México por sí mismo no otorgó un estímulo a la economía tras el choque de la pandemia. Pero el que se derramará desde Estados Unidos, otorgará un impulso de hasta 1.3 puntos del Producto Interno Bruto este mismo año, estimó el Director General Adjunto de Análisis Económico y relación con inversionistas de Grupo Financiero Banorte, Gabriel Casillas.
- Al participar en el Latinamerica Summit 2021, organizado por el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), explicó que el apoyo millonario que recién aprobó el Congreso de Estados Unidos para las empresas y trabajadores de aquel país tendrá la fuerza para llegar a México a través de mayores exportaciones y remesas.
- Por tanto, anticipó que vendrán importantes ajustes al alza en las expectativas del mercado acerca del PIB mexicano para 2021. La que hasta ahora tiene Grupo Financiero Banorte para México está en 3.8 por ciento.
Durante su participación en la mesa dedicada al tema de la «Recuperación económica para América Latina en 2021», el analista dijo que la velocidad de la recuperación económica tras el choque de la pandemia está fuertemente vinculado al tamaño de la respuesta fiscal contracíclica aplicada por los gobiernos desde el año pasado.
- Tomó los casos de México y España como ejemplo para evidenciar que tuvieron un desplome igual de profundo en su PIB durante el segundo trimestre de 2020, cercano a 17%, pero los gobiernos respondieron al mismo choque en distinta proporción.
- La diferencia del estímulo aplicado se mide hoy en la expectativa de recuperación esperada para España y de México, acotó.
- De acuerdo con datos de la Comisión Europea, España registrará un rebote de 5.4% en su economía, contra el estimado en 4.5% para México, cercano al 3.6%, que espera el mercado para México.
Destacó los esfuerzos recaudatorios que generaron ingresos de 0.8% del PIB en plena contracción económica y a contracorriente de la tendencia mundial por la pandemia.
Pero matizó sus expectativas sobre la posibilidad de un aumento consistente de los ingresos públicos, pese a que desde antes de la pandemia, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera reconoció que se requiere una reforma fiscal que fortalezca las arcas públicas.
Estimó que la presión en la inflación seguirá consolidándose a partir de las alzas de precios de combustibles y estimó que al menos para la reunión de Banco de México (Banxico) de marzo, no habrá cambio alguno en la tasa que hoy se encuentra en 4 por ciento.
Debilidad previa, la diferencia: Fitch
En la misma sesión participó la Directora de calificaciones soberanas para América Latina en Fitch, Shelly Shetty, quien acotó que el impacto del choque por la pandemia en las economías fue mayor en esta región por las condiciones de debilidad con que lo recibieron.
La pandemia subrayó la desigualdad de los paíse, particularmente en la región, evidencio la informalidad y profundizó los problemas que ya tenían muchas economías en América Latina, observó la analista.
Coincidió en que el tamaño del estímulo fiscal ayudó a amortiguar el impacto por el cierre de las economías y subrayó que las revisiones de calificación que se ejecutaron el año pasado, fueron muy minuciosas, e incorporaron los compromisos de los gobiernos para retomar la corrección de sus balances, lo que es el caso específico de Brasil.
Su participación en la mesa estuvo enfocada a la situación financiera regional y recargó su análisis en Brasil y Argentina. Funcionarios del sector financiero confirmaron a El Economista que el contrato de calificación para el soberano con la agencia sigue operando con normalidad.
Shetty mencionó a México sólo en tres ocasiones: cuando habló sobre una baja vulnerabilidad de las cuentas externas; al referirle como uno de los países que tienen más estabilidad en su divisa y al identificarle como una de las tres economías más grandes de la región, con una posición fiscal menos comprometida.
Cabe recordar que la semana pasada, el gobierno y Petróleos Mexicanos (Pemex) decidieron no renovar el contrato con Fitch, quien en un escueto comunicado avisó que seguiría revisando la situación de la petrolera para sus clientes con la información pública disponible. La firma reiteró que la calificación de Pemex es especulativa y que sin el apoyo del gobierno federal, la nota individual de la paraestatal sería “CCC” que es el nivel más bajo que puede tener un emisor, correspondiente a “alto riesgo de impago”.
Plan de Biden ayudará a México, pero amenaza inflación y peso
El paquete de estímulos fiscales por 1.9 billones de dólares firmado por Joe Biden es una buena noticia para México porque impulsará la demanda de productos de exportación, pero a la vez impondrá retos financieros al país, señaló Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México.
El titular de Banxico explicó que esa mayor actividad económica ya provocó incrementos en el rendimiento de los bonos del Tesoro de EU y otros instrumentos gubernamentales, lo cual presiona las tasas de interés y el tipo de cambio de economías emergentes como México. Esas alzas, añadió, ya provocaron en las últimas semanas ajustes del peso frente al dólar y volatilidad en mercados financieros; sin embargo, el reto es que esos ajustes sean ordenados.
¿Qué se necesita para impulsar la recuperación?
Ante la pandemia hay que reducir contagios. Incrementar las vacunas y su disponibilidad, son dos elementos clave para acelerar el paso hacia un comportamiento de la economía más normal, especialmente en sectores como los servicios, que tienen contacto presencial y han sido de los más afectados.
El estímulo fiscal en Estados Unidos será un aliciente para el crecimiento de nuestro país. Hay cierta duda en Estados Unidos de qué tanto este gasto puede verse reflejado ya en los siguientes meses y trimestres o si será en un periodo más amplio, pero en la medida en que se gaste y se concentre más en el corto plazo, esto puede tener un efecto adicional o un estímulo sobre la actividad económica.
Estos dos elementos, junto con el hecho de que los bancos tengan balances sólidos, bien capitalizados y con posibilidad de iniciar financiamiento, también puede contribuir a sostener una recuperación económica.
El presidente dijo que aumentará el salario mínimo y las pensiones mediante una ley, ¿qué impacto tendrá en la economía y la inflación?
Entendemos que hay un rezago muy significativo en el salario mínimo desde hace muchos años y consideramos que es deseable que el salario mínimo esté ligado a un poder adquisitivo necesario para una familia. En ese sentido, identificamos que avanzar en esa dirección es conveniente.
Siempre puede haber diferentes alternativas en cuanto al ritmo para cerrar esa brecha, pero creemos que la determinación de un salario mínimo que refleje de mejor manera las necesidades de los hogares es adecuado. El reto es encontrar un ritmo que, por un lado, reconcilie dos cosas que son deseables, que es tanto la generación de empleo, como el fortalecimiento del poder adquisitivo para quienes perciben ese salario.
Banxico planteó que el alza al salario mínimo debía unirse a un aumento en productividad.
Destacaré que las revisiones salariales en una economía tienen que guardar congruencia con el crecimiento en la productividad de la mano de obra, de otra manera no serán sostenibles. Ese es un principio que debe estar presente, pero también puede haber momentos y circunstancias en las que no necesariamente los salarios reflejen ganancias en la productividad en un periodo relativamente prolongado y acumular un rezago.
Eso es parte del reto: identificar el tamaño del rezago y el espacio que se tiene para cerrar esa brecha sin que se llegue a rebasar la productividad de la mano de obra. Ese es un elemento a buscar o identificar y por eso una estrategia de recuperación gradual en los salarios también puede ser más sostenible.
¿Cuál es su apreciación del clima de negocios y de inversión?
Es muy importante tratar de mandar elementos de claridad en cuanto a incentivos a la inversión de largo plazo, a los proyectos más rentables, esto siempre es un reto, y más después del choque de la pandemia, donde muchos sectores que tenían rentabilidad a lo mejor ya no las tienen.
Hay recursos que tienen que reorientarse de unos sectores a otros, así que ese reacomodo de financiamiento entre proyectos y sectores, entre más ágil se pueda realizar, será mejor. En ese sentido, la banca juega un factor clave para identificar los proyectos más rentables y reestructurar los que puedan haberse afectado en sus ingresos.
El alza en rendimiento de los bonos del tesoro de EU, ¿afecta a México?
La perspectiva de mayor gasto en la economía norteamericana (por el paquete de estímulos por 1.9 billones de dólares firmado por el presidente Joe Biden) trae también la expectativa de mayor crecimiento económico y de un posible aumento en la inflación en los siguientes 18 meses o incluso un poco más. Esto da lugar a la revisión al alza de las tasas de mediano y largo plazos en Estados Unidos y también presiona a las tasas de interés y los tipos de cambio de las economías emergentes.
En México también subió el rendimiento de bonos gubernamentales, ¿impactará el costo del financiamiento?
Es innegable que al tener una economía estadunidense que se recupera a un ritmo importante puede haber un efecto financiero, pero destacaría que este mayor estímulo fiscal también traerá una mayor demanda por los productos que México exporta, mayores ingresos por exportaciones y mayor actividad económica.
- El proceso tiene dos componentes, uno es la mayor actividad y el otro el de un aumento en las tasas de interés; esta combinación por un lado es una buena noticia, pero por otro tiene un reto financiero.
- El reto es que este ajuste (en tasas de interés) sea lo más ordenado y de la menor magnitud posible. En ese sentido, mantener bajas primas de riesgo, tanto inflacionario, como de otros, ayudará a que este aumento sea lo más contenido posible.
Se decía que en México bajarían las tasas ¿qué hará Banxico ante este nuevo entorno? En términos de política monetaria tratamos de no comprometer o adelantar posibles acciones. En un entorno tan volátil como al que hemos estado sujetos, especialmente el año pasado, hay que tener la mayor información posible. Eso nos permite tomar una decisión en mejores condiciones.
¿Hacia el futuro habrá una mayor depreciación del peso?
El peso al ser una moneda con un mercado líquido, profundo y de libre flotación suele reflejar ajustes, en este caso al alza. El reto es que el proceso del tipo de cambio sea ordenado. En 2020 el dólar llegó a cotizar en 25 pesos y después tuvo un regreso a 19.90 al cierre del año, así que estamos viendo este ajuste y esperamos que conforme se vayan normalizando las curvas de rendimiento en EU también se normalice la moneda nacional.
¿Habrá riesgos de inflación?
En la medida que los ajustes sean transitorios no tendrá un impacto significativo. En la medida en que sean más persistentes, sí tendrá algún tipo de traslado a los precios de bienes importados o precios sujetos a precios internacionales. Entre más ordenado sea el proceso de ajuste, tendremos menor presión sobre la inflación./Agencias-PUNTOporPUNTO