Los cambios fiscales anunciados hasta ahora por el gobierno federal son insuficientes para enfrentar la presión sobre las finanzas públicas en México, explicaron especialistas, quienes advirtieron que es necesaria una reforma a fondo, que discuta nuevos impuestos o alzas de tasas.
- Incluso hay quien apunta que más allá de recursos provenientes de los impuestos, se debe regular y fiscalizar mejor a la banca privada y hacer que el gobierno federal tenga el control de la política monetaria. La premisa es: “Si el gobierno quiere recaudar más tiene que gastar más”, enfatizó Arturo Huerta, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México.
- En entrevista aparte, Sergio Lanau y Martín Castellano, economistas del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF por su siglas en inglés), explicaron que el combate a la evasión funcionó el año pasado, pero eventualmente es necesaria una discusión profunda sobre la estructura fiscal y una reforma “más ambiciosa”.
Consideraron que México ha llevado “como en libro de texto” las políticas fiscales y monetarias durante los pasados 20 años, lo mismo que en la pandemia, y “ha evitado al 200 por ciento política económica fuera de lo normal” a manera de contrarrestar la incertidumbre de otros rubros, como el energético.
- En uno de sus análisis sobre los déficits fiscales en las economías emergentes después de la pandemia, el IIF exhibe que México tuvo una de las respuestas fiscales más bajas el año pasado, cuando se presentaron los primeros efectos de la pandemia, pero esto cambió a medida que avanzaban las elecciones intermedias del pasado 6 de junio.
A medida que se acercaban los comicios, “los subsidios y la inversión aumentaron sustancialmente, un hecho inusual en un país que ha aplicado una política fiscal estricta desde hace algunos años”, lo que hace de México un ejemplo de cuán dura puede ser la austeridad en términos políticos.
Lanau detalló que la política seguida por el gobierno mexicano tiene dos ángulos. Por un lado el impacto que tiene en la economía la falta de gasto público –que sirve como fuente de demanda, sobre todo en una crisis cuando el sector privado está más contenido–; y por el otro, retener la confianza empresarial. Agregó que, si bien el país ha estado bajo condiciones financieras muy estables, prácticamente no ha crecido desde 2016.
Aparte, Huerta consideró que el principal problema en el país es el bajo crecimiento y la política de austeridad lo ha profundizado. En ese sentido, recalcó que además de contrarrestar la elusión y evasión fiscal por parte de grandes contribuyentes, “sí hay que aumentar impuestos, ¿a quién?, al sector financiero que ha sido el gran ganón, que tiene década ganando lo que quiera”.
- También explicó que la autonomía del Banco de México y mandato único obligan al gobierno a trabajar con austeridad y si cae en déficit cae en deuda. “Se beneficia a la banca, que es la que presta al gobierno con altas tasas de interés”. Así que, desde su perspectiva, se debe reformar de fondo el sistema fiscal, “discutir todo”, agregar a ese debate el comercio exterior y la ley financiera.
Subrayó que la idea de diseñar el gasto en función de los ingresos es un precepto neoliberal que ha quedado rebasado con la pandemia. Las grandes economías del mundo están gastando sin aumentar impuestos y ese mayor gasto es financiado por sus bancos centrales, los cuales surgieron históricamente para dar crédito a los gobiernos.
AMLO perderá oportunidad de aprobar una reforma fiscal integral
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador perderá la oportunidad de aprobar una reforma fiscal integral que atienda, de mejor manera, las necesidades que existen en el sistema tributario y en el país, esto pese a que cuenta con una mayoría simple en el Congreso, consideraron analistas.
- Para este año, se espera que en la entrega del Paquete Económico 2022 se incluya también la esperada reforma fiscal, la cual seguirá el mandato del Presidente de no aumentar ni crear impuestos. Ante esto, en días pasados Raquel Buenrostro, jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT) dijo que ésta podría ser más una especie de Miscelánea Fiscal que una reforma.
“Se está perdiendo una oportunidad de aprovechar la ventaja que se tiene en el Legislativo, en donde pueden aprobar prácticamente lo que quisieran porque no necesitan hacer cambios constitucionales y tienen una mayoría absoluta”, dijo James Salazar, subdirector de Análisis Económico de CIBanco.
La jefa del SAT apuntó que la reforma se enfocaría a facilidades administrativas para que los causantes paguen sus impuestos, lo que dijo podría dejar una recaudación de 200,000 millones de pesos en el primer año de implementación de la reforma.
Adrián García, investigador del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), dijo que sí puede haber una mayor recaudación a través de cambios en lo administrativo; sin embargo, apuntó que se necesita de una reforma fiscal de fondo para cubrir las necesidades de gasto que hay, como en salud, educación, infraestructura y pensiones.
Para la siguiente legislatura, que empieza el próximo 1 de septiembre, Morena perdió lugares en la Cámara de Diputados; sin embargo, teniendo en cuenta a los partidos aliados, el partido que llegó a la presidencia en el 2018 mantiene una mayoría simple. Con ello, aún está en condiciones para aprobar el presupuesto.
Mejorar el gasto
Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base, indicó que usualmente cuando se piensa en una reforma fiscal sólo se enfoca al lado de los ingresos tributarios; sin embargo, también se debe prestar atención al gasto y qué hacer con aquellos recursos extra que resulten.
- “Se está perdiendo una oportunidad de generar un gasto más eficiente y que, con ese gasto, se generen más empleos, un crecimiento en la inversión y esto a su vez genere un crecimiento económico en el corto, mediano y en el largo plazo, por la mayor productividad. Esto es lo que se está perdiendo porque se están enfocando sólo del lado de la recaudación, pero también el otro lado es importante”, dijo.
James Salazar añadió que no hay una “evaluación seria” del gasto, que permita no sólo tener más recursos, sino usarlos de una mejor y eficiente manera. “Cuando se habla del gasto, se busca que alimente parte de los proyectos prioritarios de este gobierno, de los cuales hay duda de si efectivamente tendrían el impacto positivo necesario”.
Prevén mayor fiscalización
Ante la falta de una reforma fiscal integral, los analistas prevén que lo que prepare la autoridad hacendaria sea una serie de modificaciones que permitan que el SAT incremente aún más su fiscalización sobre los contribuyentes, sobre todo luego de ver los buenos resultados que se obtuvieron el año pasado ante la revisión de los Grandes Contribuyentes.
“Cuando hablamos de miscelánea se habla más de cambios menores y no de cambios transversales, de ahí que inclusive se diga que no va a haber nuevos impuestos y no se subirán las tasas de los existentes. Esta reforma en forma de miscelánea apunta a una mayor fiscalización de las empresas porque, ya vieron, que el año pasado lograron tener una mayor recaudación”, declaró Gabriela Siller.
- El año pasado, el SAT logró recaudar poco más de 3.3 billones de pesos, lo que representó un incremento de 0.8% anual pese a la pandemia del Covid-19, la cual desató una crisis sanitaria y económica en el mundo.
“Durante el 2020, a pesar de la pandemia del Covid-19 y sus efectos adversos en la economía, se implementaron estrategias de cobro y fiscalización para sostener la recaudación tributaria”, dijo el SAT. En este sentido, el año pasado se dieron a conocer casos de diversas empresas que, después de algunos años, llegaron a un acuerdo con el órgano recaudador para pagar sus adeudos fiscales./Agencias-PUNTOporPUNTO