Opinión por Ramón Zurita Sahagún
Gobernar una de las 32 entidades del país es para la mayoría de los políticos mexicanos el concretar sus anhelos, por lo que muchos de ellos se retiran después de eso y se dedican a otras actividades, aunque todavía se les mueve el interés de recurrir a una diputación federal o, en su defecto, una senaduría.
Por eso con frecuencia se advierte a los ex mandatarios estatales participar como candidatos al Congreso de la Unión, sea por la vía uninominal o plurinominal.
No siempre los ex gobernadores corren con la suerte de cachar un escaño o curul por la vía de la representación proporcional, por lo que alguna vez fueron candidatos de mayoría perdiendo en las urnas.
Los casos de Jesús Murillo Karam, Fernando Baeza Meléndez, René Juárez Cisneros y otros más tuvieron que apechugar con una derrota en las urnas, aunque la benevolencia del sistema democrático nacional les permitió asumir un escaño por la vía de la primera minoría.
Sin embargo, en esta elección del 2021, cuatro ex gobernadores decidieron incursionar en el terreno de las alcaldías y disputan la capital de su respectivo estado, el que gobernaron en el pasado.
Tres de ellos ya fueron alcaldes de esa capital que añoran encabezar nuevamente y el cuarto dio un salto mayúsculo cuando brincó del Congreso local a la candidatura al gobierno del estado.
Resulta curioso que tres de ellos abandonaron el partido que los llevó al gobierno estatal y el cuarto continúe militando en el mismo partido que no actuó en su defensa cuando debió purgar cinco años de prisión, acusado de delitos varios durante su mandato gubernamental.
Andrés Rafael Granier Melo compite como candidato del PRI al ayuntamiento de Centro, donde se ubica Villahermosa, capital del estado de Tabasco, propósito en el que coincide con Manuel Andrade Díaz, su antecesor en el gobierno de Tabasco.
Granier Melo y Andrade Díaz pretenden mostrar que sus gobiernos fueron bien calificados y aprovechar la ola de nostalgia de la población para atraer el voto, tal y como lo hicieron en 2006 y 2000, respectivamente.
Ambos se enfrentan a Yolanda Osuna Huerta, favorita en todas las encuestas, la que curiosamente jamás había participado en actividad política alguna.
Con todo y ello, Osuna Huerta podría imponerse a los dos ex gobernadores que se anularán uno al otro, dejando que la disputa entre ellos la beneficie directamente.
En Aguascalientes y Morelos, otros dos ex gobernadores disputan con los demás partidos el triunfo en las capitales estatales, Aguascalientes y Cuernavaca. Se trata de Luis Armando Reynoso y Sergio Estrada Cajigal, quienes en el pasado consiguieron esas mismas alcaldías que fue el antecedente directo de sus triunfos como candidatos a gobernadores.
Igual que sucede con Andrade Díaz. Reynoso y Estada Cajigal optaron por encontrar la nueva oportunidad como abanderados de partidos distintos a los que los impulsaron en el pasado al triunfo gubernamental.
Manuel Andrade compite con los colores del PRD, en solitario, luego de renunciar al PRI. Se trata de un partido venido a menos que en Tabasco llegó a ostentar la gubernatura del estado, pero que en los años recientes se desdibujó totalmente.
Lo mismo sucede con Estrada Cajigal que al igual que Reynoso militó en el PAN y ahora ambos compiten con la protección de Fuerza por México, un partido que difícilmente alcance el registro como partido nacional, pero al que contribuirán para mantener el registro estatal.
Resulta curioso que la victoria de alguno de los contendientes resultaría ser asombrosa, ya que abanderan a partidos venidos a menos o a organismos políticos nuevos que lejos se encuentran de producir alguna sorpresa.
Los cuatro mencionados podrían correr con el mismo resultado que siguió a Víctor Cervera Pacheco, cuando intentó de nueva cuenta presidir el ayuntamiento de Mérida y fue vencido
rotundamente en las urnas.
En los comicios del 6 de junio compiten otros ex gobernadores que van más protegidos ya que en el caso de Ivonne Ortega Pacheco fue empoderada como la primera en la lista plurinominal de la tercera circunscripción de Movimiento Ciudadano.
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El Partido Redes Sociales Progresistas sufre de pérdidas de candidatos, los que declinan en favor de otros mejor posicionados como fue el caso de Gina Soler, quien dejó la candidatura al ayuntamiento de Tijuana y se sumó a la Jorge Ramos, abanderado de la alianza Va por Tijuana, conformada por PRI, PAN y PRD.
Con las declinaciones sufridas en diversas entidades, RSP podría dirigirse al fracaso total y no alcanzar el registro como partido nacional.
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