Las remuneraciones o ingresos para la población trabajadora en los diferentes sectores de la economía, registraron una caída de -4.9% en febrero con respecto al mismo mes un año antes; de tal forma que se alcanzaron cifras similares a las de marzo del 2018, expuso el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
- Asimismo, el Índice Global de Remuneraciones de los Sectores Económicos, arrojó que las ganancias de las y los trabajadores en la perspectiva mensual de febrero también se vieron afectadas como consecuencia de la pandemia del Covid-19, ya que de enero a febrero tuvieron una disminución de -1.1%.
- Aunado a esto, los datos del INEGI no sólo mostraron que las ganancias o ingresos de los trabajadores se vieron mermados en febrero, sino que también se observó una disminución del personal ocupado.
- El Índice Global de Personal Ocupado en los Sectores Económicos (IGPOSE) registró una contracción al segundo mes del año, comparado con el igual periodo del 2020, de -3.4%. En su perspectiva mensual, este indicador tuvo un ligero repunte de 0.2%.
Además, Julio Santaella, presidente del INEGI, señaló que el personal ocupado de los sectores de la manufactura, la construcción, el comercio y los servicios no privados, en los que se centra el reporte ventilado hoy, alcanzó niveles similares a los que se tenían en el 2016, de tal forma que hubo un retroceso de cinco años.
14 millones tienen ingresos en el rango límite de la línea de pobreza
Para adquirir la cesta de bienes y servicios básicos individual en las regiones urbanas de México se necesitan al menos 3,718 pesos mensuales, de acuerdo con la estimación de la línea de pobreza del Coneval. Según el Inegi casi 14 millones de trabajadores tienen ingresos de máximo un salario mínimo, equivalente a 4,251 pesos o menos cada mes.
- Esta situación implica que, exactamente, 13 millones 963,370 trabajadores perciben por su trabajo apenas lo justo o incluso menos de lo necesario para adquirir la canasta básica en las urbes, en términos proporcionales 3 de cada 10 (26%) trabajadores están en esta situación, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi.
- El contenido de la cesta mínima establecida por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) incluye alimentos preparados, productos agropecuarios, bebidas, servicios del hogar, vivienda, transporte, salud, educación y productos de higiene personal.
- Resulta fundamental resaltar que la estimación del costo de la canasta básica, 3,718 pesos al mes, es sólo para una persona. Esto implica que en los hogares urbanos en donde viven, por ejemplo, dos personas serían necesarios 7,436 pesos cada mes para adquirir estos bienes y servicios mínimos. Y así para cada integrante adicional. En México, de acuerdo con la Enigh 2018 (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares) hay 3.7 integrantes en promedio por cada hogar.
Esta situación es uno de los focos rojos en el contexto de la crisis económica generada por la pandemia debido a que en la mayoría de los hogares mexicanos no trabajan todos los integrantes, especialmente en los que hay menores de edad.
La pandemia de Covid-19 no sólo profundizó la desaceleración de la actividad económica en México, también revirtió los avances importantes que se habían logrado en materia de pobreza laboral durante los cuatro años recientes.
El índice de tendencia laboral de la pobreza, calculado también por el Coneval, analiza el poder adquisitivo de los salarios y sueldos de los trabajadores en el país. A partir del 2017 había mostrado un repunte que implicaba un alza en la capacidad de los ingresos laborales para adquirir la canasta básica, misma tendencia que se encuentra en riesgo por la crisis laboral.
- Al cierre del 2020 el nivel de trabajadores cuyo salario o sueldo era insuficiente para cubrir apenas la cesta mínima alimentaria fue del 41% del total de trabajadores, de acuerdo con las cifras del Coneval. Y aunque con cifras más actualizadas de la ENOE a febrero podemos observar una recuperación del empleo y de las remuneraciones de los trabajadores todavía son altos los niveles de trabajadores con ingresos insuficientes para vivir, al menos en las regiones urbanas del país.
Además de la pobreza laboral, la crisis por Covid-19 ha profundizado la ya grave situación de pobreza general en México. De acuerdo con el informe oportuno sobre el impacto de la Covid-19, en México se sumarían a la pobreza entre 9 y 11 millones de mexicanos a las filas de la pobreza.
Esto derivado no sólo de que los ingresos laborales son más precarios y no empatan con el aumento generalizado de los precios; en México adicionalmente hay una gran parte de la población cuya principal fuente de ingresos no es el trabajo sino apoyos del gobierno o de terceros privados.
- En el país, de hecho, 5 de cada 10 pesos que entran a los hogares más pobres (decil I) ni siquiera dependen de ellos, la mayor parte viene de programas sociales, remesas o instituciones de la sociedad civil. En este sentido, la problemática de la pobreza se extiende, no sólo a quienes trabajan y no ganan lo suficiente, sino a quienes tienen ingresos inseguros e inciertos.
- No sólo el Coneval, que es la institución autónoma nacional encargada de influir bajo el análisis en las decisiones de política de desarrollo social, también organismos internacionales como la Cepal y la ONU, han enfatizado en la necesidad de implementar mecanismos de contracción ante la crisis, de no hacerlo podría eliminarse hasta una década de avances en materia de desigualdad y pobreza en un país de ingreso medio alto, donde estos indicadores son similares sólo a naciones centroamericanas de bajo ingreso como Guatemala, Honduras y El Salvador.
¿Por qué importa corregir la pobreza?
México es uno de los países donde a pesar de la prosperidad económica y altos niveles de producción, la pobreza persiste porque la riqueza se concentra de manera desproporcionada en unas pocas personas y deja fuera de las oportunidades a la mayoría de los mexicanos, especialmente los que pertenecen a grupos vulnerables como las mujeres, los indígenas o la comunidad LGBT.
La información procesada con data del Coneval y el Inegi es alarmante: 3 de cada 10 trabajadores viven en el limbo con ingresos que rozan el límite de lo básico para cubrir necesidades como la alimentación, la limpieza corporal o asistir a la escuela. Eso sin considerar a la población económicamente activa que se encuentra desempleada o en paro temporal, los menores de edad, los adultos mayores y las personas que por alguna condición física o mental están imposibilitadas para trabajar.
- La Cepal calculó que derivado de la crisis global por la Covid-19, México tendría a casi la mitad de su población en situación de pobreza, la cuarta proporción más grande de toda América Latina, si no se implementan de manera eficiente y eficaz mecanismos para contrarrestar el impacto.
- La inaccesibilidad de millones de hogares mexicanos a los bienes y servicios básicos para la vida, además, ha sido clave fundamental en el avance y distribución de la emergencia sanitaria. De acuerdo con estudios demográficos sobre los fallecimientos relacionados con la Covid-19 elaborado por el CRIM de la UNAM, la mayor parte de las víctimas del virus obedecen a un perfil de precariedad social.
Aunque en un primer momento, la Covid-19 parecía una enfermedad de las clases altas, en pocos meses se ensañó con los más pobres con escolaridad apenas primaria, sin acceso a seguridad social ni salud, con ocupaciones precarizadas como el trabajo del hogar, conductores y obreros en maquilas.
A la espera de un mejor dinamismo en el programa nacional de inmunización, una baja en los niveles de contagios y hospitalizaciones y un desempeño positivo de la actividad económica, México se mantiene con riesgos importantes en materia de pobreza y desigualdad social si no se actúa desde la política pública.
Salarios bajos y largas jornadas laborales
La calidad de vida de los trabajadores y sus familias depende del sueldo, un rubro en el que –no obstante los aumentos registrados en años recientes en México– es el país que se ubica en el último escalón entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
- En 2015, el salario mínimo real se ubicaba por debajo de países como Haití y de acuerdo con reportes del organismo “somos el país con más horas trabajadas por semana, lo que habla de una enorme tasa de explotación que se potencia por un ingreso pulverizado”, afirmó Rosa Albina Garavito Elías, investigadora del Departamento de Economía de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En suma, “trabajamos como los más y ganamos como los menos en el mundo”. A la recuperación salarial en los años finales del expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), le antecedió una brutal caída, desde los años de la presidencia de Vicente Fox (2000-2006) hasta 2017 el ingreso se mantuvo estable.
“El mundo del trabajo en México es precario y redunda en condiciones de vida deplorables, que se suman a un proceso de pauperización laboral que tiene que ver con el avance tecnológico que ha planteado una flexibilidad, que ahora por ser ejecutado en casa lleva los costos a cuenta del trabajador y de ello está exento el patrón”, dijo.
- Un ejemplo de los malos salarios, es que en México el salario promedio ronda los 6 mil pesos al mes. A diferencia de un trabajador de bajos recursos en los Estados Unidos, pues 6 mil pesos son equivalentes a 30 pesos por hora al mes; es decir, menos de 1.5 USD/hora. Mientras que un estadounidense o migrante puede ganar 10 veces esa cantidad.
- Según la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los empleados de empresas experimentan nuevos padecimientos por la hiperconexión en la nueva normalidad, lo que influye en su productividad. Uno de ellos es el estrés laboral, que sufre 75 por ciento de la fuerza de trabajo, una tendencia que se agravó con la pandemia.
Otra característica del sector es el incremento en la actividad económica de las mujeres, expuestas a una discriminación laboral que se expresa en la desigualdad de ingreso, la falta de ascensos, el número de horas laborales y la relocalización de las fuentes de empleo.
México es ahora un país de migrantes. De tres de cada 100 personas que dejaban su lugar de origen en los años setenta del siglo pasado ahora lo hacen 11, porcentaje que ha generado redes de apoyo, pero a la par también ha crecido el tráfico de personas por parte del crimen organizado.
“A partir de la década de 1980 la migración dejó de ser un asunto binacional para convertirse en un asunto regional; así, la frontera de Estados Unidos se ha recorrido hasta Panamá, lo cual ha generado conflictos en los países, se ha transformado el mundo laboral en México pero también a escala mundial”, comentó la especialista.
- En torno al desempleo, Garavito Elías indicó que a pesar de la pandemia México reporta una tasa de 5.4 por ciento, aunque este indicador no refleja realmente lo que sucede, ya que el autoempleo es una forma de precarización.
- Para poder brindar beneficios reales a la población, además de la reforma laboral, “debemos aplicar una política pública que incentive la inversión, el desarrollo científico y tecnológico, así como una de tipo fiscal para revertir la baja recaudación, que oscila en 16 por ciento del Producto Interno Bruto, de lo que sería posible obtener recursos para el bienestar social y la inversión pública en infraestructura”, finalizó.
Disminuyeron los ingresos en 9 de cada 10 hogares del país
México es el país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) donde las familias están resintiendo más la baja de ingresos debido a la pandemia de Covid-19. Hasta nueve de cada diez hogares reportan deterioro en sus recursos disponibles. También es donde la población reporta mayores dificultades económicas desde el inicio de la crisis, lo que ha derivado en dejar de pagar cuentas, pedir préstamos, perder casas, declararse en incapacidad de pagar sus deudas e incluso no tener suficiente para la compra de alimentos, muestra una encuesta de ese organismo.
- La ausencia de apoyo directo a la fuerza de trabajo para enfrentar el cierre económico por la pandemia resultó en que 26 por ciento, uno de cada cuatro personas consultadas por el organismo, reportara que perdió su trabajo y sus ingresos laborales; 65.4 por ciento más informó que, pese a conservar su ocupación, los recortes en salario y horas de trabajo hicieron mella en sus remuneraciones.
Entre 25 economías consultadas por la OCDE, la población de México se dice la más afectada.
La encuesta “Riesgos que importan 2020”, fue levantada en Austria, Bélgica, Canadá, Chile, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Israel, Italia, Corea, Lituania, México, Países Bajos, Noruega, Polonia, Portugal, Eslovenia, España, Suiza, Turquía y Estados Unidos. El promedio de pérdida de trabajo en estos países y, por tanto, en los ingresos, fue de 11.8 por ciento; la caída de estos recursos por recortes salariales alcanzó a 44.3 por ciento de las personas encuestadas, en ambos casos menores a los de México.
Así aumentó la canasta básica en el último año
El conjunto de los 33 productos considerados mínimos indispensables en la dieta de las familias mexicanas por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social acumuló un alza de 3.2% durante el segundo año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
- Según el levantamiento de precios que mes a mes realiza Excélsior, en diciembre de 2019 se necesitaron mil 679.3 pesos para adquirir la canasta alimentaria, cantidad que se elevó a mil 733.5 pesos 12 meses después.
- El producto que mayor alza registró en mercados y tiendas de autoservicio fue el arroz, cuyo kilo de pasó de 26.5 pesos el 31 de diciembre de 2019 a 39.9 pesos ayer, lo que representó un aumento de 50.6%. Le siguió la manzana, dado que el kilo transitó de 39.9 a 50 pesos en el mismo periodo, un incremento de 25.3 por ciento.
Al listado de mayores incrementos se suma el pescado fresco, cuyo kilo pasó de 96 pesos el 31 de diciembre de 2019 a 115 pesos ayer, un aumento de 19.8 por ciento.
- Entre los productos que descendieron de precio destacan la cebolla, cuyo kilo pasó de 34.9 pesos el 31 de diciembre de 2019 a 24.9 pesos ayer, una disminución de 28.7%. En tanto que el pollo entero o en piezas transitó de 65 a 48 pesos en el mismo periodo, una reducción de 26.2 por ciento.
El limón también se abarató en el último año al pasar de 32.9 pesos a 24.9 pesos en el periodo de referencia.
José Manuel López Campos, presidente de la Concanaco Servytur, consideró que el bajo consumo provocado por la crisis económica contribuyó a contener el incremento de precios de los productos básicos. “Durante 2020 el comercio fue muy prudente con los precios porque la demanda fue baja, aunque en algunos casos los costos de operación hicieron que inevitablemente se ajustaran varios precios finales”.
Para Adalbertha Hernández, ama de casa, el incremento que registraron los alimentos básicos en 2020 sí fue resentido por su familia ya que desde que comenzó el año “no han parado los aumentos en una cosa u otra, por lo que hemos tenido que cambiar nuestro hábitos alimenticios”.
Juan Rich Rena, analista de BX+, anticipa que para la primera quincena de enero habrá en precio de alimentos, frescos y preparados, y a la baja para los servicios./Agencias-PUNTOporPUNTO
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igperse2021_04