Aunado a que durante su trayectoria política ha demostrado sus dotes como maestro del secuestro, el engaño, la burla, el chantaje, la extorsión, la violencia y el crimen, en perjuicio de los 126 millones 14 mil 024 de personas que habitan en el país.
López Obrador nació el 13 de noviembre de 1953 en el poblado de Tepetitlán, municipio de Macuspana, Tabasco.
En 2000 asume la titularidad de la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, con el apoyo del PRD, luego de haber sido presidente del PRI en su tierra natal, así como del mismo partido del sol azteca.
Cursó la licenciatura de Ciencias Políticas y Administración Pública en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y recientemente se tituló con la tesis Proceso de Formación del Estado Nacional en México 1821-1867 e inició su carrera política al colaborar activamente en la campaña electoral de Carlos Pellicer para la gubernatura de Tabasco.
En 1977 fue nombrado director del Instituto Indigenista de su estado natal y en 1984 emigró a la ciudad de México para asumir la Dirección De Promoción Social del Instituto Nacional del Consumidor.
Conectado desde su época universitaria con el ala marxista dentro del PRI, originada cuando el presidente Lázaro Cárdenas se alineó con la (hoy extinta) URSS en los años treinta–, colaboró primero con el gobernador Enrique González Pedrero en Tabasco, y más tarde se unió a la disidencia que encabezó Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Vale dejar constancia que López Obrador –conocido popularmente como «El Peje”—no es ningún advenedizo en el cardenismo, toda vez que es nieto de José Obrador Revueltas, oriundo de Ampuero, Santander, quien militó en el Partido Comunista Español y llegó a México en calidad de exiliado.
Una vez en tierras aztecas, Obrador Revueltas gozó de la protección del entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, a quien inculcó sus principios ideológicos de izquierda, junto con “Manuelita”, madre y educadora de López Obrador.
Su retiro de la política en Tabasco se dio no por la voluntad de alinearse con la disidencia de Cárdenas Solórzano, sino porque fue removido como presidente del PRI a petición de la mayoría de los mandatarios municipales del estado.
Ellos le achacaban que como cabeza de partido querían controlar su desempeño y los presionaba para aplicar sistemas de organización social que había aprendido en sus viajes a Cuba.
Entre los alcaldes que más lo cuestionaron estuvieron Eugenio Amat de la Fuente, de Ciudad Cárdenas, y Abenamar de la Fuente Lazo, de Huimanguillo, habiendo salido estos hechos a la luz pública en 1988 y en 1994 en que “El Peje” contendió sin éxito a la gubernatura de su estado natal.
Obviamente, dejó bien colocados en el régimen priísta a un buen número de seguidores que cuando decidió radicar en la ciudad de México, le mostraron su gratitud con envíos puntuales de dinero.
Muy diversos y complejos han sido los aspectos de la conducta de Andrés Manuel, sea en su época como priísta de oportunidad y a partir de su inserción en el campo opositor, pero como todos ellos inciden en su accionar político, porque no pone límite entre su personalidad privada y la pública.
El protagonista de esta historia cometió delitos por propia mano que ensombrecen más aún este panorama y que igualmente quedaron impunes, pero que no pudieron ser cubiertos con el “velo político”
Entremos en detalles: el día 9 de julio de 1969, según una publicación alterna de El Universal, o cuatro años antes según otras versiones, Andrés Manuel y su hermano menor José Ramón, jugaban con una pistola propiedad de su padre.
Cuando de pronto, cayó al suelo José Ramón y con un balazo en el pecho, que lo privó inmediatamente de la vida. Manos misteriosas hicieron desaparecer todos los archivos de esa época en Tepetitlán, e inmediatamente se hizo saber a los habitantes que el suceso había sido un accidente.
Sin embargo, inevitablemente también comenzaron a surgir versiones de que eso se trató de una venganza de Andrés Manuel, quien siempre sostenía fuertes riñas con su consanguíneo.
Por el hecho, López Obrador fue encarcelado, pero muy pronto liberado por la intervención de don Diego Rosique, hombre influyente de la región. La situación se tornó tan abrumadora que la familia se vio obligada a cambiar su residencia.
Otro suceso que no pudo ser encubierto en su totalidad, fue el que se presentó también en Tepetitlán, donde Andrés Manuel se lió a golpes con un joven llamado José Angel León Hernández.
En el incidente intervino Carlos Manuel Rovirosa, quien al percatarse de lo ocurrido se acercó al sitio y separó a ambas personas.
Sin embargo, Andrés completamente iracundo, cuando ya se marchaba, repentinamente se volteó y lanzó una pelota de beisbol a la nuca de su rival, quien inmediatamente se desplomó inconsciente.
José Angel, quedó mal herido, tendido en el suelo y nunca más pudo recuperar la conciencia, toda vez que quedó en estado vegetativo, de lo cual se le derivaron ataques epilépticos. Posteriormente, el estado del muchacho se agravó y en pocos meses, murió.
Todo lo anterior me hace recordar cuando fue asesinado por la espalda en la Zona Rosa, el periodista Manuel Buendía, aquel 30 de mayo de 1984. Catorce meses después fue puesta en circulación una novela con la que, según lectores maliciosos, se pretendió justificar el asesinato del «incómodo» columnista, quien había asegurado que tenía en su poder una lista de políticos importantes de esa época que presuntamente estaban coludidos con el narcotráfico.
De acuerdo con el libro «Un Asesino en la Presidencia se pretendería afectar al mismo tiempo la carrera política de don Fernando Gutiérrez Barrios y la de por si maltrecha fama de un dirigente petrolero que, en la vida real, fue encarcelado en enero de 1989.
Dos años después de la aparición de aquella novela, sin sello editorial comercial circuló casi de mano en mano el libelo Un asesino en la presidencia, cuya trama parte de registros periodísticos de los años cincuenta.
De esa publicación cuasi clandestina se responsabilizó de su patrocinio financiero al “líder moral” de los petroleros Joaquín Hernández Galicia y, de su auspicio político, al citado Gutiérrez Barrios.
En las elecciones de 1988 surgió Presidente Carlos Salinas de Gortari, como producto de controvertidos resultados electorales.
Los asesinatos del cardenal de Guadalajara Juan Jesús Posadas Ocampo, en mayo de 1993; del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, en marzo de 1994, y de José Francisco Ruiz Massieu, en septiembre de 1994, sirvieron para sembrar la tesis de la restauración de los Crímenes de Estado.
Después de concluir aquel aciago sexenio, el fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano contó unos 600 asesinatos de militantes de ese partido.
En el crimen de Ruiz Massieu fue implicado su ex cuñado Raúl Salinas de Gortari (por esa causa estuvo preso diez años). Ernesto Zedillo confió la investigación del asesinato de José Francisco, a su hermano Mario Ruiz Massieu. Éste denunció interferencias en las averiguaciones; renunció y al tiempo fue encontrado muerto en una prisión de los Estados Unidos.
En 1997 circuló como reguero de pólvora la versión del secuestro de Gutiérrez Barrios, ya ex gobernador de Veracruz y ex secretario de Gobernación. Fue reciclado en 1999 y en 2000 llegó al Senado.
El 6 de diciembre de 2004, en un paraje boscoso del municipio de Huixquilucan, Estado de México, fue encontrado con la cabeza dentro de una bolsa de plástico el cadáver de Enrique Eduardo Guillermo Salinas de Gortari. Se le consideraba “cerebro financiero” de su hermano Raúl y era imputado de lavado de dinero.
En el curso de la indagatoria, el procurador general de Justicia del Estado de México, Alfonso Navarrete Prida declaró que revelaciones sobre el crimen “harían temblar a la clase política”. No ocurrió. Fue secretario federal de Trabajo y Previsión Social.
Raúl Salinas de Gortari fue absuelto finalmente en 2005, ya en los meses crepusculares del panista Vicente Fox Quesada. y en el sexenio pasado se le restituyeron sus bienes patrimoniales.
Y se creó el supuesto de que el ex diputado Manuel Muñoz Rocha se encuentra de nuevo en su rancho en Tamaulipas. A Muñoz Rocha se le atribuyó la autoría intelectual del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu. Se mantuvo refugiado en el estado de Texas (USA).
1988-2017, fue el periodo de la era neoliberal y se dio la sucesión presidencial de 2018. Es de hacer votos porque la nueva maquinaria infernal que mueve la política en México sea clausurada. Se vale
soñar.
APUNTES FIDEDIGNOS
Tremenda abucheada le dieron a López Obrador durante su más reciente visita que realizó a Coatzacoalcos, Veracruz, donde incluso le mentaron la madre y lo llamaron ratero.
Un video que circula en las redes sociales demuestra el momento cuando AMLO viajaba en su camioneta para retirarse del poblado, cuando fue interceptado por un nutrido grupo de manifestantes quienes no dejaban de insultarlo. Incluso hubo hasta señoras de la tercera edad que le gritaban toda clase de insultos y mostraban su deseo de golpearlo.
Esto sin duda alguna es una muestra de que al «mesías tropical» ya se le está acabando su reinado y que muchos de sus «pejezombies» o «chairos» ya están entrando en razón y le han comenzado a voltear la espalda.
Y no es para menos, pues el «flamante presidente» tiene de cabeza a todo el país, pues ha provocado una gran desestabilización laboral, política y económica. Con razón durante los pasados comicios, panistas, priístas y perredistas insistían en que «López Obrador es un peligro para México»…Lo bueno de esta situación, es que no va a durar para siempre. ¡¡¡Seguiremos informando!!!
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