PRESIDENCIABLES

OPINIÓN POR RAMÓN ZURITA SAHAGÚN

Lo que antes era considerado secreto de Estado, ahora se convirtió en un juego más transparente, donde los aspirantes presidenciales salen a ventilar sus anhelos y deseos de participar en el proceso electoral del que surja el siguiente presidente de México.

Durante la etapa de los gobiernos priistas era sagrado mantener contenidas sus aspiraciones y cada vez que les preguntaba a los posibles aspirantes, estos preferían morderse la lengua y aclarar que no era tiempo para ello.

Fidel Velázquez acuñó la frase “el que se mueve no sale en la foto”, sentencia que los entonces alineados y fieles priistas seguían sin rebeliones de ninguna clase.

La primera disputa abierta se presentó al destape del candidato presidencial en 1993, que designaba a Luis Donaldo Colosio como abanderado del PRI y casi casi nuevo presidente de la República. La decisión no gustó a Manuel Camacho Solís, quien se negó a respaldar al sonorense que más adelante fue sacrificado en Lomas Taurinas.

Fue difícil controlar a Camacho Solís, quien después de cuatro meses se sometió al designio presidencial, poco antes del crimen de Colosio.

La maraña que envolvió al PRI y el descrédito del partido tricolor llevó a que Vicente Fox desafiase al sistema y con colores panistas se destapó como aspirante presidencial un día después de los comicios intermedios. Muchos lo tacharon de iluso, pero Fox dedicó gran parte de su administración como gobernador de Guanajuato a buscar los apoyos necesarios para convertirse en el candidato presidencial del blanquiazul.

Lo consiguió y luego mostró malestar porque Felipe Calderón, su secretario de Energía, hizo lo propio dos años antes de los comicios presidenciales de 2006, mientras que Fox parecía adquirir los vicios del sistema priista, tratando de imponer al candidato de su partido.

Esos dos ejemplos y otros más que no sirvieron a los interesados para convertirse en candidatos presidenciales de sus respectivos partidos.

Desde aquellos primeros años del nuevo Siglo, Ricardo Monreal, entonces gobernador de Zacatecas detonó su interés por participar en la sucesión presidencial.

Ahora, renace el interés del zacatecano por participar en el juego de la sucesión presidencial, un evento que entretiene a propios y extraños y que conforme avance la segunda parte del sexenio tendrá mayor interés.

De acuerdo con el Ejecutivo federal son cinco (hasta ahora) los nombres de los prospectos del partido gobernante que participan en la sucesión de Andrés Manuel López Obrador, aunque por lo distante del tiempo para ello, podrían anotarse algunos otros de los relevos que pronto llegarán al gabinete presidencial.

Por lo pronto, a los nombres de Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, se suman los de Juan Ramón de la Fuente, Embajador de México ante la ONU, ex secretario de Salud y ex Rector de la UNAM; Tatiana Clouthier, dos veces diputada federal y actual secretaria de Economía y Esteban Moctezuma, quien vio frustrado su sueño de ser candidato presidencial cuando fue relevado de la secretaría de Gobernación en 1995.

Por lo pronto esas son las cartas que considera el propietario del partido, quien las ventila para hacerlas común dentro del dominio público y se vaya permeando su nombre entre los posibles electores.

Y ante el pobre panorama que se presenta en los frentes opositores, renace la ilusión de MORENA de conservar la presidencia de la república.

Hay también dentro del grupo de nuevos gobernantes que asumirán este año algunos que podrían ser una alternativa, aunque primero habrá que esperar el desarrollo de sus respectivas administraciones. Lo interesante de estos nuevos gobiernos es la presencia masiva de mujeres (seis) que lograron la victoria en los comicios del pasado 6 de junio.

Dentro de este selecto grupo donde están Marina del Pilar Ávila, Layda Sansores, Indira Vizcaíno, Maru Campos, Evelyn Salgado y Lorena Cuéllar, podría surgir alguna que destaque y decida entrar en la puja por la candidatura presidencial sea por MORENA, donde se incluye también a Claudia Sheinbaum o por el PAN, Maru Campos.

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Las reglas establecidas por el presidente López Obrador serán seguidas a consciencia por Claudia Sheinbaum, quien ya advirtió que los nuevos alcaldes de la capital del país no serán recibidos por ella, ya que el secretario de Gobierno, Alfonso Suárez del Real se hará cargo de los intercambios con ellos.

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