El problema de ruido ocasionado por el tránsito de aviones en el espacio aéreo de la Ciudad de México y su zona metropolitana, afecta de manera severa la salud física y mental de las personas; con efectos negativos por el estrés, alertó Fausto Rodríguez Manzo, académico de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
- Afirmó que los gobiernos federal y local no han reconocido ese problema ni los graves padecimientos que ocasionan a los habitantes de la capital mexicana.
- Comentó que en la última década del siglo XX, Alemania emprendió estudios serios sobre las secuelas de ese elemento a nivel cardiovascular, comprobando que exposiciones largas causan muertes.
Rodríguez Manzo advirtió que de conservarse como está, la ruta aérea que atraviesa la urbe continuará como fuente de conflictos y “si bien el cambio de dirección está encaminado hacia el uso de los aeropuertos de la periferia –entre ellos el Felipe Ángeles– la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) debe admitir que hay un daño y crear un capítulo dentro de su estructura referido a esta situación”.
En entrevista, el docente del Departamento de Procesos y Técnicas de Realización de la citada sede universitaria puntualizó, por ejemplo, en Londres la autoridad aeroportuaria ha atendido los reclamos de la gente antes de cambiar las rutas y desarrollar diseños nuevos de pistas.
Pero, “en nuestro país no existe la tradición de proteger a los vecinos y la los funcionarios tendrán que enfrentar esto con una sección dedicada al complejo asunto, pues una terminal aérea dentro de la ciudad impacta todavía más”.
- Ante la indiferencia de los responsables es necesario que la contaminación acústica sea abordada por los gobiernos federal y capitalino, ya que desde 2011 la Organización Mundial de la Salud advirtió que la exposición a ese fenómeno reduce años de vida.
- El experto destacó que las empresas aeronáuticas, sociedad civil y la academia debieran también discutir esto en foros y comisiones específicas.
El grupo del Laboratorio de Análisis y Diseño Acústico, que coordina Rodríguez Manzo, desarrolló el primer Mapa de Ruido para la Zona Metropolitana del Valle de México. Adelantó: “vamos a estudiar de manera más consistente esto y a tratar de incitar, tanto a las autoridades como a las organizaciones vecinales para que se organicen, como sucedió en 2014, cuando después del accidente aéreo donde murió el entonces secretario de Gobernación los habitantes de las Lomas de Chapultepec influyeron para que se modificara la ruta de aviación”.
El aeropuerto Felipe Ángeles tiene el problema de orientación de pistas al seguir el patrón del de la capital del país, por lo que sería más conveniente direccionarlas para que los vuelos crucen por zonas menos pobladas.
“Aunque el ruido es asunto de acústicos, físicos o ingenieros tiene carácter transversal que puede ser parte de la arquitectura, el urbanismo y las disciplinas sociales o las humanidades”, citó.
- El 28 de abril de este año, se conmemorará el Día Mundial de la Conciencia contra el Ruido y en UAM Radio 94.1 FM, el grupo del citado Laboratorio disertará sobre la necesidad de generar conciencia, en particular en los niños, sobre este problema, finalizó.
Aviones al sur de la CDMX emiten 67 decibeles
El ruido que generan los aviones en el sur de la CDMX, tras el nuevo rediseño del espacio aéreo del Valle de México, alcanza los 67 decibeles, lo que coloca a este sonido por debajo de los 70 decibeles del tránsito moderado en la ciudad, los 100 de la campana del camión de la basura, los 110 del ruido de una discoteca o los 120 decibeles que genera el despegue de un avión, de acuerdo con mediciones hechas por El Financiero en cuatro colonias afectadas.
Desde la entrada en operación del nuevo rediseño del espacio aéreo –que arrancó operaciones el pasado 25 de marzo–, vecinos del sur de la Ciudad de México comenzaron a quejarse en redes sociales sobre el inusual ruido que causaban las aeronaves al sobrevolar colonias en Tlalpan, Álvaro Obregón, Xochimilco e, incluso, en municipios del Estado de México como Huixquilucan.
- Por esta razón, Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) trabaja en un estudio sobre este problema que ha levantado quejas de vecinos por lo que consideraron ‘un ruido insoportable’.
- El reporte podría presentarlo ASA la próxima semana, de acuerdo con información a la que pudo acceder El Financiero.
- El martes pasado este medio recorrió entre las 13 y 22 horas cuatro colonias afectadas por el rediseño para medir con un sonómetro el tamaño del daño sonoro.
En la alcaldía Tlalpan, en un área de alta plusvalía a un par de kilómetros de la zona de Hospitales, vive Ana Casillas desde hace un par de décadas.
Para ella, una semana antes de iniciar el periodo vacacional, el paso de los aviones se hizo perceptible por el estruendo de los vidrios de su hogar debido al excesivo ruido.
“Desde el primer día del rediseño he sufrido un exceso de ruido que no se detiene. Los aviones pasan uno tras otro, todo el día. El sueño me vence por las noches, pero cuando despierto de madrugada por cualquier razón, lo primero que percibo es el ruido realmente fuerte de las poderosas turbinas (…) No llevan una altura importante como para no escuchar su estruendo y verlos con bastante claridad”, relató.
- El Financiero verificó en la casa de Casillas que durante un par de horas se notó el paso de tres aeronaves que el sonómetro detectó emitieron un sonido en 70 decibeles, el límite que contempla la NOM-036-SCT3-2000 para un avión que sobrevuela territorio mexicano.
Las denuncias por ruido de vecinos del sur de la Ciudad de México llegaron a oídos del subsecretario de Transportes, Carlos Morán Moguel, quien pidió a Víctor Hernández, director del Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM), revisar la altura a la que los aviones sobrevuelan esa zona del país y realizar un estudio de ruido para verificar que las emisiones sonoras de los motores de los aviones no afecten a las comunidades.
Lo que ocurrió con el rediseño del espacio aéreo, realizado SENEAM es que algunas rutas aéreas que ingresaban o salían por el norte de la capital, ahora lo hacen por el sur, lo que dotó a esa zona del espacio de navegación de una mayor presencia de aeronaves.
- En la colonia Ampliación San Marcos, en Xochimilco, vive Hilario Hernández que desde hace un par de semanas dijo notar más el paso de los aviones.
- “Ahora son los aviones los que no me dejan dormir”, aseguró. Este diario también verificó el paso de los aviones: el vuelo 387 de Aeroméxico, que viajaba de San José del Cabo a la Ciudad de México pasó de lejos por eso colonia y su sonido no rebasó los 60 decibeles.
Para comparar esos niveles, que los vecinos del sur dijeron eran insoportables y para los que se han organizados para interponer una queja, El Financiero realizó un monitoreo en la colonia del Valle Centro, en domicilios aledaños al Eje 5, una zona de descenso final para las aeronaves que se dirigen al aeropuerto y en dónde la altura es menor, al igual que el ruido, que rebasa los 79 decibelios, pero que la propia norma contempla para los despegues y aterrizajes con un máximo de 110.
En Reforma, en las cercanías de las Lomas de Chapultepec, el sonido de los aviones es apenas perceptible y en Álvaro Obregón, en la zona del pueblo de Santa Fe, un par de vecinos aseguraron escuchar aviones con mayor frecuencia desde las últimas dos semanas, pero no con un nivel de ruido mayor al de los microbuses que circulan en las inmediaciones de esas colonias.
Cabe señalar que de las 275 aeronaves que tiene la flota mexicana, 122 aviones de Airbus no rebasan los cinco años de antigüedad, además de cuatro aviones MAX de Boeing que no superan los dos años de operación, lo que implica que generan menos ruido en comparación con otros aviones que eran utilizados antes en México.
En las zonas residenciales de la CDMX el límite de decibeles permitido para bares, restaurantes y discotecas es de 65, de acuerdo con la Ley Ambiental de Protección a la Tierra que se aprobó recién el pasado 23 de marzo y que contempla multas de hasta 8.9 millones de pesos a quienes superen este ruido.
Vecinos del Edomex van contra rediseño del espacio aéreo
Rugen las turbinas que rompen el nublado de Huixquilucan, en el Estado de México, y se perciben 85 decibeles a nivel de piso. Pedro Solís, vecino de la colonia residencial La Herradura, no durmió seguido, pues ese tránsito aéreo le es nuevo.
“Creo que sí ha de haber casos que la gente amanezca de nervios”, lamenta Solís. Ya se cuentan por decenas las asociaciones de vecinos de este municipio mexiquense que han alzado la voz, temen que el ruido les afecte la salud. Apenas el 25 de marzo esa ruta los enfila al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
El alcalde del municipio, Enrique Vargas, los escuchó y sostuvo reunión con el subsecretario de transportes Carlos Alfonso Morán Moguel, en la que acordaron estudiar el Plan Rector para la Modernización y Restructura del Espacio Aéreo, que cursa su primera etapa.
“Ahorita puedes escuchar un avión, van a poner en diferentes puntos del municipio para medir el ruido y ya entrar a una mesa de trabajo para ver cómo podemos cambiar esta ruta”, nos comenta en su oficina en colonia Centro. “Ahorita estás escuchando, imagínate este ruido a las tres de la mañana (…) realmente la sociedad está muy enojada”.
- Esta semana los sonómetros monitorearán 48 horas seguidas para mostrar esos datos en la mesa entre representantes del Servicio de Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM), la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, gobierno municipal y comisiones vecinales.
Silvia Campirano es gerente de la Asociación de colonos de La Herradura: “En estas dos semanas que comenzó la nueva ruta aérea hemos recibido una cantidad de llamadas, de quejas, de correos de la molestia de la gente por el ruido no, la afectación que está teniendo a la salud por no poder dormir correctamente”.
Según la Organización Mundial de la Salud, el rango entre 80 y 90 decibeles se considera ambiente ruidoso, de hecho ya es dañino arriba de los 75.
Escala de Decibeles
- Blanco: 0, 10, 20 Db (Silencio, pisada, viento en los árboles)
- Celeste: 30, 40, 50, 60 Db (Conversación voz baja, biblioteca, conversación)
- Azul: 80, 90 Db (Tráfico de una ciudad, aspiradora) Rojo: 100 Db (Moto con escape ruidoso)
- Magenta: 120, 130, 150, 180 Db (Concierto rock, martillo neumático, despegue de avión, explosión artefacto) / Fuente: OMS
Arriba de los 85 que captamos sobre la calle Bosque Moctezuma, la OMS señala que podrían provocar problemas cardiovasculares debido al aumento de presión arterial, también estrés, depresión y bajo rendimiento laboral.
Otros vecinos en La Herradura nos muestran una aplicación de teléfono celular y GPS, los aviones que hoy pasan sobre ellos al ritmo de uno por minuto se ven coincidir, también por el Huizachal Lomas de Tecamachalco y otras residenciales. “Es como ir a una fiesta, a lo mejor el primer día no pasa nada, pero ya tener esto constante”, suspira hondo Pedro./Agencias-PUNTOporPUNTO