pero sin poder estar en capacidad de ofrecer una solución de conjunto» al endeudamiento de los países pobres y emergentes./EL ECONOMISTA-PUNTOporPUNTO